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primer conocimiento en materia religiosa. Anotemos, por fin, una cosa a esta altura clara: la indiferencia no es voluntaria, no es por elección, es pasiva, es por falta de la impresión primera.

      5. Algunos argumentos frecuentes del agnosticismo. Conviene notar primero que el agnosticismo que hemos llamado riguroso, no necesita argumentación, basta con el testimonio de quien duda sobre el hecho que duda. Del testimonio no cabe dudar porque el estado mental de duda y, por lo tanto, de suspensión del juicio, como es de experiencia común, aunque no lo sea en materia teológica, no cabe dudar de su realidad. Las otras formas necesitan comentario, revisaremos sus argumentos.

      1. Procedentes del positivismo (que puede ser implícito, como en el agnosticismo común): solo puede conocerse aquello sensorialmente experimentable. Ese es el límite del conocimiento humano, lo sensorialmente experimentado mismo. Aunque haya realidad más allá de lo sensorialmente experimentable —p.ej., lo trascendental—, esto no es cognoscible. Como Dios no es parte del mundo sensible, su conocimiento es imposible.

      2. No hay pruebas sobre Dios. Es necesario, antes de explicar este argumento, aclarar qué se entiende por “demostración” y por “prueba”, términos que, técnicamente, no significan lo mismo que en el lenguaje coloquial (Ver estos téminos en el VTD.) Solo así se puede entender el valor de la afirmación “no hay pruebas o demostración sobre Dios”.

      Para el positivismo, prueba es huella sensorial: si Dios no es registrable, no es conocible. Popularmente, la falta de pruebas se expresa, a veces, diciendo que “Dios no es objetivo”, queriendo decir que no es algo que se imponga con necesidad a la experiencia, sino que es cuestión de emociones o intereses y que depende de la voluntad del hombre. Es, en consecuencia, subjetivo (en el sentido popular, e.d., arbitrario). Lo mismo, pero en otra versión, algo más filosófica, es así: “Dios no es demostrable” (ver en VTD qué es, técnicamente, “demostrar”).

      En Tomás, la ignorancia sobre la esencia de Dios se debe a que el conocimiento que tenemos de él viene indirectamente (por inferencia) a través de las creaturas —que no son Dios— que son contingentes, y por eso necesitan de un ser necesario que las sostenga en su ser (=en su realidad); y ese Ser sostenedor (=creador) no puede ser como ellas. De Dios registramos entonces un efecto suyo, pero no directamente su esencia. En Contra Gentiles I,30, dice: “No sabemos qué es Dios, sino qué no es y qué relación mantiene con todo lo demás”81. O cuando dice en ST I,3,4 2: “… de Dios podemos saber que es [e.d., que lo hay] pero no podemos saber qué es [e.d., su esencia]”. Está manifestando nuestros límites en el conocimiento respecto a la esencia de Dios y eso implica una cierta agnosía.

      E. Kant (+1804) sostuvo que la razón pura no alcanza al conocimiento de tres realidades: Dios, el alma y del mundo. Así lo resume J. Ferrater-Mora:

      No se puede probar por medio de la razón teórica especulativa ninguno de los principios de la metafísica: la existencia de Dios (como pretende la teología racional), la naturaleza del mundo en su conjunto (como pretende la cosmología racional), y la inmortalidad del alma (como pretende la psicología racional)82.

      Razón teórica especulativa es a priori. “Puro” significa en general “sin mezcla”, en este caso, razón pura es sin mezcla de datos aportados por la sensibilidad. Lo que aporta la sensibilidad, Kant lo llama “intuición”. Las tres realidades que son principios de la metafísica y que Kant dice que no son cognoscibles por la razón pura son: que hay Dios, que es el tema objeto de la teología racional; el mundo como todalidad (no los objetos particulares de él), como se lo estudia en la cosmología racional clásica; y, la inmortalidad del alma humana, tema que es parte de la psicología racional o filosófica.

      Para entender lo que está diciendo Kant en esta afirmación, hay que saber qué entendía por conocer. Kant llama “intuición” a la percepción sensorial, lo que los sentidos nos dan de la realidad mundana, que es “a posteriori”, e.d., después de la experiencia. Y llama “pensamiento” a lo “a priori”, lo que el entendimiento encuentra en sí mismo, que son formas vacías de contenidos sensibles. La sensibilidad no piensa y el pensamiento aislado no conoce el mundo, porque no está relacionado con él. El conocer en Kant se da cuando coinciden la intuición con el pensamiento. Y, en ese caso, se dan juicios sintéticos a priori83, que son universales y necesarios, y esto último es lo que él llama “conocimiento”. No son conocimiento, por lo tanto, los conceptos vacíos de contenido sensible que la inteligencia sola puede pensar dentro de sí; ni es tampoco conocimiento la intuición de la sensibilidad, por lo cual las realidades que no son alcanzadas por la intuición no son cognoscibles por la razón pura, entre ellas, Dios. No significa eso que Dios, mundo y alma no estén en el pensamiento, pero no son conocimientos sino principios reguladores del pensamiento. No dice, por lo tanto, Kant que Dios no sea alcanzable intelectualmente por el hombre; lo que dice es que no lo es de ese modo, e.d, por la razón pura84. Este es el a veces llamado “agnosticismo de Kant” que necesita tanta explicación porque, como dijimos recién, es una limitación al modo como Dios es conocido. El conocimiento kantiano de Dios será por la razón práctica que es aquel ejercicio de la razón que se aboca a la ética. Allí aparece Dios como justificación de los imperativos categóricos. Es, por lo tanto, incorrecto decir que Kant sostiene simplemente que Dios es incognoscible.

      3. La variedad de doctrinas teológicas. Hay muchas religiones y ellas no coinciden en sus versiones de Dios. Por lo tanto, se ve que esta no es una materia cognoscible y debe quedar relegada a las opiniones (por lo tanto, sin pretensión de rigor intelectual). Además, la teología, incluso en una misma religión, ha evolucionado con el tiempo y eso implica desconocimiento e incertidumbre.

      4. Así como hay conversiones, hay apostasías. Por lo tanto, esta es materia insegura y oscura. Si fuera materia de conocimiento cierto, no se entiende que una misma persona cambiara de pensamiento sobre ella.

      6. Comentario a estos motivos del agnosticismo común

      Al 1º [Procedente del positivismo]: hay que decir que extiende el método positivo, apto para conocer los objetos mundanos85, a método universal. Busca una evidencia objetual que no encuentra y, como no la encuentra, niega la cognoscibilidad de aquello cuya evidencia objetual no encuentra.

      Incluso, aceptando que todo conocimiento depende de los sentidos en cuanto se origina en ellos, eso no implica que el límite de lo cognoscible sea lo directamente experimentado sensorialmente. Ejemplo: las matemáticas. ¿Hay certeza en materia matemática? ¿Qué relación tiene el conocimiento matemático con la experiencia sensible del mundo? El número no es directamente sensible, es una conclusión abstracta desde experiencias sensibles.

      Lo que conocemos de Dios lo conocemos desde el mundo experimentable sensorialmente86 y no directamente, e.d., como si él, e.d., Dios mismo, fuera lo que los sentidos registran. Dios es conocible como consecuencia de que hay mundo, por una realidad distinta de Él, que es el mundo, que sirve de medio para ese conocimiento. Y se lo conoce en cuanto es fundamento del mundo y distinto del mundo fundado en Él87.

      Al 2º [La falta de pruebas sobre Dios]. Este es quizá el argumento más frecuente en que se apoya el agnosticismo. Para comentarlo, hay que aclarar antes qué se entiende por prueba y por objetividad y subjetividad, y quién usa esos términos, porque no son de significado unívoco (Ver VTD).

      Prueba es, generalmente, sinónimo de demostración, pero esa equivalencia es inexacta. Prueba es, en general, equivalente a motivo o razón de afirmar algo, pero demostración es —en sentido técnico— más preciso que prueba. Específicamente en Aristóteles, demostración es reducción a principios. Reducción es la inclusión de algo como un caso particular en una clase o género. Literalmente, significa “devolver” o “remitir algo a donde pertenece”88. Es evidente, ya por el concepto mismo, que Dios no puede ser incluido en clase o género alguno porque de ser reductible a otra realidad ya no sería absoluto sino dependiente de algo distinto de sí mismo; por esto no puede ser reducido a ningún principio y por eso no puede ser de-mostrado (en el sentido técnico de este término), sino que debe ser él mismo el principio de todo. Si Dios fuese reductible a un

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