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Supuestos para un diálogo. Cristián Sotomayor Larraín
Читать онлайн.Название Supuestos para un diálogo
Год выпуска 0
isbn 9789561427037
Автор произведения Cristián Sotomayor Larraín
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Incluso si se mira al culto más en general (no solo a la oración en particular), todo él tiene forma dialogal. El sacrificio —por ejemplo— es una actuación (drama) que se dirige a Dios por medio de gestos y está dirigida al receptor, a quien el oferente entiende capaz de entender su ofrenda y de responder a ella. El oferente sabe a quién le dirige su ofrenda y sabe lo que sus gestos le dicen.
Tomenos tres ejemplos lejanos al judeo-cristianismo, para ver que la expresión religiosa es dialogal y relativa a la experiencia humana de necesidad de salvación. Una oración musulmana, de Afganistán, dice: “Alabado sea Allah, el Señor del mundo, el Piadoso [=el que tiene piedad (de nosotros)], el Misericordioso, ¡el Rey del día del juicio! A ti te servimos nosotros y a ti te llamamos para que nos ayudes; guíanos por el camino recto. El camino es el de los que gozan de tu misericordia, no el de aquellos que tú rechazas32 y no el de los equivocados “33. Una oración vietnamita dice: “Danos la lluvia para los arrozales, para que nuestro arroz crezca”34. Una oración japonesa dice: “Oh, Dios, nosotros no vemos al demonio al que atacamos, pero queremos expulsarlo de aquí, ayúdanos a ahuyentarlo”35.
Comparación entre las perspectivas filosófica y religiosa sobre lo Absoluto
La diferencia entre las dos perspectivas la expresa así S. Croatto:
La filosofía de la religión se preocupa por el Absoluto, no como “encuentro” con él, ni en cuanto Dios, sino como el Ser y fundamento de toda realidad. … La filosofía de la religión habla sobre Dios y [sobre] el hombre religioso. Es un saber, no un compromiso. No reemplaza al acto religioso, sino que reflexiona críticamente acerca de él.36
En vez de “filosofía de la religión”, sería más preciso que dijera “teología natural” y que no mezclara el tratamiento del tema “Dios” con el tema “religión”, pero esta imprecisión no le quita valor a lo que dice. El contenido de su observación es muy correcto, distingue las dos perspectivas. La Filosofía se preocupa de un Ser absoluto que es fundamento de toda la realidad, la cual es, por consecuencia, fundamentada. El encuentro con Dios es propio de la perspectiva religiosa, es la teofanía. Nada impide que el Ser absoluto sobre el que habla la filosofía y el Dios del compromiso de la religión sean la misma realidad, pero es claro que son dos perspectivas distintas, dos experiencias distintas. Una es una experiencia intelectual, el plantearse la pregunta radical ante el mundo37. La otra no es ante el mundo sino dentro de él, es una vivencia del mundo que compromete con lo descubierto en esa vivencia. Por este motivo, el planteamiento religioso incluye al hombre de un modo que no se da en el filosófico, el cual es separado o destacado del sujeto cognoscente.
Croatto reserva el término “Dios” para el planteamiento religioso. Y el término “Ser” o “fundamento” para el filosófico. El acto religioso es vital. La reflexión crítica sobre él, que es posterior a él, es tarea filosófica.
El siguiente cuadro sintetiza la relación y la diferencia entre los dos planteamientos. Debe leerse vertical y horizontalmente. En la primera columna están los elementos a comparar con explicaciones en cursiva que pueden facilitar su compresión. En las columnas segunda y tercera, las perspectivas filosófica y religiosa, respectivamente. La lectura horizontal da las diferencias entre los dos planteamientos en cada aspecto a comparar.
CUADRO COMPARATIVO ENTRE LOS PLANTEAMIENTOS FILOSÓFICO Y RELIGIOSO DE LA CUESTIÓN DE DIOS
Posibilidades y limitaciones de los planteamientos
El filosófico es universal. En principio, todos pueden acceder a su perspectiva y por su voluntad. Solo se necesita ser inteligente y estar ante el mundo, e.d., basta con ser humano y ponerse a pensar.
Su limitación es que trata lo absoluto como ser, objetuándolo, separándolo del que pregunta y eso acerca el planteamiento filosófico problema (Después deberá aclarar que esto se da solo en el ámbito intelectual porque, como realidad extramental, lo absoluto no puede ser objeto (mundano)). Esto lo podríamos llamar también la exterioridad del planteamiento filosófico frente a la interioridad o compromiso que tiene el religioso, que parte de una experiencia que deja a la persona ligada a ese absoluto.
El filosófico no sustituye el planteamiento religioso. Lo absoluto no tiene que ser necesariamente sujeto (teniendo como modelo al sujeto humano, cf. religiones no teístas). No es que no pueda ser sujeto, no hay objeción de principio, pero no tiene que serlo.
Se sigue que un planteamiento religioso sobre lo absoluto no implica que la persona que lo piensa o lo oye plantear deba, por eso mismo, ser o hacerse religiosa. Una de las llamadas “demostraciones de la existencia de Dios” no produce automáticamente fieles.
El filosófico abre el camino al religioso si el que lo recibe no ha tenido experiencia religiosa y tiene objeción a priori a que hay realidad absoluta. En este caso, el planteamiento filosófico despeja la objeción a que lo haya.
Los dos planteamientos pueden coincidir en el objeto (si Absoluto y Dios fueran la misma realidad) pero nunca ser la misma perspectiva y, por ello, nunca puede un planteamiento sustituir al otro.
Si hemos hablado de la universalidad del planteamiento filosófico, deberemos, en consecuencia, hablar de la particularidad del religioso. No se trata de que la experiencia religiosa no pueda darse en todos los hombres o que no haya existido en todas las culturas y épocas. Sino de que cada experiencia religiosa es particular porque es de un ser humano en su existencia intransferible y según una religión y en una cultura. Notar que el concepto religión como universal es una abstracción (la religión no existe más que en la mente del que la piensa), lo que existe históricamente son las religiones. Lo que permite elaborar esa abstracción es la común estructura antropológica de las religiones.
La perspectiva religiosa se basa en una experiencia que abarca a toda la persona y no solo a su potencia cognoscitiva, como sucede en la filosofía. Esto hace que esa experienca tenga múltiples resonancias concretas que la relacionan a toda la realidad. Dios aparece para cada persona religiosa ligado a afectos, a sus experiencias vitales (a personas con las que vivió, a lugares en los que vivió, a experiencias biográficas, etc.); a su intelecto, porque ella se explica (a sí misma) y le explica a otros, de algún modo, esa experienica teofánica, e.d., la teologiza. Mueve también su voluntad, porque decide su actuar según esa experiencia (movido por ella). Influye en su ética. Afecta a su cosmovisión porque entra en su explicación del mundo, es decir, afecta a su intelección del mundo, porque la entiende influida por esa experiencia totalizante que llama Dios. Dios entra no solo en la explicación que alguien religioso tiene del mundo (=cosmos), sino también de sí mismo, determina su biografía, e.d., afecta a su origen, sentido y fin.
Apéndice: Dios y la religión
Después de lo dicho, resulta fácil acercarse a la correcta relación entre Dios y la religión. Pero esta relación suele con frecuencia establecerse mal, como una mezcla mal definida, y ello arruina el diálogo. Por esto último, es útil explicitar esta relación. En sí mismas, son dos realidades de naturaleza radicalmente distinta. Dios no es mundano o creatural y la religión, en cambio, sí lo es. Dios es anterior y, en sí mismo, independiente, de la reacción religiosa que el hombre tiene ante la experiencia teofánica. Dios es de otra realidad, totalmente distinta a los seres del mundo de los cuales tenemos experiencia38. La religión, en cambio, es obra humana, es la reacción del hombre ante la experiencia de Dios. Por esto último, es dependiente de Dios en el sentido de que es posterior a la percepción de su acción salvadora y pretende, precisamente, responder a esa experiencia. La religión es la obra del hombre ante la experiencia que llega a tener de Dios, mediada