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que ya es casi mediodía. Pueden ir luego a ver al dichoso abogado, aunque no estaría de más concertar cita previa, no sea que vayan y no lo encuentren o no pueda atenderlos.

      Azrabul y Gurlok se miraron y asintieron: aquella era una sugerencia práctica, aunque hubieran preferido ver cuanto antes al abogado. No tenían buenas noticias. Al retirarse Lipe del despacho de Ude, éste lo había hecho acompañar por Igu, y no por casualidad: vanidosos como Mofrêm y Lipe solían creer que el mundo reprimía el aliento a la espera de oír sus perlas de sabiduría, por lo que con frecuencia hablaban de más. Y así, tras pomposos discursos saturados de moralina, Lipe había admitido a Igu que efectivamente había intenciones de quitar a Azrabul y Gurlok la tenencia de Amsil. Sería un trámite muy sencillo, porque ninguno de los dos había hecho trámites legales que les concedieran la tutela del chico. Lipe hasta había exhortado a Igu a declarar contra ambos en el juicio. Astutamente, el cipangueño había respondido que , claro, cómo no, seguro, para evitar que se buscaran otros testigos. Lo cierto era que él no tenía la menor intención de presentarse a declarar.

      —Entonces eso era lo otro que Mofrêm venía a pedirme a través de Lipe–había deducido Ude–: que declarase contra ustedes dos. Interpretando el silencio de Igu a su modo, habrá pensado que él sería más dócil.

      Azrabul y Gurlok estaban pesimistas. Los rumores de locura que pesaban sobre ambos seguramente no les atraería el favor del jurado, y el hecho de haber visto lo ocurrido en El Pueblo Condenado, por lo que decía Ifis, menos todavía.

      Y aquel mismo día Azrabul había visto o creído ver a Ogave. De vez en cuando, Gurlok oteaba los alrededores, buscándola con la mirada. Siempre solía ser más racional que su compañero; y sin embargo, no podía librarse de la horrenda sensación de que la aparición de la temible Hierofante era un mal presagio.

      12 Kopi luwak: variedad muy apreciada de café, oriunda de Srivijaya, que se obtiene alimentando con granos de café a cierta especie animal conocida allí como luwak. La infusión preparada con ell grano parcialmente digerido en el estómago del luwak resulta especialmente sabrosa.

      13 Batik: técnica de decoración de tejidos consistente en la aplicación de varias capas de cera líquida sobre la tela antes de teñirla, de modo que la parte cubierta por la cera no se coloree.

       4

      Bambang y su familia

      Azrabul, Gurlok y Amsil almorzaron con Ifis, tal y como habían acordado con éste, y luego fueron por su cuenta a ver al abogado. No es necesario referir esa entrevista, y baste con decir que volvieron justo a tiempo para ayudar a los hijos de Bambang a desarmar el puesto y subir todo a una especie de carreta techada, que arrastraba un kerbau, curiosa bestia similar a un buey, y que llegó conducida por Guntur, el hermano adoptivo de Cinta, Darma y Kuwat: un joven extraordinariamente robusto, de brazos largos y poderosos, cabello largo y facciones demasiado toscas, pero expresión mansa y dulce, como si en el cuerpo de un bruto se hubiera aprisionado el alma de un poeta, que sufriera penosamente ese cruel encierro.

      —Orang–orang terhormat ini akan tinggal di rumah, Guntur.–informó Kuwat al recién llegado, que se apeó de la carreta para ayudar a guardar todo y subirlo al vehículo mientras Cinta ocupaba su lugar a las riendas–. Ellos son... Perdón–se disculpó, dirigiéndose a Azrabul, Gurlok y Amsil–, pero creo no pregunté nombres suyos.

      —Yo soy Azrabul, mi compañero es Guntur y nuestro chango se llama Amsil... pero Guntur ya nos conoce.

      Kuwat se asombró, pero luego pareció recordar algo y asintió con la cabeza. Pues en efecto, Guntur, único hijo adoptivo de Bambang y Cahaya, los había conocido siete meses antes. Les había prestado dinero confiadamente, en un momento de extrema necesidad, sin nunca haberlos tratado antes y pidiéndoles, de paso, un favor; de lo que Kuwat no estaba enterado. Ellos habían devuelto el dinero, pero debían el favor; y ahora venían a saldar secretamente esa deuda.

      —Tenemos que pensar bien esto–les habían dicho a él y a Darma, a quien habían conocido también justo antes de dejar Tipûmbue–. Dennos un tiempo razonable; volveremos para cumplir nuestra promesa, pero no sabemos cuándo.

      Al cabo de unos meses, Darma se había desilusionado al no verlos regresar, pero no Guntur. Este último necesitaba mucho creer en la gente, aunque la conducta general de ésta no alentara tal fe. Se decía que era medio genderuwo por parte del padre, lo que explicaba la desmesurada longitud de sus brazos y su habitual postura no del todo erecta. Los genderuwo eran unas criaturas simiescas que habitaban en lo más profundo de las selvas de su Srivijaya natal. Este extraño origen hacía que Guntur se cohibiera e incluso que se sintiera, en cierto modo, sucio. Y ese sentimiento se incrementaba debido a otro hecho, a saber:

      Al abandonar Srivijaya por motivos nunca explicados, Bambang y su esposa Cahaya habían elegido una extraña tierra a la que emigrar: Largen. Extraña, no porque lo fuera en sí misma, sino porque en Srivijaya se hablaban infinitos idiomas, pero no el hispanio, que sí se hablaba en Largen. El albioní tampoco era una lengua oriunda de su tierra natal, pero se hablaba en muchos países más próximos, como Straya, Aotearoa, Punjab, Bangla Desh, Sri Lanka y muchos otros, y aunque más no fuera unas pocas palabras, Bambang y Cahaya algo sabían de ese idioma. De hispanio, al momento de emigrar, nada; y para colmo Largen tenía la desventaja adicional de la lejanía.

      Si hubiera existido en ese momento una comunidad esrivijayana en Largen, ése hubiera podido ser el motivo; pero no la había por entonces. Es más: la única que existía ahora se hallaba en Tipûmbue, resultado de la amplia tolerancia imperante en la ciudad. Últimamente, a Bambang lo invadían nostalgias de su tierra natal. Añoraba con desesperación regresar y hacía planes para regresar a ella en el mediano plazo. Y allí empezaban los problemas.

      Todavía peor: al propio Bambang no le agradaba el creciente movimiento guleibi. Por eso Darma no se animaba a confesarle sus inclinaciones sexuales, como tampoco a su madre Cahaya ni a su hermano mayor Kuwat. De hecho, sólo a su hermana Cinta, con quien más unido estaba, se había atrevido a revelárselas, y en realidad sólo por necesitar su ayuda: ella le servía de “testigo” de numerosos coqueteos ficticios con chicas. Pero alrededor de ocho meses atrás, Darma por primera vez se había enamorado. El afortunado era Slamet; el mismo aspirante a futuro campeón de lucha beocia a quien Amsil había conocido aquella mañana; y Guntur los había pescado besándose a escondidas. No era problema para él guardar silencio, aunque se preguntaba cuán prudente era esperar a que sus padres se enteraran de aquello a través de otros; pero la situación lo hacía reflexionar sobre sí mismo. Tanto Bambang como Cahaya evitaban hablar de su partida de Srivijaya. Guntur tenía cinco años en ese momento y no recordaba bien, pero le parecía que algo relacionado con él había sido el detonante. Darma tenía que ocultar su noviazgo con Slamet, para que Bambang no se avergonzara de él; ¿había Guntur avergonzado a Bambang y Cahaya por ser híbrido entre humano y animal? Su decisión de emigrar, ¿obedecía a no poder soportar las burlas?

      Kuwat, el hijo mayor, se parecía mucho al padre; Cinta, la menor, a su madre. Los del medio, Guntur y Darma, no se parecían tanto a ninguno de los dos. Guntur se sentía más ligado al padre, pero vagamente; y Darma a su madre, pero en la misma forma poco clara. Y los amaban y respetaban a ambos, pero temían su rechazo, como también el de Kuwat, el primogénito.

      En siete meses de ausencia, Gurlok le había dado muchas vueltas a ese asunto.

      —Recurren a nosotros para que les asesoremos sobre conflictos familiares–se lamentó

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