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La corona de luz 2. Eduardo Ferreyra
Читать онлайн.Название La corona de luz 2
Год выпуска 0
isbn 9789878712338
Автор произведения Eduardo Ferreyra
Жанр Языкознание
Издательство Bookwire
—El campo de juego se llama taste–informó–. Una línea llamada analco lo divide en dos partes iguales. La pelota por lo general es de goma, pero los pobres nos tenemos que arreglar con cualquier cosa, y tampoco pidas exactitud respecto a la medida de la cancha, ¿no?... Son cuatro jugadores o tahures por equipo. El saque de pelota lo hace el male...–miró de reojo y notó que habían quedado lo bastante rezagados para hablar tranquilos. Entonces continuó, sin dejar de mirar hacia el taste de ocasión, señalando como si continuara explicando el reglamento:–. Nos alojaremos en casa de ustedes para evaluar mejor la situación. Además, Gurlok cree que será interesante ver cómo reaccionan tu padre y Kuwat si se enteran de que tres huéspedes suyos son gun.
—No sé si demostrarían enterarse–respondió Darma–. Tuvimos huéspedes gun en casa, aunque nosotros no sabíamos que lo eran al momento de alojarlos.
—¿Sí? ¿Muchos?
—Que sepa, yo tres: Anazâr, Amestan e Izem. Casualmente, hoy viste a Izem: el que montaba sobre Aksil, el méhari.
—Ah, sí. El raro animal de la joroba.
—Vinieron de un lugar llamado Azawad, sometido, parece, al... Imperio de Mali–explicó Darma, cuyo hispanio era bastante fluido aunque titubeara por momentos–. Izem llegó con dos hermanos menores, un varón y una chica; pero que yo sepa, ni Agerzam es gun ni Tiziri es leibi. Tenían pensado establecerse en Tipûmbue, y de hecho, según sus... papeles, residen aquí; pero enseguida les entraron nostalgias de su país y se fueron a vivir al desierto de más allá de El Pueblo Condenado, que es lo más parecido que hay a Azawad, según parece.
—Vaya gente rara–murmuró pensativamente Amsil.
—No se lo digas a Ayah... a Papá–aconsejó Darma–. El les tomó respeto y admiración el tiempo que vivieron con nosotros.
—¿Y sigue haciéndolo ahora que sabe que son gun?
—No cree que lo sean. Se enojó mucho conmigo cuando se lo conté. Dijo que no se debe difamar a ex huéspedes, y menos a ex huéspedes honorables como ellos.
—Pero no termino de entender–dijo Amsil, indicando con gestos a Darma que volvieran a caminar, ya que estaban quedando demasiado en zaga–. ¿Tu padre albergó a cinco huéspedes al mismo tiempo?
—Más o menos. Ayah e Ibu... padre y madre, en realidad. En nuestra sociedad, las mujeres son muy estimadas. También en la sociedad... garamante, según entendimos.
—¿Garamante?
—Sí: la de estos... forasteros de Azawad, aunque ellos se dieron otro nombre que nunca recuerdo.
—Bueno, sea como sea, tu padre debe ser muy rico si pudo mantener a tanta gente.
—No creas. Económicamente estábamos mejor que ahora, pero Ayah reacomendó reducir nuestras raciones para compartir alimentos con aquellos cinco huéspedes. Finalmente no fue necesario. Primero, porque comían tan poco, que terminaba incluso sobrando. Y segundo, porque no tardaron en irse al desierto más allá de El Pueblo Condenado, que es lo más parecido al suyo que hay aquí. Igual me pregunto si no se fueron porque les dio asco vernos comer–Darma sonrió–. Tendrías que habernos visto a nosotros engullendo cuanto se pusiera a nuestro alcance y a ellos picoteando como pajaritos...
—¿Y cómo llegó a respetarlos tanto tu padre?
—Comparten con nosotros muchas cosas: religión, respeto por la mujer como ya te lo he dicho, una cierta filosofía; incluso el mismo sagrado sentido de la hospitalidad. Además, Ayah los honra por ser guerreros vencidos que de algún modo siguen luchando. Se le ha metido en la cabeza que no es por... cobardía que dejaron Azawad y que seguirán luchando por la liberación de su país.
—Tu padre parece ser un buen hombre.
—Claro, ¿qué crees? ¿Que lo amo y lo admiro por nada? Hago lo posible por ganarme su atención, pero él sólo tiene ojos para Kuwat, a quien también amo y admiro, pero que por momentos quisiera que no existiese. Dichoso de ti, que no tienes hermanos.
No–pensó Amsil, sin rencores hacia la vida–, no tengo hermanos que me arrebaten el cariño de un padre, pero durante años tampoco tuve padre ni algo a lo que pudiera llamar familia.
—Para que Ayah estuviera orgulloso de mí, empecé a entrenar harimau silat–continuó Darma en tono amargo–, pero qué puede importarle a él.
—Disculpa: ¿empezaste a entrenar qué?
—Harimau silat. Es un sistema de lucha practicado por nuestra gente allá en Sumatera, de donde vinieron mis padres. Por supuesto, Kuwat lleva años practicándolo y yo no paso de ser un pésimo principiante.
Amsil no supo qué contestar. Sabía que muchas veces uno no es tan malo haciendo algo como le hacen creer. Había vivido esa situación en carne propia, pero sabía también de la frustración de saberse derrotado por circunstancias ajenas a su voluntad.
—Si crees en algún dios, rézale mucho–sugirió–, y sólo sigue luchando.
—Es que tengo miedo de que cuando se entere de... lo que soy, Ayah me eche de casa–respondió Darma
—Tal vez esos... garamantes los llamaste, creo... te hospedarían en su hogar. Seguramente vivir en el desierto no es lo ideal, pero...
—La... falta de techo es lo de menos; el desdén de mi familia es lo que me preocupa y lo que me dolería.
—Gurlok dice que nos vendría bien un sitio privado donde pudiéramos conversar tranquilos Guntur, tú, mis Tatas y yo. ¿Se te ocurre alguno?
Darma se encogió de hombros.
—En Guatrache, tal vez; pero eso sólo si Kuwat no decidiera acompañarnos, y es difícil que no lo haga–respondió.
—¿Qué tiene de especial ese boliche, que todos parecen citarse ahí?.
—Es muy popular entre los inmigrantes. Empezó como un proyecto muy pequeño a cargo de tres... mapuche y entonces se llamaba... Koña Rüpü. Fue creciendo de a poco, pero cuando el Magnífico subió al poder y esa loca asesina de Kulbîr empezó perseguir a los extranjeros, sobre todo a los... mapuche, se acusó a los dueños de conspirar contra el Rey Gato, basándose en que... Koña Rüpü significa Sendero de los guerreros y al supuesto armamento que encontraron en el lugar: aunque no lo quieras creer, tenedores y cuchillos. Se hicieron redadas en la cantina y tanto los dueños como varios clientes fueron a prisión varias veces. Eso nos rebeló. Los dueños rebautizaron a su cantina como Guatrache, que significa Gente gorda, y asociaron a su negocio a gente de... Rapanui, Ayiti, Vibolia y Paraguay. Al ser tantos los dueños, y aunque su clientela aumentó y ahora el lugar es enorme, mucho no ganan y varias veces estuvieron a punto de cerrar. Pero como a todos nos gusta el lugar y nos indignó esa persecución hacia los... mapuche, los apoyamos como podemos; hasta los... garamantes vienen desde su desierto de vez en cuando.
—Tú y Guntur podrían ir esta noche con nosotros, entonces.
—Pero es que nosotros sólo vamos los viernes a la noche y muy ocasionalmente los domingos al mediodía. Cinta baila jaipong17 allí a veces. Otras toca el suling18 en una banda de gamelan degung19 que han formado ella y unos amigos. Llamaría la atención del resto de la familia que fuéramos cualquier otro día; quiero evitar eso.
—Bueno, quizás podamos ir el viernes. Veremos.
La casa de Bambang era como casi cualquier otra de La Tipûmbue Invisible, cosa extraña teniendo en cuenta la nacionalidad y etnia de sus moradores. Srivijaya es, o era (aclaro por si ya no existiera cuando la guerra de los dioses haya concluido)