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ella dice: “No los detalles, así que sigue”, y él dice: “Y, como yo era tan chico cuando murió, se puede decir que casi no lo vi nunca... en realidad como resultado de las heridas de guerra, un año después... dicen que se quedó con la mente en blanco al volante de su auto por causa del trauma de guerra, o algo por el estilo... es curioso como uno se olvida... yo me olvido, cuando en su época es la cosa más grande que existe... pero de todos modos, puesto que yo era el único hijo, sabía que eso es lo que mi madre habría querido... la hizo feliz hasta que se murió, que te llamaras Margo por él”, y ella dice: “Bueno, ¿qué puedo decir?... con cada uno de los nuestros tomamos los mejores diez nombres que encontramos en el libro de nombres más completo, consideramos el nombre de familia de Glen en relación con cada uno, y los redujimos a dos o tres...”, y él dice: “Discúlpame, pero ¿por nombre de familia te refieres al apellido?”, y ella dice que sí, y él dice: “¿Y cuál es?”, y ella: “Yo sigo usando mi apellido de soltera, aunque sea el tuyo, quiero decir el de un hombre, pero al menos no continúo con esa costumbre que no me entusiasmaba mucho, de adoptar el patronímico de mi marido”, y él dice: “No es un mal apellido, el nuestro... una sílaba, algo confuso al pronunciarlo si piensas que es Fray, lanzado así, o más bien escupido, en lugar de con una
e. Como sea, mi amor, de pronto estoy en lo más fuerte del trabajo con dos clientes, y son de los hambrientos a juzgar por sus caras... de hecho, como tampoco quiero mentirte, llegaron hace más de cinco minutos y han sido muy considerados pero tienen que volver al trabajo y el negocio no ha tenido tanto movimiento, así que los necesitamos, así que dame el número de donde estás y volveré a llamarte enseguida”, y ella dice: “Puedo llamarte a tu casa más tarde... ¿cuál sería el mejor momento?”, y él dice: “No, por favor, no quiero desencontrarme, ahora que estás aquí... para serte totalmente franco, podrías cambiar de idea o tener un fallo de memoria durante todo el tiempo que pases aquí, solo bromeaba, o incluso perder mis números de teléfono –eso podría pasar, la gente pierde cosas– y no acordarte de cómo conseguirlos... el lugar donde trabajo se llama el Corner Cafe, pero sin la palabra “el” antes, solo Corner Cafe, así que figura en el directorio bajo la C de Corner, y “Cafe” a continuación, y está en la calle Abbott, como Bud Abbott y Lou Costello... Abbott y Costello los llamaban, pero tú no te debes acordar, un dúo cómico de antaño”, y ella: “Seguro, una vez vi una película con ellos en la tele, o tal vez haya sido un video, con mis hijos... algo con un fantasma, un humor de lo más trasnochado y un poco trillado, pero a ellos tampoco les gustó demasiado... tienes que comprender que no soy tan joven ni tú eres tan viejo, puede que me hayas tenido cuando tenías más de treinta pero ahora estoy llegando a los treinta yo misma”, y él dice: “No es posible”, y ella: “Te digo que sí, hasta puedo mostrarte mi licencia de conducir”, y él: “¿Quieres decir que ya tienes edad para manejar?... solo estaba bromeando, y quiero verla, muéstramela cuando nos veamos, y escucha, Margo, si no me llamas iré a buscarte de hotel en hotel, y hoy por hoy debe haber más de veinte hoteles cerca del puerto, así que ¿no sería un desperdicio de tiempo?, y además estaría poniendo en riesgo mi empleo, o a mis patrones en una situación complicada, porque no entraría a trabajar cuando se supone que debo hacerlo y cuando ellos me necesitan, y en cambio andaría por ahí buscándote”, y ella dice: “Juro que llamaré, o directamente ven a almorzar con nosotros mañana”, y él: “El almuerzo es tan corto... ya lo sé, amigos”, les dice a los clientes que están en la barra, “ya estoy con ustedes... mi hija” –señalando el micrófono del teléfono, y luego el auricular– “después de no puedo decirles cuántos años”, y los hombres asienten, dicen con las manos: “Tómate tu tiempo”, y él dice, al teléfono: “Discúlpame, tuve que hacer una pausa por cosas de trabajo, en todo caso el almuerzo es demasiado corto y no creo que pueda salir, así que ¿qué te parece cenar esta noche afuera, yo invito, los invito a los tres?”, y ella dice: “¿Cenar?, ¿esta noche?... espera un momento, papá”, y se pone a hablar lejos del teléfono... “Quiere llevarnos a cenar a todos, esta noche”... y hay otra voz que habla, pero muy confusa, y luego no oye nada, la mano de Margo debe estar amordazando el receptor, y uno de los hombres dice: “Mientras estás ahí parado, Nat, comienza a preparar la de siempre para mí”, y él dice: “Espera, de repente ella podría volver, y cuando termine seré extrarrápido, recuperaré el tiempo que les hice perder”, y otro hombre dice: “Por lo menos los cafés, o el mío, al diablo con él”, y él levanta la mano hacia ellos para que esperen y ella dice: “Muy bien... ¿Papá?”, y él dice sí y ella dice: “Esta noche, pero invitamos nosotros, Glen pensaba que no podría escaparse de una cena-cóctel que dará su compañía, pero esto está primero”, y él: “Genial, pero yo invito, insisto”, y ella dice: “Solo nos encontraremos si acatas esta única condición: esta va por nuestra cuenta”, y él dice: “Acataré, acataré, no puedo esperar para acatar”, y ella le da la dirección de un restaurante cerca de su hotel, del que ha oído decir que es bueno –“¿Te siguen gustando los mariscos, o más bien, alguna vez te gustaron los mariscos?”, y él dice: “Cualquier cosa, pizza incluso, será un manjar... verlos a ustedes es todo lo que quiero, la comida no importa, pero comeré si esa es tu segunda condición”–, y a qué hora se encontrarán, y se encuentran en la entrada del restaurante, él está ahí quince minutos antes, pensando que tal vez llegarán más temprano, no puede creer que sea ella cuando la ve entrar, aunque sabe inmediatamente que es ella, muy esbelta pero no flaca, incluso más alta, y ella ya era alta en aquel entonces, rellenita de arriba o tal vez sea lo que lleva puesto, no, todavía se estaba desarrollando la última vez que la vio, a la edad que tenía, caderas, piernas más largas, ropa a la moda al parecer, en fin, bien vestida, bonita como siempre, más bonita, hermosa y no solamente porque es su hija, cualquier hombre moriría por ella, un hombre decente honesto inteligente pero él apuesta que incluso los mirones no pueden sacarle los ojos de encima cuando camina por la calle, antes una niña, ahora una mujer, el hijo un lindo chico, alto, como ella y como él mismo pero no como su padre, que es unos centímetros más bajo, y ella no está usando tacos, el chico un poco asustado de él o tal vez tímido nada más, casi no sonríe, le tiende una mano que parece un pescado muerto, pero todavía es chico, le agrada la manera en que lo han vestido para el restaurante o para la ocasión diría, saco y corbata, el marido parece agradable, digno, educado, inteligente, viene de familia de dinero o lo ha hecho por su cuenta de una manera ética, algo aburrido o eso parece al conocerlo por primera vez, la ropa, el corte de pelo, un representante de ventas daría la impresión, ella se apresura hacia él en el segundo en que lo ve y lo besa en la mejilla, “Te conozco, tú debes ser mi papá, prácticamente no has cambiado”, sonriente, dando un paso atrás, “No has cambiado para nada, es asombroso”, presenta a su marido e hijo, él también se ha vestido para la ocasión, su única corbata con su único traje que usó en su casamiento hace casi treinta años, y que vistió día tras día en la corte y aún luce bien a pesar de todo, entró en la prisión con él únicamente para poder tenerlo cuando saliera, solo permitían llevar una única muda de ropa para que le guardasen, lo había llevado a la tintorería poco después de su liberación pero no lo había usado ni una sola vez hasta ahora, no había necesitado plancha sin embargo, conservó su forma, percha de madera en lugar de alambre y nunca salió de la bolsa de plástico, lana pesada en este día caluroso de junio, las perneras del pantalón tal vez un poco holgadas pero su peso es el mismo de siempre, acaso distribuido de otra manera pero él no puede verlo, ya que fue hace como quince años y no parece que se haya encogido para nada, la camisa es una de las dos que suele usar en el trabajo y anoche la lavó y la colgó para que se secara, la corbata la usó para algunas de sus entrevistas de trabajo algunos años atrás, se afeitó a pesar de que hoy ya se había afeitado a las seis de la mañana antes de ir a trabajar, se dijo a sí mismo en el espejo del baño, mientras se afeitaba: “Parece como si fuese a encontrarme con esa novia que hace diez años fue el amor de mi vida y por la que todavía estoy loco, y ella se acaba de separar de su marido y yo pienso que hay una oportunidad para nosotros... mírate, así de nervioso y asustado estás”, montones de preguntas mientras se sientan a su mesa y todos toman algo, el chico un Shirley Temple pero él, después de que Glen le dice a la moza lo que quieren beber, dice: “Para un varón es un Jackie Coogan, me parece”, y los tres y la moza dicen: “¿Ese quién es?” o “¿Qué es eso?”, y él dice: “El compañero de cuarto y compinche de Abbott y Costello”, y Margo se ríe y Glen dice: “Lo cual es... ¿un
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