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La universidad latinoamericana en la encrucijada de sus tendencias. Claudio Rama Vitale
Читать онлайн.Название La universidad latinoamericana en la encrucijada de sus tendencias
Год выпуска 0
isbn 9789506232184
Автор произведения Claudio Rama Vitale
Жанр Учебная литература
Издательство Bookwire
Uno de los componentes de la masificación de la cobertura y una de las expresiones de su primer ciclo expansivo ha sido la feminización de la educación superior. Esta ha sido una revolución silenciosa de las sociedades que, si bien solo parcialmente explica el crecimiento global de la matrícula, tiene determinaciones muy específicas en el mundo educativo. Desde el lado de los mercados, el proceso de masificación de la matrícula encuentra su sustentación en las estrategias de sobrevivencia de los hogares y en la búsqueda de mejorar sus condiciones, así como en las propias demandas del aparato productivo, cuyo aumento de la densidad tecnológica y cuya complejidad técnica comienzan a requerir mayores niveles de competencias. Ello también ha sido una derivación del ingreso de las mujeres al mercado de trabajo, ya que los datos indican cómo los mercados laborales premian más a las mujeres el salto en la escolarización que a los hombres. Los estudios indican que el impacto de los estudios es mayor en las mujeres que en los hombres, ya que si bien estos tienen mayores salarios como cabezas de familia, al producirse la titulación, los incrementos de los salarios son mayores en las mujeres que en los hombres (28). Esto es más notorio en el marco del empleo público, ya que en la economía privada para los mismos niveles de formación se remunera menos a las mujeres que a los hombres. Igualmente hay mayores niveles de desempleo de las mujeres para los mismos niveles educativos, tal vez derivado del rol de la cabeza de familia en el sustento de los hogares.
Develar las causas profundas de este proceso que al tiempo está construyendo nuevas inequidades por el creciente desequilibrio de géneros, por la reducción del peso masculino, se constituye en un objeto de vital importancia para develar los cambios sociológicos. La feminización de la educación superior es más elevada inclusive en el egreso y ha tenido más intensidad en algunas carreras, como las de formación docente y de salud, en las cuales los menores tiempos de trabajo por día y anualmente, y la dispersa localización geográfica de los centros de trabajo, ha facilitado a las mujeres la posibilidad de trabajar cerca de sus domicilios y por ende mantener el rol y sus actividades tradicionales en los hogares. Un componente de la feminización de la matrícula en estos campos disciplinarios está asociado a la estrategia de sobrevivencia de los hogares, que ha ido presionando el aumento de los ingresos familiares a partir del aumento de la participación de la mujer en la población económicamente activa. Aun cuando persisten diferencias de géneros para las diversas profesiones y trabajos, es de registrar que la feminización de la matrícula ha sido resultado de la propia demanda de las mujeres y no de políticas públicas específicas o de características específicas de las ofertas laborales que promovieran el acceso femenino.
Este proceso ha sido persistente durante los últimos años, y permitió el pasaje de la feminización de la matrícula desde 24 por ciento de la cobertura total, en 1950, a 32 por ciento en 1960; 36 por ciento en 1970, 43 por ciento en 1980, 49 por ciento en 1990, 48 por ciento en 1997 y superó la mitad para alcanzar al 53 por ciento en el año 2003. Esta tendencia se ha producido a escala mundial y, aun cuando es posible suponer, sin duda, que tal proceso en el largo plazo se va a enlentecer, todavía se mantendrá durante las próximas décadas. El bajo peso de los niveles de feminización en algunos países claramente permite suponer que el proceso continuará hasta alcanzar a los niveles de 60-65 por ciento, que son los niveles más elevados de la región. Igualmente, se constata una presencia más significativa de las mujeres en la educación no presencial, en parte coincidiendo con su rol en el trabajo del hogar. Para el año 2001, por ejemplo, en la matrícula de Costa Rica se constataba que mientras la matrícula femenina en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) era del 75 por ciento, en las otras universidades públicas, la Universidad Nacional y la Universidad de Costa Rica (que tienen mecanismos además selectivos de acceso), eran del 65 por ciento y del 59 por ciento respectivamente (29). Por su parte, en la Universidad Nacional Abierta (UNA) de Venezuela, la matrícula de las mujeres representó en el pregrado en el periodo 2002-2003 el 70,22 por ciento de la matrícula, muy superior al promedio nacional (30).
d. Las nuevas demandas estudiantiles
En el nuevo escenario se visualizan nuevos cambios en la composición de la matrícula estudiantil, que están implicando a su vez la introducción de cambios en la estructura y en las características de los sistemas. Más allá de los estudiantes no universitarios, que alcanzan al 23 por ciento de la matrícula; los estudiantes del sector privado, que son cerca del 47 por ciento de la matrícula; los estudiantes que pagan por sus estudios (60 por ciento) o las mujeres (53 por ciento), se está desarrollando un nuevo perfil de demandas estudiantiles asociadas tanto al nuevo escenario democrático en toda la región como a las derivaciones del nuevo modelo económico regional y al contexto educativo en la sociedad del saber. En este sentido, ya se constata para el 2005 la existencia de una matrícula de postgrados de alrededor del 4 por ciento de los estudiantes, de una matrícula de estudiantes extranjeros en torno al 1 por ciento, así como de una matrícula de educación a distancia que para el 2005 ha alcanzado al 4 por ciento de la matrícula. Son nuevos estudiantes que han irrumpido muy rápidamente, en pocos años, y con sus propias especificidades en términos de su composición social, del modelo educativo que demandan y también en su composición etárea.
En adición a este nuevo tipo de estudiante, se constata el ingreso de estudiantes procedentes de los quintiles de menores ingresos y de otras dinámicas y realidades culturales. Nos referimos específicamente al acceso a la educación terciaria de indígenas, de personas privadas de la libertad y de personas con discapacidades, todos los cuales representan alrededor del 20 por ciento de los jóvenes latinoamericanos, con variable incidencia en los distintos países. En estos casos, su ingreso requiere de cambios en el modelo educativo. Tanto por la vía de cambios en los currículos o por la vía de la incorporación de modalidades pedagógicas asociadas al multiculturalismo, como por el desarrollo de modalidades de educación no presencial y transformaciones para permitir la accesibilidad a las instalaciones y otras formas de aprendizaje.
Los ciclos anteriores de expansión de la matrícula no requirieron cambios significativos en los modelos educativos, sino meramente una ampliación de las escalas de las instituciones junto a una relativa mayor diferenciación, regionalización y complejización de los sistemas terciarios, junto con una flexibilización de horarios. En el nuevo contexto, la continuación del proceso de expansión de la cobertura no se reduce a su mera ampliación, sino que tiene como prerrequisito la introducción de cambios significativos en el modelo educativo para permitir llegar a los demandantes de educación a distancia, de educación multicultural, de educación con accesibilidad, de educación especializada o de educación continua. Así, el pasaje de la cobertura desde el actual nivel de masas hacia una cobertura universal a nivel regional se torna más complejo por las inequidades generadas, y se requieren además políticas proactivas y de accesos diferenciados (31).
e. Los complejos resultados de la masificación
Como ya mencionamos, la expansión de la cobertura derivó, por una parte, en el crecimiento elefantiásico de las instituciones de educación superior públicas de tipo monopólico que constituían el eje de la primera reforma de la educación superior. Estas instituciones, que hoy conforman la Red de Macrouniversidades Públicas de América Latina y El Caribe —red que contribuí a crear en el año 2002—, fueron la derivación de la primera fase de la expansión de la matrícula. Las instalaciones —hoy transformadas en museos, sedes de las actividades ceremoniales o reducidos espacios solo para la gestión rectoral— fueron suplantadas por los campos universitarios construidos desde los años 60. La migración estudiantil, a su vez, fue suplantada con diversas modalidades de regionalización también desde los 60 y 70. La conformación de un modelo complejo, la diversidad de actividades, el establecimiento de amplios marcos regulatorios académicos mesocráticos, la alta sindicalización y la expansión de otros roles y cometidos sociales, fueron también una derivación de ese proceso. Uno de los resultados ha sido la caída de los niveles de calidad y el establecimiento, en un sector, de sistemas selectivos de acceso, contribuyendo a la creación de circuitos diferenciados de calidad. A nivel sistémico, la masificación