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que generan nuevas estructuras; un financiamiento diversificado; y un centro académico estimulado por medio de mecanismos de incentivo que han permitido conformar una cultura global emprendedora, internacionalizada e inserta en los mercados del conocimiento.

      Para Clark, la nueva periferia universitaria deriva de la necesidad de distribuir en toda la base de la universidad nuevas unidades que vayan dialogando sobre la construcción de los cambios con las unidades de docencia, entre las cuales se encuentran nuevas oficinas de derechos intelectuales, empresas asociadas, laboratorios asociados, unidades de seguimiento a exalumnos, unidades de recaudación de fondos, unidades de innovación, y parques tecnológicos. Son estas instituciones las que se focalizan en la investigación, en la creación de múltiples unidades (patentes, relación con empresas, centros de movilidad e intercambio de docentes, empresas, laboratorios, etc.), en una combinación entre profesores por corto tiempo y de investigación permanente, con flexibilidad de la contratación por investigación asociada a productividad, a una fuerte interacción con las empresas, con multiplicidad de alianzas de docencia de postgrado, y agresiva política de internacionalización.

      Las instituciones focalizadas en la docencia a nivel del grado se constituyen como las expresiones clásicas del modelo universitario tradicional orientado a la producción de profesionales. Su carácter presencial, nacional, catedrático, inflexible, de grado, articulado ordenadamente en facultades y escuelas, siguiendo el modelo disciplinario de los campos del saber, es la manera tradicional en que se han conformado las instituciones en América Latina, en general siguiendo los ejes de la universidad republicana napoleónica, reforzada en el modelo de la reforma universitaria de Córdoba (1918), que rigidizó las instituciones al promover un sistema altamente regulado y mesocrático. Ese modelo de carácter público se constituyó en algunos países como el paradigma universitario de funcionamiento, tanto en términos conceptuales como legales, y moldeó también al sector privado y a las instituciones no universitarias. Tal vez el mayor eje de la diferenciación institucional y de las complejidades de las transformaciones organizacionales esté dado por las demandas de reformas en este tipo de instituciones. La transformación de muchas instituciones de este tipo se está procesando por la vía de la diferenciación de sus modalidades de transferencias de saberes presenciales. Han comenzado un proceso de diversificación, están orientadas hacia la flexibilización de sus estructuras de docencia (profesores de tiempo parcial, ofertas flexibles de horarios, cursos nocturnos o sabatinos, creditización del currículo), a la regionalización de sus ofertas y a la diferenciación de sus ofertas (ofertas de postgrado, de estudios no universitarios y de educación continua no creditizadas). En muchos casos, esto ha sido derivado tanto de la diferenciación de las demandas como de la necesidad de recursos financieros, al tornarse la educación permanente, tanto en su forma de educación continua como en su forma de postgrados a nivel presencial o a distancia, en espacios de alta rentabilidad. Ello ha permitido la expansión de estas nuevas modalidades docentes como mecanismo de compensación salarial o de mayores exigencias laborales sobre su cuerpo docente.

      Sin embargo, hay una tendencia al decrecimiento de la rentabilidad del pregrado en las universidades, más allá de su larga duración, por las tasas de deserción y la sobreoferta de nuevas instituciones. El mecanismo de respuesta a las nuevas demandas y a la necesidad de recursos extrapresupuestales tiende a expresarse en una diferenciación de las ofertas de estudios tanto formales como no formales. Asociado a ello, algunas instituciones están propendiendo a sistemas altamente articulados y creditizados al interior de esos ciclos y niveles de la oferta, de tal forma de permitir, a través de los cursos de educación continua, la realización de estudios de postgrado formales.

      Asimismo, una de las características de los estudios continuos está asociada a la creciente recertificación, cada vez más obligatoria para muchas profesiones, por la cual las personas requieren realizar determinados cursos, créditos o trabajos para mantener la validez de sus certificaciones y, por ende, el ejercicio de sus profesiones.

      La educación global es una de las tendencias más marcadas del nuevo escenario, dado no solo por la movilidad global de los factores de producción sino también por los estándares de calidad y enfoques curriculares globales, tal como analizaran Meyes y Scevedo en el marco de la conformación de un sistema global de educación superior con fuertes niveles de convergencia entre los sistemas, así como también con sus divergencias y especificidades nacionales. Salmi ha definido como universidades de clase mundial a aquellas orientadas a demandas y pertinencias globales. Las universidades globales se asocian a los modelos sobre los cuales se estructuran los rankings internacionales que les dan un enfoque centrado en universidades de investigación. Las universidades globales son también parte de redes globales entre las universidades con currículos comunes que permiten la movilidad de los estudiantes inclusive con propiedad global (grupo Laureate) o con orientaciones curriculares compartidas (por ejemplo, la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina —AUSJAL—, así como las diversas órdenes o congregaciones); asimismo, universidades globales con sus propios sistemas globales de evaluación y valorización a través de los rankings. Muchas de estas instituciones forman en inglés, están orientadas a formar el personal profesional de las empresas globales o de los organismos internacionales; y pertinencia, currículos, docentes y estudiantes son crecientemente globales. Entre estas se destacan las universidades corporativas.

      Castells ha analizado este tipo de instituciones donde el saber tiende a descentralizarse y donde la organización es un nodo de esa malla infinita de redes. En estas instituciones, la movilidad es uno de los mecanismos de acceso a los saberes, desarrolla espacios colaborativos de investigación, tiene un carácter global y se apoya fuertemente en las redes digitales de comunicación. Para algunos autores, una variedad de estas universidades son las instituciones virtualizadas; ya que se manifiestan en redes más flexibles, rápidas y con mayor uso de nuevas tecnologías de comunicación. Son derivadas de la introducción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que transforman las estructuras de costos, los niveles de cobertura, la centralidad en el aula, el rol de los docentes, y las modalidades de acceso; y promueven una educación permanente sentando las bases de un nuevo modelo educativo de tipo constructivista. Asimismo, se visualiza la expansión de las universidades virtuales (las megauniversidades) o híbridas de base nacional como una modalidad educativa de la sociedad global de acceso a través de la red, expansión asociada al incremento de la conectividad y a la caída de los costos relativos. Este tipo de institución introduce un nuevo esquema de precios de la educación y nuevas escalas globales por cambio de la ecuación costos, cobertura y calidad. Igualmente, plantea un cambio en el rol de los docentes a través del desarrollo de nuevas modalidades pedagógicas de autoaprendizaje y de modelos de simulación.

      Las universidades virtuales se constituyen en una de las instituciones de la sociedad del conocimiento, ya que pueden permitir una educación de mayores escalas, con interrelaciones internacionales orientadas al establecimiento de óptimos paretianos por los fraccionamientos técnicos asociadas a nuevas modalidades pedagógicas y modelos de simulación, y a aprendizajes no lineales a través de hipermedios, facilitando así una mayor diferenciación disciplinaria. Asimismo, a través de diversas alianzas internacionales o a través de una diferenciación de intensidad del uso de nuevas tecnologías, pueden llevar adelante modelos híbridos pedagógicos o formas bimodales o multimodales de prestación del servicio, que facilitan niveles de flexibilidad y un uso diferenciado de las tecnologías digitales y, por ende, el desarrollo de una alta diferenciación de modelos educativos y pedagógicos casi ajustados a medida a las demandas.

      3- Reich, R. (1993). El trabajo de las naciones. Hacia el capitalismo del siglo XXI. Buenos Aires: Vergara.

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