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La educación permanente

      Este es un ámbito de actualización constante de saberes y destrezas, asociadas a la rápida y enorme dinámica de la renovación y obsolescencia de conocimientos que producen los altos recursos humanos y financieros dedicados a la investigación y a la velocidad que tienen los mercados laborales de demandas por la ininterrumpida modernización productiva derivada de la alta competencia global. Una sociedad basada en la creación e innovación permanente se expresa, a su vez, en procesos educativos que actualizan en forma permanente nuevas competencias (habilidades o destrezas) o conocimientos (teorías y esquemas interpretativos). Los sistemas universitarios estaban estructurados sobre la base de la existencia de muy pocos conocimientos: era el escenario de Kant y Descartes de pocas disciplinas, marcado por una renovación de conocimientos muy lentos que no derivaban en transformaciones rápidas de los currículos. Actualmente se ha pasado a un escenario donde la enorme creación de conocimientos impone la necesidad de un proceso de actualización de los currículos y, al tiempo, la permanente actualización de las personas ya formadas y cuyos saberes básicos o especializados requieren la actualización de sus competencias para mantener sus propios ámbitos de trabajo. Lentamente se está conformando la educación continua como un ciclo ordenado al interior de la educación.

      En los inicios, los postgrados se posicionaban en una educación orientada a transferir marcos teóricos especializados y la educación continua en transmitir destrezas y habilidades. Sin embargo, el desarrollo de postgrados profesionalizantes ha comenzado a plantear cambios en este paradigma organizacional y conceptual.

      Con el postgrado, se reestructura la lógica de la educación superior. En un comienzo el pregrado y el postgrado solo se diferenciaban por la complejidad de los análisis. Sin embargo, en el contexto de la sociedad del saber, encontramos cada vez mayores diferencias entre ambos niveles institucionales y de gestión de saberes. Así, el pregrado está fuertemente orientado a las profesiones, con currículos fuertemente estructurados, centrados en disciplinas consolidadas y conocimientos básicos. Su esquema pedagógico descansa fuertemente en el aula y en el docente mediante la utilización de las tecnologías tradicionales. Su funcionamiento descansa en clases cronometradas, organizadas en escuelas y facultades con poca relación con la investigación y con las fronteras del saber. Es la expresión clásica de la fábrica educativa que creara la reforma napoleónica, que en general transmite saberes validados, que está cada vez más estructurada como un “commodity”, como una mercancía de conocimientos multidisciplinarios básicos en los diversos campos del saber, con fuertes pertinencias nacionales, y asociada a partir de estrechos lazos de dependencia a las políticas públicas estatales en términos de mecanismos de ingresos masivos, criterios de equidad, estándares básicos de calidad, políticas de becas, etc. La educación llamada de grado o de pregrado, que antes era el ciclo final de los estudios universitarios, se ha transformado en una nueva educación media, en tanto ella contiene un conjunto de conocimientos básicos dentro de un campo disciplinario. La educación media tradicional, por su parte, es un conjunto de conocimientos básicos de todos los campos disciplinarios (geografía, historia, matemáticas, ciencias básicas, etc.). Los conocimientos del sector universitario son básicos también, pero dentro de un campo o de un área de saberes, y promueve la capacidad de aprender y de investigar dentro de ese contexto. En los inicios el ciclo universitario contenía saberes básicos en una disciplina y, en los últimos años de la carrera, se desarrollaban saberes especializados. Estos actualmente están siendo trasladados hacia los postgrados, que es donde se focaliza el conocimiento especializado, tal como se visualiza en la política desarrollada en Europa en el marco de los acuerdos de Bolonia.

      Es la sociedad del conocimiento quien está creando nuevos campos de saberes especializados, los cuales se expresan en los postgrados. En las diversas áreas del saber, donde se está produciendo la renovación y la obsolescencia o la mera expansión de los conocimientos, no es en general en los conocimientos básicos sino en las fronteras del conocimiento, que son los que se expresan en los postgrados. En estos es donde se crean nuevos saberes tanto por la vía del fraccionamiento disciplinario como por medio de los desarrollos transdisciplinarios. El pregrado no propende a crear, y sus tesis meramente sistematizan, ordenan o clasifican conocimientos lejos de las fronteras del saber.

      Ambos procesos, la educación continua y la educación especializada, comienzan a plantear un cambio en la estructura de la matrícula, el nacimiento de un triángulo invertido de edades, y nuevas lógicas de los estudios asociados al reciclaje de competencias y a su reactualización.

      En el nuevo escenario se está gestando una educación transnacional tanto en forma presencial como virtual. El saber en general no tiene fronteras y nace de la confrontación con otros saberes, pero la vastedad del conocimiento sienta las bases de una educación nacional sin fronteras como parte de una división internacional del trabajo académico —en el cual las diversas unidades académicas en los países se especializan en determinados campos del saber en términos de investigación y extensión—, en una dinámica asociada a la movilidad estudiantil y docente, así como a la educación transfronteriza. Sin embargo, la educación internacional es también una expresión de la construcción de un nuevo currículo global y multicultural, y del desarrollo de pertinencias globales promovidas por la economía global de empresas internacionales y movilidad de los trabajadores.

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