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franceses en algo más interesado que la simple denuncia a la inhumanidad a la que nos lleva la actual lógica económica de la planificación en salud. En este sentido, recuerdo una frase de Roger Gentis en Las tapias del manicomio:

      Los verdaderos muros del asilo son interiores, son los que hay entre el personal y los pacientes, y estos muros son como escudos arraigados en la carne misma, que desgarra cuando aquellos se resquebrajan36.

      La carta de protesta, no es otra cosa que la defensa de una forma de entender la atención a la salud mental con claros beneficios privados, que incluyen las instituciones psiquiátricas concertadas y de cómodas ganancias. Cuando la realidad de los hospitales psiquiátricos franceses, como la de todos aquellos que perviven, sea donde sea, es elocuente por sí misma.

      Las condiciones materiales de existencia en Sainte-Anne —escribe Louis Althusser en su autobiografía— eran verdaderamente inimaginables, en especial el gran refectorio en el que tenías que procurarte el plato y los cubiertos (teníamos que lavar los cubiertos después de la comida en una cubeta de agua infecta, no los platos, nunca comprendía por qué), te sentabas a la mesa al lado de no importa quién, y los guardias dejaban en desorden sobre la mesa inmensas fuentes de alimentos asquerosos37.

      Pude comprobarlo, años después. En octubre de 1988 visité los viejos pabellones de Sainte-Anne, por tantos considerado un baluarte de la psiquiatría francesa, y encontré en sus salas manicomiales el mismo olor, la misma mescolanza promiscua, los mismos crónicos, el mismo desarraigo del presente sanitario y social, que en cualquier otro hospital psiquiátrico del primer o del tercer mundo, de hace veinte años o de hace tres días.

      Pervivencia del hospital psiquiátrico que confirma un informe encargado por las autoridades sanitarias galas, el Informe Massé, hecho público en junio de 1992.

      En el día de hoy, el 70 % de los 800 sectores de psiquiatría y el 60 % de los 300 sectores de psiquiatría infanto-juvenil permanecen atados a los centros hospitalarios.

      Concluye el informe con el miedo de que la psiquiatría evolucione hacia un desarrollo en dos velocidades: en primer lugar, una psiquiatría «punta» en el hospital general, hipermedicalizada, claramente biologicista y, en segundo lugar, en el hospital psiquiátrico una psiquiatría encargada de gestionar la cronicidad38.

      La comunidad terapéutica y la psiquiatría del Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña

      En 1943 Wilfred Bion y John Rickman organizan a los enfermos del hospital de Northfield (Reino Unido), soldados con trastornos mentales, en grupos de discusión, haciéndoles participar en el gobierno del centro. La guerra hizo que el Estado se hiciera cargo de todos los recursos sanitarios, por medio de un Plan de Emergencia destinado a garantizar la cobertura a los soldados y a la población civil. El objetivo era vencer a las potencias del eje faccioso, ganar la guerra, pero en todas las naciones castigadas por la contienda, la esperanza de la victoria se unía al deseo de un futuro mejor; de un nuevo mundo.

      El Informe Beveridge, publicado en 1942 en el Reino Unido, plantea hacer frente a lo que califica los «cinco gigantes»: indigencia, enfermedad, ignorancia, miseria y desempleo, a través de un seguro global y de potenciar los servicios públicos. En sanidad, se retoman los proyectos de reforma con el Informe Oficial sobre los Servicios Nacionales de Salud, preparado por el gobierno de Churchill y publicado cinco meses antes del desembarco de Normandía39. En 1948 se promulga Ley de Creación del Servicio Nacional de Salud [The National Health Service-NHS], paradigmática hasta nuestros días y considerada, durante mucho tiempo, la pieza de ingeniería social más significativa del mundo occidental.

      En estos tiempos de guerra, la comunidad terapéutica, con el apremio de la escasez de personal como la psicoterapia institucional en la Francia ocupada, oferta una forma de organizar las actividades de las instituciones totales y parciales que será ampliamente utilizada como herramienta terapéutica hasta el momento actual (en 1953 en un informe de la OMS, se recomienda que los hospitales psiquiátricos deben ser, en su totalidad, una comunidad terapéutica40. Main, en un artículo publicado en 194641, describe al hospital de Northfield como una «comunidad terapéutica».

      En 1958 el psiquiatra Maxwell Jones, el más representativo de esta forma de actuación institucional, declara:

      Si aplicamos a un hospital de psiquiatría el término de comunidad terapéutica, quiere decir que la responsabilidad del tratamiento no queda confinada al personal médico, sino que también concierne a los otros miembros de la comunidad, es decir, a los pacientes42.

      Se busca el aprovechamiento deliberado, con finalidades terapéuticas, de todos los recursos de la institución, entendida como un conjunto orgánico y no jerarquizado de médicos, pacientes y personal auxiliar43. Sin que exista un modelo único, se pueden resumir como principios de una Comunidad Terapéutica: la democratización de las opiniones, permisividad, comunidad de intenciones y finalidades, confrontación con la realidad (confrontación que señala sus límites al reducirse al tiempo del ámbito hospitalario; sus beneficios terminaban generalmente al salir el paciente de la comunidad terapéutica). O, dicho de otra manera:

       Libertad de comunicaciones a distintos niveles y en todas las direcciones.

       Análisis en términos de dinámica individual e interpersonal de todo lo que sucede en la institución (reuniones diarias de pacientes y personal, psicoterapias de grupo).

       Tendencia a destruir las relaciones de autoridad tradicionales. Ambiente de máxima tolerancia.

       Actividades colectivas (bailes, fiestas, excursiones…).

       Presencia de toda la comunidad en las decisiones administrativas del servicio.

      Estos principios están muy cerca de los que, como hemos visto, se enuncian para la psicoterapia institucional (libertad de circulación, lugares estructurados, contratos fácilmente revisables de entrada y salida y una acogida permanente disponiendo de rejas simbólicas y de mediaciones44), aunque los franceses privilegian un acercamiento más psicoanalítico.

      La comunidad terapéutica, junto con la psicoterapia institucional, van a constituir dos hitos fundamentales en las reformas del manicomio. Como escribe Basaglia en el libro colectivo que le hizo famoso:

      Estas dos tendencias que proceden, en el plano teórico, de diferentes puntos de vista, revelan la validez de su posición, en el plano práctico, al operar, unidas, la subversión de una ideología cristalizada en la contemplación especulativa de la enfermedad entendida como entidad abstracta, claramente separada del enfermo de la institución psiquiátrica.

      Las experiencias de Main, después de las de Maxwell Jones, fueron los primeros pasos de la psiquiatría institucional, establecida sobre bases esencialmente sociales45.

      Pero al tiempo que Maxwell Jones trata de crear un ambiente terapéutico en el hospital psiquiátrico, hay autores que llaman la atención sobre los efecto nocivos de la institución psiquiátrica; en 1961 aparece el libro de Goffman46, Internados, y poco después se difunde la crítica basagliana y los movimientos de desinstitucionalización.

      La Ley de salud mental de 1959

      En 1954 se organizó una comisión para estudiar la legislación referente a la enfermedad y retraso mental. En su informe de 1957 se recomienda un cambio de la ley para intentar que, en la medida de lo posible, se proporcione un cuidado adecuado a la gente con trastornos mentales sin otra restricción a su libertad o capacidad legal que las de otros enfermos o personas incapacitadas necesitadas de cuidados, dando lugar a la Mental Health Act de 1959, que promulga que los enfermos mentales deben ser tratados igual que el resto de los pacientes. La Ley distingue entre tratamientos hospitalarios y aquellas otras

      […] formas de tratamiento y de entrenamiento y de servicios sociales que se puedan dar para que los pacientes estén ingresados en el hospital, o que permitan darles de alta de un hospital en menos tiempo que en el pasado47.

      El Ministerio de Salud fomentó la creación de unidades

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