Скачать книгу

gran oportunidad para mostrar que el amor de Dios ya está en mi interior y por eso ahora vivo para dar a los demás lo que he recibido de manera tan abundante. Amén.

      Examíname, pruébame y guíame

      “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mi camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmo 139:23-24)

      Los amantes del conocimiento humano en la antigua ciudad de Corinto creían que los hombres podían averiguar cualquier cosa por medio de la investigación y la lógica. Los gnósticos creían que podían descubrir los secretos más recónditos de Dios por su intelecto.

      No así el Apóstol Pablo. Él estaba convencido de que no había una sabiduría más grande que la que recibimos de parte de Dios. El afirma que sólo el Espíritu Santo puede comunicar esta verdad.

      Hoy en día muchos científicos están en los laboratorios haciendo investigaciones que procurarán mejorar en algún aspecto la vida humana. Pero el esfuerzo de toda esa sabiduría humana ¿Nos acercará más a Dios? ¿Seremos mejores seres humanos porque se desarrollen nuevas tecnologías?

      La comunicación avanza a pasos agigantados, ¿eso servirá para comunicarnos más con Dios?

      La justicia de los seres humanos trata de modificarse en todas partes, ¿eso nos acercará más a la justicia de Dios?

      Se están inventando nuevas formas para hacer dinero, ¿eso nos hará más dadivosos y generosos?

      La verdad es que el mundo avanza pero no necesariamente en dirección a la voluntad divina.

      En los próximos años el mundo podrá tener más gente con mucho dinero, podrán levantarse grandes investigadores, podrán así mismo desarrollarse avances científicos que nos sorprendan y quizás se volverá común el ir a la luna o gravitar alrededor del planeta.

      Sin embargo el corazón humano no se transforma para encontrar admiración en el Creador del universo. Descubrimos más planetas pero no le damos el crédito al que los puso con su mano. En los laboratorios se estudian las partículas más pequeñas e imperceptibles para el ojo humano, pero no reconocemos al Hacedor de tantas maravillas. Analizamos la composición de los elementos del mundo, pero nos olvidamos de agradecer a Aquel que con su palabra de poder creó los cielos y la tierra y todo cuanto en ella existe.

      Hoy más que nunca necesitamos pedirle al Señor que examine nuestro corazón y nos ayude a descubrir si estamos errando o podemos encontrar el camino de la eternidad. A lo mejor descubriremos que nos estamos alejando cada vez más de su voluntad y de su divina presencia.

      Oración:

      Señor amado, hoy te pido que abras mi entendimiento para descubrir la manera de vivir sabiamente en este mundo tan complejo. Reconozco que la verdadera sabiduría viene de lo alto y es primeramente pura, después pacifica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Amén. (Santiago 3:17).

      Yo estaré contigo

      “nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desamparé.” (Josué 1:5)

      Cuando Moisés le preguntó al Señor « ¿Quién soy yo, para ir delante de Faraón, y pedirle que haga salir de Egipto a los hijos de Israel?». Dios le respondió simplemente: “Ve porque yo estaré contigo”

      ¿Acaso necesitaba algo más? ¿Acaso puede haber algo más importante para nuestras vidas que El Señor Creador de todas las cosas esté con nosotros?

      Así mismo El Señor le hizo esa promesa a Josué: «Yo estaré contigo, no te dejaré, ni te desampararé» (Josué 1:5)

      De la misma manera Jesús delante de sus discípulos afirmó su voluntad de estar cerca de ellos cuando los envió a la gran comisión de predicar su evangelio a todas las naciones: y “yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28: 18).

      En un mundo de gran soledad, en donde muchos se sienten abandonados y olvidados, que conveniente es recordar la voluntad de nuestro Señor: no te voy a dejar, camina con confianza en este día, no estás solo/a, no te angusties, mis ángeles te guardan, mi presencia te reconforta, mi espíritu te alienta, mis misericordias son nuevas para ti esta mañana, mi amor por ti no cesa, mi vida la he dado por ti.

      Nunca te olvides que Él está contigo en cada jornada de tu vida.

      Pablo podía decir: no tengo casa, no tengo bienes, no tengo riquezas, no tengo comodidades, no tengo nada de eso, pero en realidad lo tengo todo porque tengo a Cristo en mi vida, Él es el todo para mí. Y Él me ha prometido que en cada jornada está conmigo, que camina a mi lado, que no pasa un segundo de mi vida sin que Él esté presente y aun cuando en las noches descanso, Él vela mi sueño y me protege.

      Vive este día con la seguridad de que no estás solo/a.

      De la misma manera que El Señor le prometió a Moisés, a Josué y a sus discípulos, también lo hace para ti en este día: ¡Yo estaré contigo!

      Si Dios está contigo, en realidad lo tienes todo.

      Oración:

      Mi amado Dios, hoy me recuerdas que nunca estoy solo/a en este mundo, que tú caminas conmigo y que haces de cada jornada una linda experiencia en tu compañía. Gracias por permitirme disfrutar de tu presencia y de tener la seguridad de que “aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo y tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmo 23: 4).

      Guiados por una visión

      “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella” (Habacuc 2:2)

      Si yo te pregunto hoy cómo quisieras que fuera tu vida en 5 años, ¿sabrías responderme con seguridad?

      No me refiero a que respondas con generalidades: Quisiera ser rico y famoso. O quisiera ser feliz.

      Eso no es un objetivo claro, es una generalidad que el común de las personas desea pero no traza un rumbo específico para tu vida. Pero si tú tienes un objetivo claro, entonces puedes enfocarte y no perder el rumbo.

      Imagínate un barco que salga a altamar sin rumbo fijo. Cuando esté en la mitad del océano no sabrá cuál es su puerto de llegada porque navega sin rumbo. Pero me sorprende increíblemente que la mayoría de las personas sean como esos barcos sin rumbo que no saben adónde se dirigen y por lo tanto, no solo pierden sus esfuerzos sino que además se frustran fácilmente.

      Nuestra vida necesita tener un enfoque y una dirección clara. Por eso Dios te invita a buscarlo a Él y con su divina dirección diseñar un camino, trazar un objetivo, edificar tu visión, tener metas definidas que te desafíen.

      Ponle una dinámica a tu vida y ofrécele al Señor lo mejor de ti. El Señor se complace en ver cómo sus hijos usan sus dones y traen fruto de bendición en este mundo.

      ¿Lo que estás haciendo hoy en día te está conduciendo a lograr los propósitos divinos para ti?

      La visión es una concepción que es inspirada por Dios en el corazón del ser humano. Visión es poder ver el futuro antes de que llegue a existir. Es un dibujo mental de tu destino. Dios le dio a la humanidad el don de la visión para que no tengamos que vivir solo de lo que vemos físicamente.

      Podemos ver ese propósito por fe. Parafraseando la Biblia, la fe es la sustancia de las cosas que tú esperas poder llevar a cabo, es la evidencia de cosas que tú sí puedes ver aunque otros no las vean.

      Este es un buen día para darle enfoque a tu vida.

      Escribe

Скачать книгу