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a esa edad, y tal vez con el papá de él y el papá de su papá, y también por la significación y el interés cultural... cómo vivía la gente de la ciudad por ese entonces, aquellos fotógrafos sin tienda y los músicos callejeros de los que solía contarme, cuando él era chico, bandas de percusión completas que iban de calle en calle y carros tirados por caballos con el hielo para las congeladoras, y frutas y verduras y creo que hasta leche, aunque lo último debe haber sido cuando su padre era niño”, “Montones de monedas de antes del 54... un gran frasco entero, un par de peniques son de plata y algunas de las otras monedas se remontan a las décadas del diez y del veinte, solo dando una mirada rápida, así que hasta podría haber algunas mejores, y me parece que vi un penique con una cabeza de indio, antes de que se perdiera entre las otras monedas, y sé que había una de veinticinco con una mujer alada, la vi por un segundo”, “Sí, envíalas todas... una vez hace muchos años dijo que desde que se pasaba el día con monedas, en el restaurante, había iniciado una colección para ayudar a pagar mis estudios, así que si son de algún valor las usaré para mis propios hijos... asegura esa caja por algunos cientos, por favor”, “Han llegado varias facturas... teléfono, servicios públicos, un limpiador de ventanas y justo hoy una carta de Honolulu”, “Envíalas y yo me ocuparé de ellas, pero lo del limpiador de ventanas es un chiste... que llamara a uno con la vista que me dijo que tenía... tan solo más edificios como el suyo, ¿y qué había, dos ventanas?”, “Tres, más la chiquita del baño pero es ahumada”, “La carta, quién sabe qué significa... tal vez un cliente que estaba de paso y una vez que llegó allá se sintió solo... si le escribo que mi padre murió tal vez no sabría de quién le estoy hablando... reenvíala al remitente diciendo ‘destinatario fallecido’... ¿algún libro?, no, ya tengo todos los que querría leer, o las librerías y las bibliotecas los tienen, a menos que uno o dos parezcan extremadamente antiguos... de hecho, ¿sería demasiado pedirte que pongas los libros hacia abajo, uno por uno, y pases las páginas rápidamente y los sacudas en esa posición?... te pagaré algo extra si hay más que apenas unos pocos... porque para mí que debe haber guardado en ellos algunos tesoros y recuerdos”, “Una corbata de seda con el aspecto de ser muy cara, dice cien por ciento, y sin uso porque sigue en su caja, envuelta en papel tisú, y de una de las tiendas más finas de aquí, y del resto de su ropa lo único que todavía se ve en buen estado es un cinturón de cuero casi nuevo, talle 34”, “Ese es el talle de mi esposo, pero dudo que quiera usar el cinturón de mi papá... en cuanto a la corbata, puesto que la que usaba la última vez que lo vi estaba manchada y vieja, se la debe haber regalado algún amigo después de eso... ¿una dama tal vez? No lo creo, parecía haberse vuelto algo así como casto, siempre en su casa como una suerte de recluso ascético, así que tal vez de su patrón como regalo de Navidad, o de alguno de sus clientes permanentes que no dejan nada durante el año pero en cambio obsequian algo así de espléndido como presente anual, aunque era una cafetería barata por la manera en que la describía, así que tampoco creo que sea eso... o tal vez la compró para la siguiente vez que lo viéramos, eso tendría sentido porque puedo verlo derrochando por nosotros, pero no me imagino a mi esposo Glen ni a ninguno de mis hijos yendo por ahí metido en algo de él... a los chicos les parecería tétrico, las ropas de un muerto... así que haz lo que quieras con la corbata, decora un árbol con ella ya que hablamos de Navidad, solo estaba bromeando... ups, ahí tienes, el ‘solo estaba bromeando’ que era tan de él, así que es curioso, por qué se me habrá pegado y cómo vino a salir ahora por primera vez”, “Un directorio telefónico con no demasiados nombres”, “No, la vida pasada... ¿y qué podrían significar esos nombres para mí, si es que no los tengo ya?, así que a desecharlo, pero sobre sus fotos, nunca lo dijiste, pero... ¿había alguna de Julie o mía?... de chiquitas, ella tenía flequillo desde que era bebé y era extraordinariamente bonita, como una niña modelo, y yo siempre tenía el pelo largo peinado hacia atrás, en una cola de caballo o una trenza y era la más alta pero también la más sencillita de las dos, mi pelo marrón contra su rubio claro y mis lentes desde los tres años contra su rostro sin ellos”, “Muchas, y las dos eran adorables, pero di por descontado que las querías de modo que iba a incluirlas, dijeras que lo hiciera o no”, “Mi madre, otra belleza, ¿alguna de ella o de los dos como pareja, y con nosotras, en dúo o solas?”, “Unas pocas, en todas las posibles combinaciones familiares”, “Solo por curiosidad, pero... ¿a quién dirías que Julie y yo nos parecíamos en esa época?”, “No lo puedo decir con certeza, como mucho hay partes de ustedes en los dos, y también se parecían entre ustedes, a pesar de los lentes y el pelo”, “Hay una de mis padres juntos que recuerdo especialmente, de hecho la sacaba del cajón de las fotos en su vestidor y la observaba con detenimiento cuando todavía éramos cuatro, probablemente porque en ella se veían tan felices, que era lo que yo quería, porque en realidad, así como tenían una buena relación, aparentemente sólida, solían discutir mucho y a menudo yo tenía miedo de que rompieran... pero el brazo de él alrededor de su hombro y los dos inclinados hacia adelante, chasqueando los dedos al compás de algún tema de música popular, al parecer, algo como una rumba pero eso tuvo su apogeo antes de su época, y parados al lado del auto nuevo que acababan de comprar, frente a una cabaña de verano que estaban alquilando”, “No, no está entre las que encontré, y me parece que ya revisé todo, no es que tu padre tuviera gran cosa”, “Él llevaba unas bermudas de senderismo, una camiseta de polo a rayas y sandalias, y se veía esbelto y fuerte como un levantador de pesas, y con el pelo alborotado y un bronceado saludable, ella antes de tenerme a mí, con un bikini escueto, una figura realmente preciosa, largas piernas suaves, vientre de adolescente, cintura minúscula y un gran busto perfecto, su pelo cayendo por todos lados, y descalza, los dos con esas sonrisas como si estuvieran pasando o acabaran de pasar –tal vez incluso estaban recién levantados, o caídos de la cama, esa clase de diversión– el mejor momento de sus vidas”, “Solo hay tres fotos de ellos dos solos, a menos que esa de la que estás hablando esté pegada detrás de alguna otra, y no es una de ellas”, “Mi madre dice que ella tampoco la tiene, ¿y por qué la tendría?, a menos que quisiera pruebas del cuerpazo que tuvo alguna vez, ¿pero por qué las querría?, y que incluso sigue teniendo ahora, a su edad, un poquito arrugada en las piernas y esas cosas pero todavía está bastante bien, así que me pregunto qué pasó con esa... tal vez en un ataque de rabia después de que ella lo dejó... bueno, él estaba en prisión en ese entonces, pero podría haberla llevado consigo, ella se veía tan bien... la rompió, o tal vez podría estar en su billetera, cortada al tamaño de la billetera, o tal vez la miraba y la toqueteó tanto que se gastó”, “Tampoco está en la parte de las fotos en su billetera, que te estoy mandando entera tal como está, dicho sea de paso, quiero decir incluso los papelitos sueltos y las entradas de cine y teatro guardadas allí, a menos que esa foto, otra vez, esté pegada a la parte de atrás de otra imagen en una de las fundas para fotos, pero... ¿por qué no...? si no te molesta que pregunte... en fin, no, probablemente yo misma puedo responder”, “¿Qué?”, “El hecho de que no volvieras a mirar esa foto del cajón del vestidor desde que la familia quedó incompleta, si he entendido bien, se debió a la muerte de tu hermana, ¿no?, y tú no querías ver...”, “Es verdad, supongo... por lo que quiera que atraviese un niño a esa edad al morir la persona más cercana a ti –a mí–, por lo mismo debió pasar mi padre de otra manera supongo... y también la manera en que ella murió –bang, bang– quiero decir, dormimos en camas una al lado de la otra desde que ella dejó la cuna y a veces en las vacaciones en la misma cama, y festejábamos nuestros cumpleaños juntas aunque cumplíamos años con un mes de diferencia... Dios mío, solíamos jugar juntas ocho horas al día sin parar, algunos días, dibujando y recortando cincuenta figuras de papel o más, y haciéndolas actuar con distintas voces hasta quedar afónicas, creando shows completos de muñecas desde cero, quiero decir, no solo haciendo los personajes de papel maché, sino también el decorado y el escenario y pensando toda la obra... yo no podía... ¿qué estaba por decir, cinco?, tal vez ni siquiera te lo estaba por decir a ti, pero ella murió a los seis... pero yo no podía... seis años, por supuesto... apenas podía soportar dormir en nuestro viejo dormitorio, pero era el único que teníamos... de hecho tuvieron que llevarse no solamente su cama sino también la mía, porque eran gemelas y pusieron una nueva para mí... mi papá ni siquiera era consciente de eso, estaba tan metido en su propio mundo buscando a los vengadores... no, el vengador era él, ellos eran... oh, bueno, eran esto y aquello, ¿de qué puede servir eso?, escorias, ratas... pero yo ni
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