Скачать книгу

leído entre diez y veinte años antes del momento en que lo dijo y se pregunta si los doctores siguen pensando que es verdad. O acaso estaba pensando en el cáncer de próstata y la masturbación, pero de todos modos, tal vez sus pechos podrían ser las “ballenas” y “gordas”, y él la “chica”, si es así como la mente funciona, o solo la suya, pero demasiado traído de los pelos así que lo duda. Tomada en el estrecho patio trasero del departamento donde vivían en aquel entonces. Todo el piso, un primer piso. Una valla alta de madera verde detrás de ellos, aunque la foto era en blanco y negro, pintada así para simular hierba y hojas, decía ella, un par de macetas de arcilla enganchadas con clavos a la valla, en las que había alguna clase de hiedra. Toda la vegetación que tenían allí sin contar unas pocas plantas de semillas de pomelo en latas de café y en las grandes de jugo, y un árbol de ailanto del patio de un vecino que cubría parte del de ellos, nada de lo cual está en la foto. En una reposera de playa está sentada ella, con el apoyo para pies y piernas adosado. Un montón de pelo enrulado, los dos, o el de ella más ondulado que enrulado, el de él un poquito más claro que el de ella. ¿Quién la tomó? No su padre. No importa lo sencilla que fuese la cámara, y él cree la única clase de cámara que jamás tuvieron, y compraron una segunda cuando la primera se rompió, era de esas que apretabas un botón y la parte de adelante, que parecía un fuelle, se abría de golpe. Su padre no hacía café ni tostadas, no hervía huevos, no cambiaba fundas de almohadas, no alzaba persianas, no sacaba fotos, no manejaba la tele, no cubría el interior de la basura con papel de diarios, ni siquiera colocaba bombillas de luz... decía que solía tener la parte que se atornilla agarrada y tenía miedo de que si había un cortocircuito tuviera que desconectar e incluso cambiar un fusible, aparte de no saber cómo abrir la escalera de mano para alcanzar el portalámparas. “Soy un inepto –¿qué te parece esa palabra?– en todo menos mi trabajo e ir y volver de él”, era como le gustaba expresarlo cada vez que ella le pedía que hiciera alguna tarea doméstica, y que ella decía que era su coartada para no hacer nada en la casa como si creyera que su hijo y ella eran sus esclavos. Pero el suyo era claro, o más claro. De hecho ella solía decir que fue rubio hasta los cinco o seis años, “lo que en otras religiones llaman tener el pelo amarillo”, pero él nunca vio ninguna prueba de eso. Ningún sobre con cabellos, o fotos, y ninguno de sus parientes lo recordaba de esa manera. También solía decir que sus ojos eran azules, al menos de un gris azulado, hasta los tres años, pero su padre dijo que esas eran tonterías y solo un ejemplo más de los deseos que ella tenía de pensar en él como un pequeño niño rico patricio, así como le gustaba verse a sí misma como una vieja dama rica que nadaba en dinero. “¿Alguien se anota para la gelatina?”, solía bromear su padre cuando le parecía que ella estaba haciendo un tono aristocrático o incluso poniendo voz y modales ingleses. “¿Para el cricket, alguien?” era otra, con la mano alzada como si tuviera una raqueta de tenis en ella. “¿Rickets o rockets, entonces?”, hasta que ella le decía que terminara ya... su voz y su acento, si lo tenía, eran tan normales y naturales como los de cualquiera, y era una persona que no se daba aires de nada. “¿Cuáles serían algunos otros ejemplos?”, le preguntó a su padre y lo recuerda diciéndole... estaban sentados en la arena, sin manta ni toalla debajo de ellos, tal vez su única vez juntos así en el mar, es decir, realmente al lado del agua y no en alguna rambla marítima o viéndolo desde la terraza de una cabaña... donde incluso puede recordar el traje de baño de su padre y sin sandalias de verano ni zapatos ni medias siquiera, lo que significa que ¿por cuánto tiempo tuvo su padre ese traje de baño antes de que él lo viera?... tal vez desde antes de casarse, ¿de modo que veinte o veinticinco años? ¿Un traje de baño puede mantenerse a la moda por tanto tiempo? ¿O al menos permanecer en el cajón sin ser comido por las polillas? Como sea, es... el traje de baño y la playa son, más bien, los que vuelven esa vez en la playa especialmente memorable, aunque no recuerda qué playa era... –si es que realmente era un océano y no un lago– ni siquiera en qué estado se encontraba. ¿Hicieron un largo viaje en auto un verano, o al menos uno corto, una semana, dos, algunos días? Ciertamente uno a Canadá ida y vuelta o a través del país o una recorrida por el sur, digamos, él no tendría problema en recordarlos. Y tenía que ser en algún momento cuando él tenía entre diez, diría, por la manera en que lo ve en su cabeza, y su primera adolescencia. ¿Solo él y su padre o con su madre?... pero ella no estaba con ellos ese día en la playa, o tal vez sí estaba, se había ido a caminar o a mojarse los pies o a nadar o a buscar refrescos o de vuelta a la cabaña a cambiarse, si es que había una cabaña. Trata de recordarlo, ella en su traje de baño, lo que no era tan raro, ellos tres en la playa o caminando de vuelta de allí hacia el auto o algún lugar, o incluso buscando piedras pulidas o valvas a lo largo de la orilla, pero nada aparece. Un viaje así, de un lugar a otro, de un lago a otro, de océano a lago o lo que sea... Y pudo haber sido después del Día del Trabajo, por varios días, o en el veranillo de octubre porque su padre no podía salir más temprano y lo hicieron faltar a la escuela para eso, esa vez, pero de un acontecimiento así se acordaría fácilmente. Pero una noche aquí y otra allá, ya que fueron tan pocos los viajes de alguna extensión con ellos... ahora mismo no puede recordar siquiera uno, de modo que tal vez no hubo ninguno, aunque sí se acuerda de vacaciones de verano de dos semanas a un mes en diversas cabañas alquiladas, y una vez con ellos en las montañas con una tía que alquilaba una... pero en cualquier caso piensa que no olvidaría un viaje bastante largo o no tan largo como ese, especialmente si fueron solo él y su padre viajando juntos, cuando un auto lo alcanza, él lo mira después de un momento porque permanece a la par del suyo pero está en el carril de adelantamiento. El hombre en el asiento del pasajero lo está mirando cuando él se vuelve hacia ellos y les hace una inclinación de cabeza, sin ninguna expresión, y el hombre sonríe y él le devuelve la sonrisa y retoma su no-expresión y enseguida mira al frente y piensa: ¿Qué le pasa a este tipo? Aspecto raro, incluso amenazante, y una especie de sonrisa siniestra. Nah, se está poniendo paranoico otra vez. Se pone así muchas veces, o tan solo algunas. Es por vivir en una ciudad y leer sus diarios y ocasionalmente ver sus programas de noticias, o tal vez por haber sido criado en una, y más hostil que la suya de ahora, y a menudo en un vecindario duro o limítrofe con uno así. Pero antes era diferente, ¿no es eso lo que siempre dicen? Pero en realidad no lo era. Había montones de pandillas violentas, los chicos en ocasiones te asaltaban en la calle a plena luz del día y trataban de culearte en el dormitorio de varones de la preparatoria, o eso es lo que decían que iban a hacer, y algunos de ellos a los que incluso conocías te daban una tremenda paliza si llegabas a mirarlos como ellos pensaban que era mirarlos mal. Pero al menos no te disparaban allí mismo por una nadería, o al menos no con algo más sofisticado que una pistola casera improvisada, que la mitad de las veces les explotaba en la cara en lugar de disparar. Pero si él ve una mirada así, piensa que está siendo amenazado, cuando un par de veces resultó que la otra persona pensaba que era su mirada la que la estaba amenazando. ¿Eso significa que la otra persona también es paranoica? Tendrá que pensar en eso. Podría ser que al sentirse amenazado comenzó a mirar amenazadoramente y ahí fue cuando el otro tipo se sintió amenazado, pero quién sabe. Pero con este... ¿y por qué no avanzan en lugar de mantenerse exactamente a la par con él, o aminoran y se ponen detrás de él si no van a pasarlo? Tal vez esto sea lo más rápido que el conductor decidió que puede dar sin irse a la banquina, algo más de cien en una ruta de noventa kilómetros por hora, y como a muchos conductores, le gusta circular por el carril de adelantamiento. Si otro auto acelera detrás de él y quiere pasarlo, él se correrá al siguiente carril intermedio. Pero eso es la paranoia, ¿verdad?: ¿alguien que piensas que te está amenazando cuando no lo está haciendo? Su mujer dice que es solo una proyección de su propia hostilidad, algo que ella pensó o leyó pero esas fueron sus palabras exactas, y tal vez lo sea pero en aquella época él le dijo que eso eran solo un montón de estupideces freudianas, o junguianas o rankianas o de quienquiera que haya usado para ese comentario, sin saber mucho sobre Freud y nada sobre los otros. ¿Sus hijas conocen la palabra? Apuesta que no, o por lo menos no la más chiquita. Pero con este hombre, y el auto sigue a la par del suyo y cuando se vuelve hacia ellos el hombre lo está observando otra vez de un modo como avieso, y él hace una inclinación de cabeza y mira al frente... tal vez, pero lo duda, pero tal vez solo sea el carácter de alguien que no sabe cómo sonreír debidamente o mirar de manera agradable a una persona a quien no se propone estafar o de la que no espera obtener nada, o está ensayando en él su mirada aviesa para alguien más a quien realmente va a cargarse

Скачать книгу