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podría haber más pero no creo que pueda seguir con esto, espero que lo hayas oído si estás aquí, o que la esencia del mensaje haya llegado hasta ti o que simplemente te haya llegado, o que en algún momento lo haga de alguna manera, la esencia o la totalidad”, gime, alguien le palmea el hombro pero ella no ve quién es, rompe a llorar, se aleja caminando para estar sola, lamenta no haber traído flores para Julie y su padre y sus abuelos a los que nunca conoció, piensa que vio un puesto de flores como a ochocientos metros por la calle que sale del cementerio, pero es demasiado tarde para eso y recoge algunas flores de las que rodean otras sepulturas que no se ven desde la tumba de Julie, hay montones de ellas alrededor de este lugar y parecen flores de crecimiento rápido, y abundantes y saludables, así que no cree que los dueños de la tumba se molesten, vuelve a la parcela de su familia, “La encontramos”, dice uno de los enterradores, mientras ella está arreglando algunas de las flores en la tumba de su abuela, y él sostiene una lata oxidada, del mismo tamaño y clase de la que lleva en su bolso de mano, y ella dice: “¿Le parece que estará bien si yo hago los honores?... es para lo que vine”, “Está en su derecho, supongo, yo no tengo objeción, y el hoyo no es tan ancho o profundo como para que se caiga adentro”, ella le pide que ensanche un poquito el agujero, desenvuelve su lata, intercambia las latas detrás de su espalda hasta que no sabe cuál es cuál, no las mira hasta que solo ve las partes de arriba en la tierra, las entierra lado a lado, tocándose entre sí, empuja la tierra encima de ellas hasta que el hoyo está lleno, apisona la tierra alrededor de él, hasta que queda chata, y dice: “Muy bien, papá, ahora descansa en paz”, y regresa a la oficina del cementerio y le pide a la recepcionista que le llame un taxi para que la lleve al aeropuerto.

      INTERESTATAL 2

      Conduciendo de vuelta, pensando en su madre y en él mismo cuando era poco más que un bebé, en una foto. Por un momento primero solo en su madre. No sabe de dónde vino el pensamiento ni por qué apareció la imagen. Pero de repente –no recuerda en qué estaba pensando justo antes de ella, probablemente no gran cosa sobre nada– ahí estaban su cara y su cuello y el escote abierto del vestido de verano que ella usaba en la foto, y luego toda la foto, incluso el fondo y el suelo de hormigón y las rodillas cruzadas, sus zapatos y los pies descalzos de él, hasta el borde o marco o contorno blanco con los cantos punteados o dentados o como se los llame cuando son ásperos por su diseño, el estilo durante años en esa época, que él sabe que tiene un nombre porque recientemente lo leyó en un artículo sobre fotografía pero no lo recuerda o no lo registró nunca en su cabeza. ¿Algo que vio en la ruta disparó el pensamiento? Estaba pensando, ahora se acuerda, en la radio del auto, en cuáles eran los números de señal, si así es como se llaman, de la estación de radio pública del pequeño estado por el que iba manejando, 90.1 o 90.3 u 89.3 o 5, que por alguna razón le parece que es uno de esos, por haberla sintonizado sin querer un par de días atrás, o si acaso debería tratar de encontrar la estación pública del estado mucho más grande que limita con este, que también podría ser uno de esos números, cuando la foto se le apareció por primera vez. La etiqueta en el paragolpes “Salve a las ballenas, arponee a una chica gorda” era la última en la que reparó o la última que recuerda. Hace unos pocos minutos, unos pocos kilómetros atrás. Pero eso no habría tenido nada que ver con su madre porque ella fue, hasta que empezó a morir y se puso demacrada, toda su vida delgada, incluso en sus fotos de niña, y aunque “chica” podía asociarse con él por su edad en la foto, duda mucho que fuera eso. Cuando vio la etiqueta se dijo a sí mismo: “Estúpido, ¿cómo puede un tipo manejar con eso en su auto? Le pone un sello de injuriosamente idiota. O si está manejando el auto de otro, ¿cómo puede hacerlo sin sentir vergüenza a menos que él también piense que es gracioso? Pero podría ser que no lo hubiera notado o no lo hubiera entendido, si era el auto de alguien más o quizás durante todo el tiempo que el auto había sido suyo, si lo había comprado usado con la etiqueta puesta, cuál era su significado”. Así que no fue esa y tampoco carteles que pueda recordar ni señales de ninguna clase a lo largo de la ruta, y nada oído en la radio, porque durante toda una hora antes del pensamiento únicamente había puesto cintas de piano solo y de clavicordio, y nada en la música o los instrumentos podía tener relación, ya que a su madre no le gustaba esa clase de música ni la tocaba. Ni personas en los autos junto a los cuales puede recordar haber pasado que le evocaran a su madre o el peinado estilo pompadour que ella luce en la foto o su ropa o cualquiera de esas cosas cuando tenía esa edad, poco más de treinta, o a él en la edad de los pinitos o simplemente a su madre, punto, a cualquier edad, incluso cuando estaba en su casa y luego en el hospital, muriéndose. Piensa que “edad de los pinitos” es la expresión correcta para alguien de menos o alrededor de un año. O algo obvio o sencillamente oculto de alguna manera que vio o pensó y que le haya sugerido esa foto en particular, así que tal vez fue algo más subyacente. ¿Pero para estar dando sus pinitos uno no tiene que estar erguido y como avanzando con pasitos cortos y tambaleantes? Y él no caminaba ni se paraba siquiera por sí mismo cuando fue tomada esa foto, le dijo su madre, que era la razón por la que ella lo sostenía sentado sobre su falda. Aprendió a caminar y a hablar bastante tarde. Tal vez sus hijas jugando o peleándose... pero uno no aprende a hablar, quizás ni siquiera a caminar, y si uno está retrasado es porque empezó tarde. O que por un rato la más chica dormía angelicalmente o algo que dijeron o hicieron ahí atrás en el auto o el mero hecho de estar ahí con él, que hacía de mamá y papá por el día de hoy y los próximos días, tenía algo que ver con eso, de alguna manera, pero él no ve cómo algo de todo eso podría tener que ver. No sabe dónde está la foto ahora. No entre las que él posee. Esas que revisa dos veces al año, ya sea porque sucede que tropieza con los dos estuches tipo neceser donde las tiene en su escritorio en casa –tres o cuatro veces al año más probablemente– cuando está buscando alguna otra cosa en el cajón o porque quiere mirar a sus hijas cuando eran más chiquitas o bebés o recién nacidas en el hospital, el mismo día o el día siguiente, o a su mujer en la fiesta que hicieron para el casamiento o un par de años antes de eso o después, antes de que las chicas nacieran, y especialmente a veces las dos Polaroids de ella desnuda que él le sacó cuando estaba embarazada de ocho meses de la primera y tenía los pechos de dos veces el tamaño que suelen tener, y las únicas tomas de ella, al menos una de ellas, la otra es solo sombra, con vello púbico. Las fotos de su madre, si él no las tiene, se perdieron todas, así que esa se perdió, aunque él no sabe cómo pudo suceder. Particularmente esa y una cantidad de otras fotos viejas e incluso muy antiguas –sus padres de niños, su padre como salvavidas y en el ejército, su foto de bodas y el primer día de trabajo de su madre en una panadería cuando tenía quince años, los padres de ella aquí y en su país de origen, sus abuelos solamente allá, algunas con ellos jóvenes y una con su abuela o abuelo con sus padres y abuelos, ¿pero la fotografía había nacido siquiera entonces o avanzado lo suficiente para que uno pudiera tomar retratos de familia? Ese artículo que leyó decía algo al respecto pero no recuerda qué, aunque piensa que la razón por la que lo sacó de la biblioteca fue para averiguarlo. Pero las fotografías faltantes tenían algo que ver con una bolsa de plástico en la que estaban guardadas en su sótano donde la mayoría se dañaron o se arruinaron por la humedad de ahí abajo, además de estar en la bolsa cerrada durante tantos años, lo que lo hacía peor aún. Así que desechó la mayoría, ¿no es cierto?... no la de bebé, que no estaba entre esas, sino aquellas en las que ya no se distinguían rostros y las fotos eran en su mayor parte moho. Estaba en pantalones cortos en la foto, no tenía camisa, sin duda pañales debajo, de los pantalones cortos desde luego. Cada vez que tenía puesta una camisa, no importa el calor que hiciera, entonces otra prenda interior más debajo de esa, porque así era su madre, hasta su adolescencia. Con los dorsos de sus dedos sobre el pecho de él, el vestido de verano estampado de manga corta, se veía tan hermosa, incluso con lo que para él parecía ser demasiado lápiz de labios y mostrar demasiados y grandes dientes, y el peinado cómico. Era directamente una belleza, sobre eso no hay discusión, morena, el cabello y la piel, rasgos pequeños, pómulos altos, elegantemente delgada aunque con grandes pechos en la foto porque probablemente aún lo estaba mamando, o más bien era él el que mamaba, ella le daba de mamar, porque los suyos, a diferencia de los de su mujer, en cualquier otro momento eran bastante pequeños. Menos chances de cáncer de mamas le oyó decir a ella una vez, así que desde luego se viene a morir de eso, y hasta los pequeñitos que tenía tuvieron que ser extirpados. “Apuesto que si no te hubiese amamantado

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