ТОП просматриваемых книг сайта:
Interestatal. Stephen Dixon
Читать онлайн.Название Interestatal
Год выпуска 0
isbn 9789877121995
Автор произведения Stephen Dixon
Жанр Языкознание
Издательство Bookwire
Todo es resuelto, los papeles son enviados, firmados y remitidos, la mitad de sus cenizas enterradas junto a la tumba de Julie, sin ninguna ceremonia ni invitados porque ella no veía la más mínima razón para un servicio simple, siquiera, en el cementerio, ya que la vecina amiga ni siquiera sabía si alguien más asistiría, o cómo haría ella misma para llegar hasta ahí en caso de que fuera la única, y con lo que quedaba de parientes en la región –Margo recordaba haberle escuchado decir– él había perdido todo contacto y nunca les cayó especialmente bien para empezar, o al menos no desde que se había convertido en un chico bastante tranquilo y tímido, y habría sido hipócrita pedirles que asistieran a una ceremonia si ella misma no iba a estar allí, la otra mitad de sus cenizas enviada a ella en una lata y enterrada entre dos lugares vacíos en la parcela de la familia de su marido en el cementerio, después de un breve servicio tan solo con sus hijos y esposo y con los padres de él y el enterrador de allá, en el que fue su esposo quien ofició, y dijo: “Fue una buena persona, de acuerdo con todo lo que oí sobre él y las pocas horas que pasé en su compañía una vez en un restaurante y las muchas charlas telefónicas que tuvimos, no obstante sucintas como fueron la mayoría de ellas... honesto y trabajador y devoto de sus hijas, la que le sobrevive, Margo, la fallecida Julie, seguramente ningún hombre habría podido amar más a sus hijos, y que tal vez por causa de ese amor... pero lo que en cualquier caso se convirtió en una gran desgracia, una perturbadora calamidad, si acaso no una tragedia realmente, a la que tal vez ninguna palabra pueda hacer justicia, o describir siquiera así que para qué intentarlo...” –“Bien dicho”, dice su padre– “como que metió la pata hasta el fondo, para ser coloquial pero directo, pero se recuperó de, seamos sinceros en esto y no ocultemos nada en un lugar donde nada debería ser inauténtico, la cárcel... pagó su deuda con la sociedad, como diría el Estado, y tal vez pagó esa deuda inmerecidamente pero no nos corresponde a nosotros, en nuestro insignificante poder y demás, decirlo, para vivir una vida respetable y significativa, por lo que sabemos de ella, y debería ser perdonado...” –“Amén”, dice su padre– “es perdonado, estoy seguro, desde nuestro punto de vista, y si existe un ser superior, como mis padres y tal vez mis hijos creen que lo hay, ¿y quién puede saber?, entonces imploramos que sea perdonado también por Él... eso es todo lo que puedo decir ahora, y creo que es suficiente, gracias a todos por venir, y no quiero acaparar, aunque quiero que sepan que fue la única sobreviviente del difunto quien me solicitó que condujera esta ceremonia, así que si alguien más quiere decir algo acerca de Nathan Frey, por favor siéntase libre de hacerlo”, y todos sacuden las cabezas, sus hijos se miran unos a otros con una expresión de “No se referirá a nosotros, ¿verdad?”, y su padre dice: “¿Qué podríamos decir que añada algo a tus palabras, Glendon?... fue un panegírico delicado y al grano, y lo resumió maravillosamente, y dicho de memoria o improvisado, nada menos”, “Improvisado”, dice Glen, “pensé que simplemente todo me vendría, y que esa era la manera en que debería ser”, “Bien, buen trabajo, hijo”, la vecina amiga dice que está demasiado débil para hacer ningún esfuerzo (“Tu papá probablemente nunca me mencionó, a mí ni a mi condición y mi edad, pero soy una vieja vaca encogida y enferma, por quien se preocupaba un poco cada vez que podía, yendo a buscarme provisiones y medicamentos, y acompañándome a diferentes doctores y esas cosas”), así que una prima segunda de Margo que vive en un suburbio no tan lejos del edificio de su padre, a cambio de cierto precio, acepta rebuscar en su habitación y enviarle lo que vaya a querer de allí, “Hay una mecedora”, dice la prima por teléfono, “muy vieja y en buen estado, ¿la quieres?... se ve prácticamente como una antigüedad”, “Debe haberla encontrado en la calle; sé que no es ninguna herencia, la suya no era esa clase de familia, y todo lo del matrimonio que tenía algún valor se lo quedó mi mamá, así que no, quédatela o dónala”, “Hay una fantástica cafetera exprés, parece realmente cara y con uno de esos cañitos para la leche al vapor, podría meterla en una caja y enviártela vía UPS”, “Ya tenemos una y me sorprende que él la tuviera... tal vez se la hayan dado en alguno de los restaurantes en los que trabajó, donde por algún tiempo la hayan usado... pero eso no suena muy a mi papá durante los últimos veinte años: café au lait, espresso, espiral de limón en cucharita demitasse, no lo creo; quédatela si es tan linda, pero sin ningún descuento sobre lo que arreglamos, ya me entiendes”, “Una pila de cartas a tu madre y otra pila para ti... copias por lo que pude ver de un par de ellas; ¿las quieres, junto con las que hay en una tercera pila que tiene las que tú le mandaste?”, “No veo para qué, porque las cartas a mi madre me resultarían incómodamente amorosas, o injuriosas si algunas de ellas no son sencillamente deletéreas, y de las que son para mí, probablemente yo tengo los originales todavía en alguna parte, metidos en algún libro que estuviese leyendo en ese momento, una costumbre mía... tan a menudo cuando abro un libro que ya he leído cae una carta, pero no puedo decir que las relea”, “Las cartas para ti parecen remontarse a cuando estaba en prisión y tú eras una niña”, “Eso es demasiado pasado para mí, cuya mayor parte, si no la he recordado o si denodadamente he tratado de no hacerlo, quiero seguir olvidándola, así que gracias pero no”, “Fotos de él, supongo, y de unos que deben de ser sus padres por la manera en que le sonríen y lo abrazan tan efusivamente, y una de él, porque la cara es la misma que en las otras, o de alguien que se le parece mucho, sobre un burro o caballo enano que me parece que los fotógrafos comerciales solían llevar por las calles para sacarles fotos a los niños, montados encima... ¿de qué otro modo pudo llegar el animal ahí?, porque está