Скачать книгу

algo similar. Un mecanismo de cambio enunciado como "algunos pacientes se benefician de ensanchar el darse cuenta", puede abrir importantes avenidas de cambio. Por el contrario, asumir que "hacer consciente lo inconsciente es el mecanismo de cambio esencial en psicoterapia", lejos de abrir avenidas, las va cerrando. El reducir, involucra un "todo se rige por esta estrecha teoría"; o significa "todos se benefician con esta estrategia de cambio". Pero este reducir – sea hacia lo simple o hacia lo complejo – trae consigo, a su vez, un reducir nuestras opciones de comprensión y de cambio terapéutico.

      Desde la óptica que estoy explicitando, se vislumbra la opción de identificar "segmentos teóricos válidos", y "segmentos terapéuticos válidos", provenientes de múltiples vertientes. Queda pendiente la difícil tarea de lograr integrar los segmentos que vayamos identificando, de modo de reorganizarlos en un encuadre global coherente y no reduccionista.

      La tarea pasa a ser, entonces, lograr integrar – en el marco de una nueva y más amplia totalidad – todos los segmentos teóricos válidos, y todos los segmentos terapéuticos válidos… cualquiera sea su procedencia. Y esta nueva macro-teoría integrativa – derivada del hacer esto – deberá ser capaz de ir ayudando a gestar, y deberá ser capaz de acoger, los nuevos segmentos teóricos y terapéuticos válidos que se vayan generando.

      De este modo, una macro-teoría integrativa deberá establecer y esclarecer qué se puede conocer, y en qué grado; hacia dónde es necesario mirar, con qué criterios se va a validar, qué se debe investigar, con qué metodología se debe investigar, qué amerita ser acumulado, cómo se conectará el nuevo conocimiento con el antiguo, cómo se organizará lo almacenado, cómo se va relacionando el conocimiento "nuevo" con el ya acumulado, cómo se van generando los desajustes en la dinámica psicológica, cómo se puede ir cambiando lo que se desea cambiar… En una "macro-teoría integrativa" válida, todo conocimiento válido tendrá su espacio y sus conexiones... y no debería haber espacio alguno, para el conocimiento "no válido".

      En líneas precedentes, bosquejábamos una especie de contradicción paradójica. Por una parte, todos están de acuerdo en que, el adscribir a una teoría integrativa, es lo que distingue a los integracionistas de los eclécticos. Y son muchos los que consideran, además, que el procurar integrar – en un nivel teórico – es lo más importante. Sin embargo, son también muchos los que consideran que lograr la integración en torno a una "gran teoría central integrativa" es imposible.

      Peor aún; en la poco probable eventualidad que tal teoría integrativa central fuera posible… nadie sabría cómo generarla. ¡Excelente!... diría mi hijo Cristián. El dilema central, entonces, rezaría más o menos así: o se adscribe a teorías integrativas menores, parciales y reduccionistas, o se prescinde de integrar a un nivel teórico. Lo cual, dicho sea de paso, deja a la integración en un territorio demasiado parecido al eclecticismo.

      Peor aún. Adscribir a una teoría reduccionista restringe y aprisiona; ante esto, el eclecticismo, y la "no teoría", constituyen una alternativa mejor.

      En este contexto, ¿qué se puede hacer? ¿Es efectivo que la búsqueda de una "macro" teoría integrativa central, que constituya un eje efectivo de integración, sea una empresa imposible? ¿Es efectivo que, tal búsqueda, involucraría una ingenuidad, una señal de ignorancia, de simplismo, de ambiciones ilimitadas, una señal de "prepotencia intelectual" carente de autocrítica, una "falta de consciencia de realidad"?

      Las interrogantes anteriores podrían invitarnos a abandonar nuestros esfuerzos integrativos. Principalmente, porque estos serían poco conducentes.

      Con todo lo anterior, nos ocurren muchas cosas. Por lo pronto, nos incrementa la convicción de que nuestros objetivos son muy difíciles de alcanzar. Adicionalmente, contrastamos estas dificultades con la consciencia que una teoría integrativa "macro" constituye una verdadera "exigencia de los tiempos" (por supuesto, "los tiempos" podrían estarnos exigiendo algo imposible). Y estamos plenamente conscientes de que una "macro" teoría integrativa deficiente solo nos aportaría un "macro" desorden adicional, por muy "integrativa" que esta teoría pretendiera ser.

      Si una teoría deficiente "micro", puede causar mucho daño; si una teoría integrativa deficiente "micro", puede causar mucho daño, una "macro-teoría integrativa" deficiente… causaría un daño consistentemente "macro".

      En definitiva, todo esto nos moviliza a renovar nuestros esfuerzos puesto que, o proponemos algo que valga realmente la pena… o no proponemos nada. Este desafío involucra esfuerzos centrados en fortalecer nuestra valoración del conocimiento, fortalecer nuestra capacidad para observar en 360 grados, fortalecer nuestra capacidad para darnos cuenta, fortalecer nuestra capacidad de respetar para avanzar, fortalecer nuestra capacidad de autocrítica, fortalecer nuestro bagaje de información, fortalecer nuestra capacidad para releer lo existente, fortalecer nuestra capacidad para optar, cuando hay que optar, fortalecer nuestra capacidad para complementar, cuando hay que complementar. Y se trata de fortalecer, muy especialmente, nuestras capacidades para reconectar lo válido existente, para integrar lo válido rescatado, para integrar todo lo que amerita ser integrado, para enriquecer nuestro mecanismo de toma de decisiones, para "subirnos sobre los hombros" de tantos autores aportativos que nos han precedido. En suma, puesto que nada de esto ha sido frecuente en psicoterapia, nuestros desafíos de fondo nos llevan a renovar nuestros esfuerzos para "recorrer los caminos que no has andado".

      De este modo, "los caminos que no has andado", incluyen un esfuerzo por sintetizar el conocimiento válido existente en psicoterapia, una relectura panorámica de la investigación existente… en busca del conocimiento válido dondequiera que se encuentre. Ello incluye un movimiento posterior, para integrar ese conocimiento válido encontrado, conectándolo en una totalidad coherente. Incluye la génesis de una "macro-teoría integrativa"… válida.

      En el ámbito de la psicoterapia, esfuerzos grandes se han hecho muchos. Sin embargo, todo parece indicar que un esfuerzo de esta envergadura, transitando por los "caminos" que hemos venido enfatizando aquí… no se ha hecho nunca.

      Por supuesto, la necesidad de una "macro-teoría" integrativa se viene planteando desde hace ya algún tiempo: "Lo que se necesita es un sistema comprensivo y abarcativo, que incluya una teoría y una filosofía integradoras y principios y técnicas relacionados con ellas" (Patterson, 1989, p. 433). "Los optimistas esperan que, en los próximos años, las ciencias de la mente van a unirse en torno a un paradigma nuevo" (Horgan, 1996, p. 111). Y, tal paradigma nuevo, debería ser capaz de integrar lo existente en una nueva totalidad: "A diferencia del eclecticismo, la integración insiste en la primacía de una Gestalt que da coherencia, proporciona un esquema interactivo, y crea un orden orgánico entre las diferentes unidades o elementos" (Millon y Davis, 1999, p. 188).

      Desde mi propio punto de vista, comparto la necesidad de un paradigma nuevo, comparativamente más conducente… para quienes se dejen guiar por él. Sin embargo, no comparto la creencia que autores y enfoques se van a unir en torno a este nuevo paradigma.

      Es que son demasiadas las opciones de discrepancia… y es muy potente nuestra tendencia a la discrepancia. Adicionalmente, es demasiado escasa nuestra vocación de síntesis. Y son demasiados los intereses personales en juego.

      No parecen ser pocos los colegas dispuestos a guiarse por un "prefiero algo menos válido pero generado por mí, a algo más válido pero generado por otro…".

      En estas páginas, y eso está por verse, podríamos eventualmente aportar una "macro-teoría integrativa" completa y válida. Sin embargo, en el difícil caso de que esto fuera así, lo probable es que no muchos lo acogerían bien, lo probable es que muchos lo acogerían mal, y lo seguro es que muchos no compartirían el valor del aporte… por "valioso" que este pudiera ser. ¡Excelente!... nos diría una vez más mi hijo Cristián.

      Incluso

Скачать книгу