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      En los hechos en la física, se considera que Einstein hizo un aporte al progreso del conocimiento. Una "mejora" en relación a los espléndidos aportes que antes había hecho, por ejemplo, Newton.

      En el ámbito del conocimiento científico, por lo tanto, sí se ha procurado avanzar; pero transitando por caminos cautelosos, autocríticos y conducentes. "Todo conocimiento es siempre un devenir que consiste en pasar de un conocimiento menor a un estado más completo y eficaz" (Piaget, 1968, p. 13). El conocer, en ciencia, involucra acción; y acción eficaz. "Nuestro punto de partida para generar una explicación validable científicamente, es el entender el conocer como acción efectiva; acción que permita a un ser vivo continuar su existencia en un medio determinado al traer allí su mundo a la mano" (Maturana y Varela, 1984, p. 15). Lo que se procura conocer, en ciencia, son las reglas del juego de lo investigado. "En el último análisis, lo que importa no es mi opinión o la suya, sino las verdades que la naturaleza revela en respuesta a nuestras preguntas" (Myers, 2001, p. 17).

      

      Se podría sostener que las teorías, en "macro-física", pueden ser predictivas y precisas; el objeto de estudio de la "macro-física" funciona en un contexto de regulaciones y de leyes precisas. Sin embargo, puesto que en la dinámica psicológica puede ocurrir "cualquier cosa", cualquier teoría puede resultar igualmente explicativa. Veremos que, no obstante, las múltiples diferencias entre la física y la dinámica psicológica, ésta dista mucho de funcionar de un modo aleatorio o caótico.

      La ciencia, procura avanzar encontrando orden en medio del desorden. Descubriendo aquellas regularidades que se esconden detrás de los fenómenos, con el objeto de enriquecer su comprensión, predecir su ocurrencia, y posibilitar la aplicación de esos conocimientos en el plano de la acción. Seguidamente la tecnología, se vale del conocimiento científico, trasladando comprensión y predicción a los niveles aplicados y concretos.

      La ciencia involucra una actitud, un método de investigación, un cuerpo de conocimientos y una fuente de aplicaciones prácticas. La actitud científica se relaciona con curiosidad, con pasión por explorar y comprender los cómo y los porqué; con apertura, falta de prejuicios, búsqueda, escepticismo, humildad, imparcialidad. El pensamiento crítico, y la autocrítica, están muy ligados a la actitud científica; e involucran un no aceptar pasivamente argumentos y conclusiones.

      La metodología científica apunta a la verificación de las teorías explicativas, vía observación, génesis de nuevos datos, formulación de nuevas hipótesis precisas y falseables, verificación de esas hipótesis vía observación, vía experimentación, réplicas, seguimientos, etc. Todo, apuntando a la autocorrección, a la superación de errores de evaluación, de subjetivismos, de deseos personales, de sesgos.

      El cuerpo de conocimientos científicos, involucra un ir decantando lo investigado. En la línea de ir acumulando un conocimiento explicativo, el cual es probabilístico. Y, como lo señalamos, el conocimiento que se va acumulando es falseable, verificable, autocorrectivo, replicable, enriquecible, modificable…

      Como lo explicitábamos también, el conocimiento científico nutre las aplicaciones prácticas… aun cuando la ciencia privilegia el conocer por sobre el uso tecnológico.

      Para la ciencia, resulta fundamental el diálogo entre el observar y el teorizar. Las "buenas" teorías no surgen de la mera especulación; surgen de observaciones acuciosas. Es así como, de la observación, van surgiendo ciertos supuestos acerca de cómo operan los fenómenos. Estos supuestos e intuiciones se van elaborando y precisando; y se van transformando en hipótesis. Cuando la observación sistemática verifica esas hipótesis, se empieza a acumular conocimiento, el que a su vez es fuente de nuevas reflexiones y conexiones y sirve de base para ir generando teorías más abstractas. En suma, la observación es fuente de teorías, las teorías nos orientan en la génesis de nuevas observaciones, las que a su vez van enriqueciendo las teorías.

      Se ha señalado que los datos "crudos" reunidos por nuestros sentidos, no son directamente inteligibles tal cual se presentan. "Ligarlos, tejerlos en una estructura que permita entenderlos, requiere de un paso intermedio, un paso que llamamos teoría" (Davies, 1992, p. 79).

      Una teoría, es un conjunto de afirmaciones y supuestos, usados para explicar los datos en un área determinada (Marx y Goodson, 1976). Una teoría, "es un principio o cuerpo de principios inter-relacionados, que se propone explicar o predecir un número de fenómenos inter-relacionados" (apa, Dictionary of Psychology, 2007, p. 934).

      A partir del aporte de diversos autores, es posible explicitar que una teoría, pretende explicar el porqué de la ocurrencia de un hecho o fenómeno. Al esclarecer reguladores, la teoría contribuye a la predicción de los hechos. Al precisar las áreas de influencia, una teoría contribuye a guiar la investigación. Al organizar hechos aislados, una teoría simplifica las cosas. Al conectar puntos observados, las teorías revelan un cuadro coherente. Al aportar predicciones precisas, las teorías enriquecen el conocimiento aplicado.

      Como lo señalaba, más adelante nos detendremos en temáticas epistemológicas; por ahora, solo haremos algunos alcances… indispensables aquí. Por relativa que sea nuestra opción al conocimiento, asumiremos que unas percepciones son mejores que otras, unas hipótesis son mejores que otras, unas investigaciones son mejores que otras, unos datos son mejores que otros y… unas teorías son mejores que otras. Y, en el ámbito aplicado, asumiremos que unas estrategias clínicas son mejores que otras. Consideraríamos absurdo sostener que "da lo mismo lo que se haga con cada paciente".

      En el ámbito clínico, las mejores teorías involucran una mejor lectura de los datos aportados por la investigación. Permiten predecir mejor la ocurrencia de problemáticas clínicas. Y permiten enriquecer el conocimiento aplicado, en nuestro caso, la psicoterapia. De una teoría "débil" se deriva una psicoterapia "débil". De una mala "teoría", se deriva una "mala" psicoterapia. De una mejor teoría se deriva una mejor psicoterapia.

      Las teorías explicativas, pueden ser propuestas con distinto grado de precisión; y en diferentes niveles de complejidad y de abstracción. Desde una simple opinión explicativa, hasta un planteamiento sistemático; acerca de las "reglas explicativas que explican" un fenómeno. Como lo señalábamos, en el territorio de las teorías científicas, las hipótesis más específicas y puntuales, una vez verificadas, contribuyen a identificar regularidades y leyes, y a ir generando teorías más abstractas.

      De este modo, y dado lo complejo del tema, resulta deseable abundar algo más en el concepto de teoría. En un sentido más "macro", las teorías son conjuntos de leyes o de regulaciones conectadas deductivamente. Implican una integración de conceptos, definiciones y proposiciones, relacionados entre sí; y que permiten la explicación y la predicción de los fenómenos. Las teorías científicas, entonces, son una conexión de hipótesis, regulaciones y leyes en redes sistemáticas, que procuran describir y predecir gamas más amplias de eventos.

      La pregunta de rigor se refiere, ahora, al real aporte de las teorías. ¿No será parte de una "mala" teoría el pensar bien de las "buenas" teorías?

      Aun cuando esté "de moda" el descalificar las teorías, no estamos dispuestos a compartir esa moda.

      Como lo señalábamos en el capítulo anterior, está claro que una teoría difusa, reduccionista, poco predictiva, y alejada de la práctica clínica, dista mucho de constituir un aporte. Una tal teoría, solo contribuye a aprisionar, a desorientar, a empobrecer, a "aburrir".

      En un sentido de fondo, entonces y como lo hemos señalado, abogamos por una teoría sólida, fundamentada, completa, orientadora y práctica. No abogamos por una "entelequia" teórica, que navegue entre las galaxias; abogamos por una macro-teoría-práctica, realmente orientadora y efectiva del conocer y del hacer.

      La función

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