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Una eventual explicación compleja, aun cuando fuera válida, pasaría a quedar fuera de su ángulo de observación; y muy fuera de sus espacios de aceptación.

      Otros estilos de pensamiento son proclives a buscar la profundidad en todo, son proclives a "cuestionar la cuestión". Para ellos, lo simple es una mera apariencia, superficial e intrascendente. Lo esencial de la vida es lo que no se ve. Lo esencial de la vida, y de la dinámica psicológica, lo que realmente importa, es lo profundo, lo oculto, lo subyacente, lo complejo. No están dispuestos a dejarse engañar por lo simple; tienden a sospechar de cualquier "apariencia", y suelen ver debajo del alquitrán. A estas personas "no les vienen con cuestiones, con simplezas… menos aun con cuentos". Las apariencias simples, para ellos, constituyen anzuelos, que solo morderán las mentes simples e ingenuas: ellos no. El lema pareciera ser "a otro perro con ese hueso". Y, al paciente suelen "creerle" poco; habitualmente sospechan de sus dichos. Para este estilo de pensamiento, una persona no podría ser pacífica por temperamento, por predisposiciones biológicas; sería ineludible el buscar – y el "encontrar" – las razones biográficas profundas que generaron tan sospechoso pacifismo. Para estas personas, la línea recta constituye un "cazabobos"; y la "navaja de Occam" o "ley de la parsimonia", pasa a constituir tan solo un simplismo más sistematizado y "elegante". Podría decirse que esta aproximación "complejizadora", se rige por una especie de modificación del "cherchez la femme", de los detectives franceses; esta vez se trata de un mandato en la línea del "cherchez le profonde". Este estilo de procesamiento tiende a reducir hacia lo complejo; una eventual explicación simple, pero válida, pasa a quedar fuera de su ángulo de observación, y/o de su rango de aceptabilidad.

      Y es precisamente el reduccionismo – hacia lo simple y hacia lo complejo – lo que ha limitado el desarrollo de mejores teorías en psicoterapia. Adicionalmente, a partir de un segmento simple o de un segmento complejo de nuestro "elefante", hemos tendido a explicar prontamente al elefante entero.

      Lo que tradicionalmente hemos hecho, entonces, cursa aproximadamente así:

      1 Descubrimos un segmento válido, algo que cuenta con evidencias de respaldo. Por ejemplo, que los castigos físicos generan emociones desajustadas, y que contingencias mal planteadas generan emociones desadaptativas. O bien, que contenidos inconscientes reprimidos suelen generar desajustes psicológicos de diversa índole.

      2 El o los "descubridores" del respectivo "segmento válido" se entusiasman; y pronto empiezan a explicar el todo a partir del segmento válido descubierto. En los ejemplos citados, el "ambientalista" pasa a concluir que todos los desajustes psicológicos derivan de fallas ambientales. Albert Ellis, al aseverar que todos los desajustes emocionales derivan de ideas irracionales, ejemplifica también esto.

      3 De este modo, lo que inicialmente era un aporte, por la vía de los "absolutismos", de los "todo" y de los "siempre", pasa a transformarse en un reduccionismo; el cual, lejos de constituir un aporte, se transforma en un impedimento para el desarrollo del conocimiento y de los mecanismos de cambio.

      4 A lo anterior hay que agregar que todo el proceso mencionado suele cursar tomando como base inicial teorías o conocimientos "no válidos". Obviamente, si se generaliza a partir de lo "no válido", el proceso se empobrece aun más.

      El perfil de este mecanismo reduccionista, entonces, es bastante identificable.

      Algunos reduccionistas, inicialmente pueden partir bien; pero luego van echando a perder ese aporte inicial… a través de la generalización. Recordando nuestra formación en Rorschach, podríamos decir que algunas de las teorías reduccionistas deterioran su aporte inicial F+… por la vía de las Fs. (forma "spoiled", vale decir manchada o echada a perder al final). Otras son consistentes desde un comienzo: siempre f-.

      Asumimos, entonces, que el hombre aporta multiplicidad suficiente como para que actúen mecanismos más simples o más complejos; según la situación, el momento, y el ámbito de acción Es así como, desde nuestra perspectiva, no se trata de elegir entre aproximaciones simples "o" complejas; no se trata de reducir todo hacia lo simple "o" todo hacia lo complejo. La más confiable investigación parece indicar que somos simples "y" complejos. Por lo tanto, ¿para qué forzar un "o" cuando lo que aporta más es un "y"? (Opazo, 2005).

      Y la conclusión que somos simples y complejos, no surge de nuestro estilo de pensamiento, ni de nuestra especulación. Surge de una lectura tranquila de los datos válidos existentes… datos que ha venido aportando la mejor investigación.

      En ocasiones somos muy simples, en otras muy complejos. En otras, nuestra dinámica psicológica se despliega en niveles intermedios. Y algunos tendemos más a los procesamientos simples, otros hacia los complejos. Algunas experiencias nos elicitan respuestas simples; otras nos activan mecanismos más complejos. Y aun otras se sitúan en niveles intermedios. De lo cual se desprende que, por ejemplo, para valorar algunos aportes de la aproximación sistémica, no necesitamos renunciar de plano a los condicionamientos clásicos. Y que, para valorar al condicionamiento clásico, no necesitamos rechazar de plano cualquier tipo de aproximación sistémica.

      En relación a lo anterior viene al caso concluir que, una teoría "superficial" pero acertada, pasa a ser más profunda que una teoría "profunda" pero equivocada. Como lo he señalado antes, hablar de cosas profundas, no es lo mismo que hablar profundamente de las cosas. Y resulta más que fácil que, al hablar de cosas "profundas", estemos profundamente equivocados.

      Si una fobia se generó por asociaciones clásicas, entre antes nos demos cuenta, mejor. Paradójicamente, no sería profundo el atribuirla a "profundas" represiones infantiles.

      Algunas decisiones comprometen por entero a nuestra persona, e involucran a nuestro Sistema SELF en plenitud. Otras experiencias, nos comprometen menos. Y, aun otras, nos generan respuestas simples, reflejas y automáticas, que casi no nos involucran activamente. Por lo que resulta esencial que nuestras teorías dejen un espacio suficiente para todas estas experiencias, sin prejuicios interpretativos hacia ninguna de ellas.

      En suma, no necesitamos reducir, nadie nos fuerza a reducir, y es un error esencial el reducir. Más aun, uno de nuestros errores históricos más graves ha sido… reducir.

      Mahoney ha señalado que – en la evolución – los sistemas nerviosos, especialmente los más complejos, rara vez eliminan las estructuras antiguas; con la evolución, las habilidades nuevas comienzan a cabalgar sobre las antiguas. Es así como el neocórtex cabalga sobre las estructuras encefálicas más antiguas; pero en ninguna parte está escrito que, el neocórtex, tiene que participar en el procesamiento de todas las experiencias. Y, por el contrario, es múltiple la investigación que constata que, en muchísimas de nuestras experiencias, nuestro neocórtex simplemente… no participa.

      Es precisamente en esta perspectiva evolutiva, en la que encontramos el comienzo de un camino integrativo diferente. Diferente al, o a los caminos, que hemos venido recorriendo. Cobran especial fuerza aquí las palabras de San Juan de la Cruz que daban comienzo a este capítulo: "Para llegar donde no has llegado… deberás recorrer los caminos que no has andado".

      Karl Jaspers nos hablaba de la necesidad de establecer un adecuado "punto axial", uno en el cual se busca una nueva – y superior – altura de visión. En nuestro caso, hemos hablado de una visión panorámica, de helicóptero, que nos impida el pegar nuestras narices tan solo en un segmento.

      A estas alturas de nuestro análisis, entonces, disponemos de un nuevo punto axial, a partir del cual integrar; un punto axial que nos permite observar los 360 grados de la dinámica psicológica; y disponemos de una concepción de la dinámica psicológica como multifacética, la cual otorga espacio para integrar explicaciones simples y complejas. En relación a qué integrar, nuestra respuesta es diferente a lo realizado por otros, y es clara y precisa: procuraremos integrar todo el conocimiento válido… en la medida de lo posible. Asumimos que conocimiento válido es aquel que aporta a predicción y cambio. Y asumimos que el conocimiento válido se encuentra disperso entre los diferentes autores, entre los diferentes enfoques… y más allá de todos ellos Es así como la investigación

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