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Psicoterapia Integrativa EIS. Roberto Opazo
Читать онлайн.Название Psicoterapia Integrativa EIS
Год выпуска 0
isbn 9789569946646
Автор произведения Roberto Opazo
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
El tronco común que compartimos, con nuestros compañeros de ruta integrativos, es de la mayor importancia. Sin embargo, las amplias avenidas que no compartimos, son de la mayor relevancia también. Confluencias sustanciales y discrepancias sustanciales, en un contexto interpersonal de valoración y de amistad.
El Recuadro 4 nos muestra el cómo, a partir de un "tronco" común, nuestra "Supra" integración se ha venido diferenciando.
RECUADRO 4: ENCRUCIJADA INTEGRATIVA
Integrar sin reducir
Nuestro punto axial inicial, al momento de integrar, involucra la necesidad de asumir una actitud tranquila. A la vez abierta y selectiva, que nos permita acceder – sin reduccionismos – a los 360 grados de la dinámica psicológica.
Desde una visión panorámica, de "helicóptero", de los datos disponibles, los "buenos" serán todos los datos válidos… bien documentados. A su vez los "malos", estarán representados por aquellos datos provenientes de una metodología deficiente; y "los malos" estarán representados también por los datos que han sido rechazados por la investigación… en términos de sus aportes a predicción y cambio.
La vieja y conocida fábula hindú, de los ciegos, nos ayudará a ir configurando nuestra actitud integrativa:
Un rey, del norte de la India, reunió un día en un mismo lugar a todos los ciegos de la ciudad. Después hizo posar, ante los asistentes, a un elefante. Permitió que unos tocaran la cabeza diciéndoles: "Esto es un elefante". Otros tocaron la oreja, otros el colmillo, o la trompa, o la pata, o bien la cola. Luego, el rey preguntó a cada quién: "¿Cómo es un elefante?". Y, según la parte que habían tocado, contestaron: "Es como un cesto de mimbre, es como un recipiente, es como la barra de un arado, es como un depósito, como un pilar, como un mortero, una escoba…". Entonces – continúa la fábula – empezaron a pelear y a gritar… "el elefante es así o asá", hasta que se abalanzaron unos contra otros a puñetazos, para gran diversión del rey.
Aunque los ciegos se abuenaran entre sí, sería difícil que lograran "armar" el elefante… a partir de sus diversos segmentos de información. Sus datos eran sensorialmente válidos; sin embargo, a través de la información incompleta, de las expectativas, de las significaciones erróneas, y de los contextos, los datos sensoriales válidos se tornaban inválidos. A través del procesamiento de cada cual, datos sensorialmente válidos evolucionaban hacia conocimientos inválidos. Con "cestos", "recipientes", "barras", "pilares", "escobas", no lograrían armar un elefante.
Cualquier semejanza de lo anterior con el estilo típico de nuestro pensar en psicoterapia… es mera coincidencia.
En psicoterapia, ni siquiera hemos necesitado que nos digan que la parte es el todo; esto ha corrido por "cuenta de la casa".
A pesar de esto, y como lo hemos explicitado, en psicoterapia disponemos de algunos segmentos teóricos y psicoterapéuticos válidos; pero necesitamos resignificar, recontextualizar… para impedir que se vayan "contaminando con lo "no válido". Solo así podemos aspirar a conocer "las partes válidas de cada parte". Y luego más y más partes.. de una totalidad multicompuesta. Incluso, en un momento determinado, podemos generar la vivencia del ¡Ahh! Es decir,, podemos "intuir" nuestro "elefante"; aun antes de disponer de la información detallada de cada una de sus partes. Y luego podemos seguir completando el todo; ahora, mejor orientados acerca de qué buscar y de cómo conectar.
El "armar" el elefante tiene un correlato empírico; a la vez anecdótico, coincidente e ilustrativo. En la prueba de ensamblaje de la Wechsler Adult Intelligence Scale (w.a.i.s.), el ítem de mayor dificultad fue ensamblar un elefante. En un determinado momento el examinado "intuye"… que se trata de un elefante. Genera su "vivencia del ¡Ahh!", lo cual acelera el proceso de ensamblaje. El problema, por supuesto, es no vivenciar un ¡Ahh! antes de tiempo, por ejemplo, suponiendo que se trata de un automóvil. Y, un problema mayor, es asumir como válido un "¡Ahh!" que no se justifica.
Continuando en el marco de la fábula, nuestra aproximación integrativa involucra también dar un paso al lado en relación a las "peleas". En lo que a nosotros respecta, lo que deseamos es poder concentrarnos en ir armando el "elefante", a partir de segmentos válidos procedentes de las más diferentes fuentes; y a partir de nuestros propios aportes; y de nuestra propia lectura y organización de los distintos datos. Para todo lo cual requerimos nutrirnos de todos los conocimientos válidos que puedan aportarnos nuestros colegas desde sus respectivos enfoques.
Más que "discutir" o "pelear" con nuestros colegas, deseamos nutrirnos de sus aportes. Al final, las discrepancias se zanjan por la vía de quién logra llegar más lejos.
En algunos colegas tiende a predominar la idea que, hoy en día, no disponemos de datos suficientes como para pretender una real integración. En realidad, no compartimos en modo alguno esta creencia. Primeramente, porque por el camino que vamos podríamos esperar 100 años y podríamos disponer de miles de datos y seguiríamos más menos donde mismo. Seguidamente, porque no obstante la presencia de multiples datos de dudosa validez, sí disponemos de suficientes datos como para intentar algo diferente. Desde nuestra óptica, por lo tanto, lo que más nos puede enriquecer es una relectura de los datos válidos ya existentes.
En el contexto recién explicitado, por lo tanto, compartimos la afirmación de Llinas cuando nos señala: "No se diga que para alcanzar esta nueva etapa habría que acumular nuevos datos. Hace millones de años que venimos observándonos y hace un siglo o más que venimos haciendo observaciones neuroanatómicas y neurofisiológicas. Lo que se necesita, con urgencia, son modelos teóricos" (1985, p. 145). Modelos teóricos válidos… agregaríamos nosotros.
Considero prioritario asumir que la dinámica psicológica no solo es compleja sino también multifacética. Siendo esto así, el "todos tienen algo de razón" y el "todo puede ser", están a la vuelta de la esquina. "La condición vital humana está suficientemente multideterminada, como para mantener el empleo de un gran número de terapeutas de diferentes persuasiones" (Meichenbaum, 1977, p. 27).
En medio de las miles de variables de la dinámica psicológica, se hace difícil esclarecer quién es quién, qué es válido, y qué no lo es. Va quedando entonces un vasto territorio disponible para, ir "fundamentando", prácticamente cualquier cosa Es así como afirmaciones de todo tipo emergen por doquier y, los "desmentidos válidos"… brillan por su ausencia.
A río revuelto, ganancia de autores y enfoques. Cada cual puede exhibir "evidencias" en favor de sus posturas, o en favor de su enfoque. Y esas evidencias – válidas para una porción muy menor de sus planteamientos – pasan a transformarse en pilares validadores de todos sus planteamientos. "Pars pro toto"… es el término latino para esto. Desde un segmento válido, semiválido, o simplemente no válido, pasa a "validarse" demasiado. En nuestro quehacer, disponemos como trasfondo de una especie de "cheque en blanco"… que se puede llenar con cualquier cifra. Y así como James Bond dispone de "licencia para matar", nosotros disponemos de "licencia para sostener cualquier cosa".
Adicionalmente, en nuestras latitudes, el pensamiento crítico tiende también a brillar por su ausencia.
Para ciertos estilos cognitivos, lo esencial es lo simple; lo complejo constituye tan solo una asociación de elementos simples. Y, para el conocimiento de lo simple, se hace preciso descomponer la complejidad hasta poder identificar aquellos elementos simples que están a la base de lo complejo. Desde esta óptica "simplificadora", quienes valoran lo complejo, quienes asumen que en lo complejo se presentan totalidades cualitativas diferentes, con reguladores diferentes,