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Sin miedo al fracaso. Tompaul Wheeler
Читать онлайн.Название Sin miedo al fracaso
Год выпуска 0
isbn 9789877982893
Автор произведения Tompaul Wheeler
Жанр Документальная литература
Серия Lecturas devocionales
Издательство Bookwire
Para la mayoría, era una cuestión de prioridades en la vida: apurarse para llegar a una reunión, molestarse porque el sonido del violín no les permitía atender una llamada telefónica, subirle el volumen a la música de su aparato electrónico para seguir escuchando lo que les gusta... Aunque a un hombre no le pareció especial la música que escuchó, dijo que le habría dado unos dólares si no hubiera gastado todo su dinero en lotería. De las siete personas que se detuvieron a escuchar, la mayoría sabían de música y por eso pudieron apreciar el nivel musical del hombre que tocaba. También hubo niños que se sintieron cautivados por las hermosas notas, pero sus padres los apresuraban para que siguieran caminando (seguramente para no llegar tarde a la escuela).
En una mañana de viernes como tantas otras, hace dos mil años, un hombre de treinta y tantos años, vestido con una túnica y una corona de espinas, afirmó en voz baja que él era el Hijo de Dios y la multitud lo despreció. “Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta” (Isa. 53:3). ¿Será que aprecias lo que realmente debe ser apreciado? ¿O la rutina de tu vida ha tomado el control?
CR
5 de marzo - Adventismo
Cómo comenzó el adventismo
“De buena gana recibieron el mensaje, y día tras día estudiaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les decía” (Hech. 17:11).
Quienes habían creído que Jesús regresaría en 1844, se dividieron en grupos. Unos afirmaban que nada había pasado, otros continuaron poniéndole fecha al regreso de Jesús, otros comenzaron a profundizar en la Biblia para comprender mejor la profecía de los 2.300 días de Daniel. ¿Qué podían haber interpretado mal?
Fue entonces cuando un grupo comenzó a guardar el sábado. También comenzaron a estudiar lo que la Biblia dice sobre la muerte y comprendieron que es similar a un sueño. Declararon que no somos almas inmortales que van al cielo o que se queman para siempre en el infierno, sino que podemos evitar la inexistencia eterna si creemos en Jesús.
Los nuevos adventistas, aunque apenas eran cien, se ganaron un apodo: “El pueblo del sábado y de la puerta cerrada”. Mientras trataban de dar forma a sus creencias, no le dieron importancia a la misión (después de todo, ¿puede haber una misión sin un mensaje?). Tal vez, pensaban, la puerta de la salvación se había cerrado, así como la puerta del arca de Noé se cerró una semana antes de que comenzara a llover. Pero cuando su investigación comenzó a atraer personas que ni siquiera habían estado interesadas en lo ocurrido en 1844, se dieron cuenta de que Dios los estaba llamando a algo que iba mucho más allá de agrupar a los antiguos milleritas.
En el año 1846, Elena Harmon se convirtió en Elena de White al casarse con un predicador joven llamado Jaime White. Su matrimonio sorprendió a algunos que aún creían que Jesús vendría pronto y, por lo tanto, consideraban que casarse era una pérdida de tiempo. Ese mismo año, Elena recibió una visión en la que se le decía que el fin no sería todavía, ya que “el tiempo de angustia de Jacob” debía ocurrir primero. Algunos que habían rechazado la obra del Espíritu Santo en los últimos años habían, según Elena, cometido el “pecado imperdonable”, pero muchos otros estaban abiertos al mensaje.
Ya en 1848, el grupo estaba firme en sus creencias y, ese año, Elena de White tuvo una visión que lo cambió todo y que los hizo ponerse en acción. Vio la obra de publicaciones “como raudales de luz que circundaban al mundo”. Y ahora que estaban seguros de sus creencias, era hora de que el mundo entero las conociera.
6 de marzo - Biblia
Sodoma y Gomorra
“Este fue el pecado de tu hermana Sodoma: ella y sus aldeas se sentían orgullosas de tener abundancia de alimentos y de gozar de comodidad, pero nunca ayudaron al pobre y al necesitado” (Eze. 16:49).
¿En qué piensas cuando alguien habla de Sodoma y Gomorra? ¿Exceso de pecado? ¿Sobrecarga sensorial? ¿Perversiones sexuales? Para la mayoría, estos nombres evocan imágenes de decadencia, depravación, orgías, fornicación o como prefieras llamarlo. Pero para el profeta Ezequiel, que escribió bajo la inspiración de Dios mil años después, el pecado de Sodoma podría resumirse en una sola palabra: orgullo.
Eran arrogantes, fanfarrones y despreocupados. Mientras miles de personas sufrían a su alrededor, los habitantes de Sodoma simplemente hacían la vista gorda.
Hoy en día, escucho a muchos cristianos hablar más de inmoralidad sexual que de orgullo y codicia. Después de todo, nuestro mundo está cimentado en la codicia y el orgullo. Si algunos se salvan, bien por ellos.
No hay duda de que la inmoralidad sexual de Sodoma y Gomorra se sumaba a los pecados que produjeron la ira de Dios, pero tengo la impresión de que no fue eso lo que selló su destino. En los Evangelios, Jesús entabló vínculos con personas con pasados sexuales vergonzosos, pero a los arrogantes y a los orgullosos no les daba ni la hora. Mientras que Jesús le dijo a la mujer descubierta en adulterio “ni yo te condeno”, criticó a los arrogantes y orgullosos por su hipocresía (“sepulcros blanqueados”, les dijo).
Luego de que Abraham rescatara a su sobrino Lot y a sus vecinos de cuatro reyes saqueadores que los habían tomado como rehenes, se encontró con dos personas: con el piadoso Melquisedec, que le ofreció pan y vino y una bendición; y con el rey de Sodoma, que haciendo caso omiso de la antigua tradición y la cortesía habitual, solo le hizo demandas a Abraham: “Dame a las personas y quédate con las cosas”.
Cuando los ángeles investigadores de Dios dieron un último reconocimiento a Sodoma y visitaron la ciudad para ver cómo los trataría la gente, solo Lot mostró la debida hospitalidad. En una época donde no existían hoteles ni restaurantes de comida rápida, una sociedad debía ser hospitalaria. Pero ellos solo pensaban en sí mismos, en cómo utilizar a los visitantes para su propio beneficio; en cómo abusar de ellos para sus propios intereses. Y aunque Dios le había prometido a Abraham que perdonaría a Sodoma si solo había diez personas justas en ella, aquella noche se descubrió que esa cifra era demasiado elevada.
7 de marzo - Ciencia
El arte de combinar los sonidos en el tiempo
“Oí también algo como las voces de mucha gente, como el sonido de una cascada y de fuertes truenos. Decían: ‘¡Aleluya! Porque ha comenzado a gobernar el Señor, nuestro Dios todopoderoso’ ” (Apoc. 19:6).
Es “el arte de combinar los sonidos en el tiempo”. Así es como mi diccionario define la música, y me gusta esa definición. La música puede ser el lenguaje universal, pero seguramente tiene muchos dialectos diferentes.
A mi papá le gusta la música clásica, pero yo me desespero cuando una canción pareciera no desarrollarse después del primer minuto. Mi abuelo disfrutaba de la música country porque decía que narraban historias, pero a mi juicio, gran parte de la música country moderna es malísima. A mí me gustan las canciones con melodías y solos de guitarra agradables que atraigan como la gravedad y se balanceen como la marea. Y me gustan las letras profundas.
La música tiene un poder espiritual increíble. Creo que es bueno que la Biblia no haya incluido la partitura de ninguna de sus canciones o estaríamos tentados a pensar que esas melodías serían las únicas que agradan a Dios. Por supuesto, eso no ha impedido que una generación tras otra de cristianos crea que la música del cielo se parece curiosamente a la música de su época. Pero no creo que me sienta inmortal