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peregrinos al año17 computados en sagradas formas comulgadas (que dice algo más de su experiencia de fe que el número de entradas vendidas). A Lourdes llegan dos millones y medio,18 a Medjugore acudieron más de un millón setecientos mil,19 a Santiago de Compostela en 2018 llegaron «peregrinando» y haciendo un importante sacrificio físico y temporal más de trescientos veintisiete mil.20 ¿Cabría preguntarse en qué medida el acierto arquitectónico y artístico de estos lugares es relevante para el impacto de fe en sus visitantes? En la otra cara de la moneda está la catedral de Norwich (UK), consagrada a la Santísima e Indivisible Trinidad, que ha montado en su nave principal un tobogán de 15 metros de altura,21 o la de Rochester (UK), que ha instalado un minigolf, ocupando también toda su nave, en ambos casos para «atraer más visitantes».22 La arquitectura de los dos templos británicos es interesante, pero ni su entorno urbano ni la vida de fe que ofrecen merecen la atención de la gente.

      ¿Qué queremos atraer y con qué medios queremos hacerlo? ¿Tiene que ser creyente el arquitecto que realice la restauración? ¿Lo era Viollet-Le-Duc en 1845? ¿Lo eran Jean de Chelles y Pierre de Montreuil en 1250? ¿Lo era el primer arquitecto comisionado por Maurice de Sully en 1164? ¿Lo era Childeberto I en el 528, cuando se hizo la primera basílica de Saint-Etienne? Eso hoy no podemos saberlo y es irrelevante, porque lo importante no es lo que el artista sentía, ni siquiera lo que quiso decir con su obra, sino lo que la obra dice a quien la percibe, y que sea capaz de generar asombro mejor que indiferencia y mejor trascendente y permanente que banal y caduco. El buen arte, la buena arquitectura, no es la que produce sorpresa, sino la que genera asombro. La sorpresa es caduca. Es el resultado de una forma novedosa carente de fundamento relevante. El asombro es permanente y lo despiertan aquellas creaciones que nos transportan a un lugar distinto donde solo se llega a través de ellas. Necesita profundidad, conocimiento, pericia, sensibilidad y talento. Y está históricamente demostrado que no es necesario creer en Él para convertirse en su instrumento.

      BIBLIOGRAFÍA

      Casqueiro, F., Colmenares, S., Maruri, N., Miranda, A., y Pina, R. (2011). Arquitectura y transformación. 20th Century Heritage. http://oa.upm.es/12937/1/INVE_MEM_2011_108280.pdf

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       https://www.muyinteresante.es/revista-muy/noticias-muy/fotos/los-10-monumentos-masvisitados-del-mundo/1-notre-dame-paris-francia-12-millones-de-visitantes-al-ano

       https://www.notredamedeparis.fr/spiritualite/

      Proyecto de Restauración de Nuestra Señora de París, MM. Lassus y Viollet le Duc, Impresión de M. Lacomba, París, 1843, http://www.gutenberg.org/files/18920/18920-h/18920-h.htm