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Supuestos para un diálogo. Cristián Sotomayor Larraín
Читать онлайн.Название Supuestos para un diálogo
Год выпуска 0
isbn 9789561427037
Автор произведения Cristián Sotomayor Larraín
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Aceptaba la teología filosófica que coincide con la teología natural y rechazaba la teología que se basa en la revelación histórica, porque esta no sería racional, e.d., no se deduce con necesidad del pensamiento filosófico. La rechaza como falsa, e.d., como supersticiosa, que contiene mitos y entiende “mito” en el sentido de no racional. Rechaza particularmente el misterio117 porque se opone a la luz de la razón. Entiende misterio como lo oscuro o lo que no es alcanzable por la razón. Liga misterio con oscurantismo. Oscurantistas eran los no ilustrados activos, los que resistían a la ilustración. Rechaza los milagros por absurdos, e.d., contrarios a la razón. Todo lo que en las religiones históricas es sobrenatural (excepto Dios mismo) es rechazado, o por innecesario ya que la sola razón lo puede alcanzar (cf. Toland) o por falso porque no está fundado racionalmente, e.d., no se puede deducir filosóficamente. Rechaza el dogma118, que entiende como irracional. Acepta como única revelación de Dios el mundo mismo, que el hombre entiende gracias a la razón que es la fuente de la verdadera religión (la racional) y la fuente de la moral. Esta es descubierta por la razón y esta moral racional es suficiente.
La religión verdadera, la deísta, se llama religión “natural o racional” y se opone a la histórica y popular. Esta última contiene supersticiones (mitos, dogmas, misterios, milagros); la natural es el reconocimiento racional (filosófico) de Dios y de los preceptos de la moral natural.
Los términos “natural” y “racional” tienen entre ellos un valor altamente positivo. Lo “natural” es verdadero porque es lo que está en la realidad, lo no alterado por los intereses, lo que la ciencia, propia de los ilustrados, descubre. Lo “racional” es verdadero porque es lo lógicamente necesario, lo que la razón descubre.
3. La teología del deísmo
Su teología es de pocos contenidos. Dice N. Abbagnano que son: el hecho de la existencia de Dios, que es creador del mundo y, en consecuencia, que el mundo es obra suya; que hay gobierno divino del mundo, y recompensas futuras para los hombres (aunque sobre estos últimos dos puntos no hay acuerdo general de los deístas: ver más abajo las variaciones).
[…] las creencias de la religión natural son, por el hecho de ser racionales, pocas y simples: existencia de Dios, creación y gobierno divino del mundo, castigo del mal y premio del bien en una vida futura.119
Se puede resumir en cinco puntos lo esencial de la teología deísta:
A. Hay solo una revelación de Dios, que es el mundo. El hombre, por ser inteligente, puesto delante del mundo, ve que este está bien hecho, expresa en su lógica que es obra de un creador inteligente. Niegan que haya fuera de esta revelación, conocida en la teología judeo-cristiana como revelación natural, otra revelación, la histórica. Dios no le habló a ningún profeta ni se presentó (cf. en VTD “aparecer y aparición”) a ningún hombre en la historia de la humanidad. La única revelación de Dios son las conclusiones que los hombres extraen del hecho de que haya creación. El mundo es inteligible por el hombre gracias a que está constituido con lógica. El hombre, como inteligiente, participa de la capacidad de entender ese mundo así constituido. La inteligencia está entonces en el creador, en el mundo y en el hombre. Esta única revelación, que es el mundo mismo, basta para colegir todo lo necesario tanto en materia teológica (e.d., sobre Dios) como en materia ética (e.d., sobre el actuar libre).
B. Hay Dios, los deístas son teístas y no filosóficamente ateos. Destacan en Dios particularmente su inteligencia que se deja ver en un mundo bien hecho, con leyes racionales, que permiten descubrir a su autor, aunque él no sea directamente visible. Dios es la gran razón detrás del mundo comprensible. La razón es entonces el nexo de unión entre hombre, mundo y Dios. El mundo es hecho con racionalidad y por eso el hombre lo puede descifrar, e.d., su autor deja la huella de su inteligencia en su obra razonable y el hombre entiende al autor en su obra porque el hombre es también partícipe de la gran razón que es Dios.
C. Respecto al concepto Dios, son monoteístas y no politeístas, por lo tanto afirman la unidad de Dios. Dice Hume: “También las leyes generales que rigen a través del universo, natural si no necesariamente, nos invitan a concebir esta inteligencia como una y no dividida, … “120. La misma inteligencia se deja entender a través de las leyes que rigen todo el mundo y esto invita a pensar que es una.
D. Dios es distinto del mundo: no son panteístas. Dios es substancia distinta del mundo. Este, el mundo, es creatura de Dios y, por lo tanto, depende de él. Creatura significa entre ellos factura, elaboración, según el modelo del artesano. La relación Dios-mundo es así: Dios es autor del universo, pero no concebida la creación como el concepto teológico judeo-cristiano (cf. VTD, s/v), sino artesanalmente. Por eso, una vez completada su obra, Dios se retira. La diferencia entre Dios y su creación está en que el mundo no es inteligencia, pero, hecho con lógica, deja ver la inteligencia de su autor, que es, entonces, un ser distinto a lo creado.
E. Dios está ocioso porque después de hacer el mundo ya no interfiere en él (salvo en el caso de los que piensan que hay providencia) y por eso no oye oraciones, e.d., no recibe culto. El mundo no es —en consecuencia— ni medio ni ocasión para que el hombre le responda a Dios por medio de la gestión del mundo, como en las religiones históricas. El hombre está solo en el mundo. Que Dios esté ahora ocioso implica que la revelación está terminada, ya dada en la obra creadora terminada.
4. Variaciones de la teología del deísmo
El deísmo no es uniforme, hay ciertas variantes entre deístas. Un punto de diferencia es el valor que le concede a la religión histórica o popular. El deísmo inglés, que, como se ha explicado, nació como una purificación racional del cristianismo, acepta un cierto valor del cristianismo histórico. Hume dice que si se encontrara un pueblo sin religión estaría formado por seres poco más que animales (cf. Anexo 4). Esto significa que todos los pueblos han tenido religión y que ella es propia de la humanidad; es inhumano no tenerla, por lo cual es algo bueno. Pero la forma racional de ella es mejor que la histórica. William Wollaston (+1724)121 explica así la bondad de la religión natural: “La religión así entendida [como la búsqueda de la felicidad por medio de la razón y la verdad] es natural en tres aspectos: en que sus doctrinas y prácticas siguen la naturaleza de las cosas; en que tiene la felicidad por su fin (propósito), y, en que sigue a la razón humana” (p. 40)122. Esto confirma lo recién dicho: la religión natural o racional es buena. El deísmo francés, en cambio, no le concede valor a la religión histórica y solo acepta la racional que coincide con la teología natural que es el tratado filosófico sobre Dios.
Otros puntos en los que no hay acuerdo general y que se refieren a los contenidos de la revelación son: si hay o no providencia123 de Dios sobre la historia humana y si hay o no premios o castigos para los hombres después de la muerte. Dice Rowe: “En este sentido de ‘deísmo’[se refiere al deísmo en sentido propio que distingue del sentido popular], algunos deístas sostuvieron que Dios tiene control providente sobre el mundo y provee un estado de recompensas futuras y castigos mientras otros lo niegan”124.
Hay que notar también que el concepto “religión” no es coincidente. Los deístas llaman religión al conocimiento filosófico sobre Dios (e.d., a teología natural) y a la observancia de las consecuencias éticas de él (la rectitud moral natural), esto no incluye elementos que forman parte de las religiones históricas. Excluye la práctica religiosa, culto dirigido a Dios que se da en las religiones históricas. La religión racional solo toca al hombre por vía de su capacidad lógica y en —como consecuencia— en su ética. Pero no lo toca en otros aspectos de su ser, como las emociones, y no conlleva, p.ej., el amor recibido de Dios ni el amor con que respondemos a él. No hay entre el Dios y el hombre relación dialogal amorosa. En las religiones históricas se da un saber en materia religiosa que se suele llamar “sentir” y que consiste en el convencimiento sobre algo sin haber llegado a él como conclusión de una argumentación, sino por una experiencia vital. Este tipo de conocimiento o convencimiento o “sentir” no puede darse en la religión racional