Скачать книгу

El mundo de ARN:

      Como se comprobó que la molécula de ADN no era una buena candidata para generar originalmente la vida, -puesto que requiere de las proteínas para duplicarse y éstas necesitan de la información del ADN para formarse-, se pensó en el ARN como posible candidato. Se propuso así la hipótesis de “el mundo del ARN”. Sin embargo, esta teoría presenta también numerosos inconvenientes. ¿Cómo pudieron formarse por primera vez las moléculas del azúcar ribosa, el ácido fosfórico y las bases nitrogenadas (adenina, citosina, uracilo y guanina) que constituyen el ARN? ¿Cómo han podido ordenarse los nucleótidos a sí mismos para lograr tales estructuras moleculares tridimensionales que determinan su funcionalidad? ¿Cómo a partir del ARN hubieran podido surgir las sofisticadas células actuales que requieren, casi exclusivamente, de las proteínas para funcionar adecuadamente?

      La teoría del mundo de ARN no responde a nada de esto. Es más, incluso aunque se consiguiera alguna vez crear una molécula de ARN replicante en el laboratorio, lo que se demostraría en realidad es que se necesita un diseño inteligente previo para lograrlo. El azar por sí solo no es suficiente. En resumen, la hipótesis del mundo de ARN es un intento desesperado de salvar la teoría de la evolución química de la vida. Lo intenta, sí, pero no lo consigue.

      Después de repasar los diferentes intentos por explicar el origen de la información biológica, desde el naturalismo, es menester concluir que ninguno de ellos lo consigue. Sin embargo, nuestra experiencia humana nos sugiere que la creación de información está siempre relacionada con la actividad de la conciencia inteligente. Por ejemplo, la música que hace vibrar nuestros sentimientos nace de la sensibilidad consciente del músico. Todas las obras de arte, tanto pictóricas, como escultóricas o de la literatura universal se gestaron en la mente de sus autores. De la misma manera, las múltiples habilidades de las computadoras fueron previamente planificadas por los ingenieros informáticos que realizaron los diversos programas. La información, o la complejidad específica, hunden habitualmente sus raíces en agentes inteligentes humanos.

      Pues bien, al constatar el fracaso de las investigaciones científicas por explicar, desde las solas leyes naturales, el origen de la información que evidencia la vida, ¿por qué no contemplar la posibilidad de que ésta se originara a partir de una mente inteligente, como la del Dios creador de la Biblia? Si el origen del ADN y de la vida fue un milagro de creación a partir de la nada, entonces estaría fuera de las posibilidades de la ciencia humana. Aparte de la revelación bíblica, yo creo que también desde la razón se puede concluir que, en efecto, se trata de un acto de creación divina. ¿Por qué lo creo? Porque los seres vivos muestran evidencias claras de haber sido diseñados por una mente sabia. Veamos solo cuatro de tales evidencias: el ajuste fino, los sistemas integrados, los códigos bioquímicos y la convergencia molecular.

      2.5.1. El ajuste fino:

      Igual que las máquinas diseñadas por ingenieros requieren de un elevado grado de precisión para funcionar correctamente, también las biomoléculas y el metabolismo celular dependen del ajuste fino y la orientación precisa de los átomos en el espacio, para su actividad fisiológica. Semejante ajuste fino molecular refleja un diseño inteligente y no el azar.

      2.5.2. Los sistemas integrados:

      A los diversos sistemas de computadora diseñados para llevar a cabo alguna función específica, como medir el tiempo, hacer cálculos matemáticos, perfilar una ruta, transmitir la voz o las imágenes, etc., se les denomina “sistemas integrados”. Todos ellos están formados por componentes que se requieren mutuamente y fueron colocados juntos para funcionar correctamente.

      En los seres vivos existen sistemas parecidos, que vulgarmente podrían denominarse del tipo “huevo y gallina” (¿qué fue primero?), ya que ambas cosas se necesitan desde el principio. Muchos sistemas bioquímicos de los organismos están también integrados porque requieren de partes interrelacionadas que debieron formarse al mismo tiempo para poder funcionar bien (irreductiblemente complejos). Semejante interdependencia implica diseño inteligente en vez de evolución gradual.

      2.5.3. Los códigos bioquímicos:

      Igual que se traducen las palabras de un idioma a otro diferente, también en los sistemas bioquímicos existen códigos que permiten traducir la información. Ejemplos de ello son el código genético, el código de las histonas o el código neuronal. Los códigos solo los puede diseñar la inteligencia. Toda esta información codificada de la célula no ha podido producirse por casualidad sino que apunta a un diseñador inteligente.

      2.5.4. La convergencia molecular:

      Es sorprendente constatar que varias moléculas y sistemas biológicos de diferentes organismos son idénticos. Esto no es lo que cabría esperar desde el darwinismo gradualista. Si se supone que estos sistemas tienen orígenes diferentes, ¿cómo explicar dicha convergencia molecular? Teniendo en cuenta la elevada complejidad que muestran tales sistemas, resulta injustificado concluir que fueron los procesos naturales ciegos quienes llegaron a resultados idénticos, partiendo de orígenes completamente diferentes. Una explicación más lógica es pensar que esta convergencia molecular pone de manifiesto la acción de un único Creador que empleó el mismo modelo para realizar su obra.

      Es evidente que existe una analogía real entre los diseños humanos y los que se observan en las células. Esto es lo que explico en mi libro: A Dios por el ADN (Clie, 2017). Y esto me hace pensar que existe cierta resonancia entre la mente humana y la mente que creó el universo. A esto se refiere también el texto bíblico cuando afirma que los seres humanos estamos diseñados a imagen y semejanza de Dios. Y, si esto es así, la implicación resulta fundamental: las personas estamos hechas para vivir en comunión con nuestro Creador. Sin embargo, aquí se detiene la ciencia ya que su método la hace incapaz de escudriñar la identidad del Diseñador. Para seguir por este camino, hay que darle la mano a la revelación de la Biblia y a la teología.

line

      1. Vila, S. 1959, A Dios por el átomo, Clie, Terrassa, pp. 33-34.

      2. Ibid., p. 35.

      3. Chargaff, E., 1963, Essays on Nucleic Acids, Amsterdan, Elsevier, p. 21.

      4. Monod, J., 1977, El azar y la necesidad, Barral, Barcelona, p. 160.

      5. Dobzhansky, T., 1965, “Discussion of G. Schramm’s Paper”, The Origins of prebiological Systems and of Their Molecular Matrices, ed. S. W. Fox, New York: Academic Press, p. 310.

      ¿Descendemos de los simios antiguos

      o de Adán y Eva?

      Los simios carecen de cola (chimpancés, bonobos, gorilas, orangutanes, etc.) mientras que los monos, en cambio, poseen dicho apéndice más o menos pronunciado (papiones, monos araña, aulladores, etc.). La mayoría de las personas conoce desde su infancia la teoría evolucionista. No solo se explica como un hecho confirmado por la ciencia en escuelas, institutos (high school) y universidades sino que también se enseña en muchos seminarios cristianos. Lo que no conoce, la mayor parte de la gente, es la cantidad de problemas científicos importantes que presenta este modelo evolutivo, ni el hecho de que muchos investigadores lo acepten también por fe, a pesar de las muchas evidencias que lo contradicen.

      Pocas personas son conscientes de que hay hechos científicos que respaldan la realidad de un primer Adán y una primera Eva literales. Los últimos descubrimientos de la ciencia, especialmente de la genética, libres de prejuicios e interpretaciones darwinistas, apoyan como veremos la perspectiva bíblica de varias maneras. Hace aproximadamente una década, muchos pastores y teólogos cristianos, sobre todo en los Estados Unidos, empezaron a rechazar la historicidad de Adán y Eva, en base a evidencias genéticas que parecían convincentes entonces, pero que hoy resultan indefendibles.

      Actualmente se dispone de varios argumentos genéticos que refutan la idea de los orígenes humanos

Скачать книгу