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rel="nofollow" href="#ulink_a124a2ed-1390-5378-870f-72ca270b0478">1 La placa roja con esa predicción fallida apareció al aire el 27 de julio de 2006 en medio de una tanda publicitaria.

      2 Faltan 175 páginas para que termine este libro...

      CAPÍTULO 1

       Fue primicia

      La fuga del siglo

      Las fuerzas de seguridad que participaban de la pesquisa estaban desconcertadas; no tenían pistas certeras y sospechaban que los reos evadidos contaban con asistencia económica y logística. Faltan horas para los reyes. Hay tres magos sueltos… ¿Dónde están?, indagaba Crónica TV la tarde del 5 de enero de 2016. Era la noticia del momento.

      Nueve días atrás los hermanos Martín y Cristian Lanatta, junto a Víctor Schillaci, habían huido del penal de General Alvear donde cumplían condena a prisión perpetua por un triple crimen vinculado al narcotráfico. La justicia tenía probada su participación en el asesinato de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, cuyos cuerpos aparecieron acribillados en un descampado de General Rodríguez en agosto de 2008.

      Crónica TV tras los prófugos, avisaba el canal en medio de la errática persecución. Los redactores afectados a la cobertura aplicaban su clásica fórmula de ironía e impacto para mantener la atención de la audiencia que seguía como una novela de la tarde los pormenores de la llamada “fuga del siglo”.

      En vísperas del año nuevo hubo novedades: los delincuentes dispararon a dos policías bonaerenses que habían intentado frenar la camioneta en la que circulaban por la ruta 20, cerca de la localidad de Ranchos. Hirieron a los uniformados y lograron escapar. Nada más se sabría de ellos hasta la mañana del 8 de enero cuando volvieron a enfrentarse a tiros, en la provincia de Santa Fe, con una patrulla de la Gendarmería. Otra vez un tiroteo, otra vez tiraron a matar, otra vez se escaparon. 600 policías vs. tres prófugos asesinos, advertía Crónica.

      Los hermanos Lanatta y su cómplice estaban jugados y la violencia con la que se movían preocupaba a los investigadores y atemorizaba a los vecinos de San Carlos Centro, Gessler, San Agustín, Estación Matilde y Frank, la zona rural donde ahora se desplegaba el operativo policial. Psicosis, se leyó al mediodía en un nuevo cartel rojo. El Dakar de los fugitivos. En vivo: sigue la cacería humana. ¿Usted los vio?

      El musicalizador de turno hizo su aporte a la incesante producción de títulos y a las nuevas placas las acompañó con una canción que parecía escrita para la ocasión. Era “Prófugos”, de Soda Stereo, cuya letra dice: “como un efecto residual, yo siempre tomaré el desvío… no tenemos dónde ir, somos como un área devastada, carreteras sin sentido… cómo podremos sobrevivir”.

      En la provincia litoraleña ya trabajaban dos equipos de Crónica TV y un móvil de exteriores iba en camino. Claudia Kaufman y Carla Ricciotti eran las cronistas enviadas y junto a ellas los camarógrafos Marcelo Núñez, Claudio Villalba, Armando Tosín y Matías Carrizo; y los técnicos César Blanco y Damián Guzmán.

      ¡Cuidado! Ahora están vestidos de policías, alertaban desde estudios centrales con las últimas noticias del caso. Vieron a los prófugos caminando en un maizal. Piden a la población de Santa Fe que no salga de sus casas. Pueden estar en cualquier lado. Vecinos huyen despavoridos, indicaban.

      A medida que pasaban los días, la audiencia de Crónica crecía a costa de las ocurrencias de sus redactores que hacían de las suyas con lo poco o mucho que se iba filtrando sobre las andanzas de los hombres más buscados del país. Los tres prófugos, más duros de matar que Bruce Willis, escribieron en un zócalo. Y al rato publicaron una de las placas más recordadas de aquella cobertura: Los prófugos tiran más tiros que Vicuña.

      Ligaron así la cinematográfica fuga con la escandalosa separación del actor chileno Benjamín Vicuña y la modelo Carolina Ardohain, que dos semanas atrás había dado que hablar a toda la prensa rosa. “Pampita” se había distanciado de su marido después de acusarlo de serle infiel en varias oportunidades.

      Uno de los hacedores de aquellos títulos desopilantes fue Facundo Pedrini, un joven periodista que trabajaba en el canal desde 2009, primero como operador de videograph y ahora lo hacía como coordinador de aire. Su producción de placas durante la búsqueda de los evadidos fue incesante: Minuto a minuto, los prófugos marcan el camino con sangre. Tres zorros de dos patas se esconden en el maizal. Santa Fe: sin siesta y sin vacaciones.

      La pesquisa seguía. El sábado 9 de enero, bien temprano, una vecina de Cayastá contactó a los enviados de Crónica. Se identificó como Olga, dijo que era familiar de un policía del pueblo que participaba en los rastrillajes, y les dio una pista sobre la ubicación de los fugitivos. El dato sonó preciso. Y fueron hasta allí.

      A las 10.59, una vez que confirmaron lo dicho por la informante, largaron la primicia: Martín Lanatta, sindicado como el líder de la banda, había sido capturado por la policía de ese pequeño poblado de casi cinco mil habitantes, ubicado a ochenta kilómetros al norte de la capital santafesina. Ni helicópteros, ni perros, ni francotiradores: la policía local… y tres caballos, detalló uno de los primeros títulos sobre la detención.

      A Lanatta lo habían encontrado en un camino de tierra en las afueras de Cayastá; huía caminando. Estaba solo cuando lo apresaron, malherido. Se sabría después que durante la noche, al intentar esquivar un control policial que vigilaba la ruta 1, volcó la camioneta en la que pretendían seguir el raid, probablemente hacia la frontera y así salir del país. El vuelco terminó con ese plan.

      En medio de la cobertura Crónica apuntó algo increíble: Cayastá en Guaraní significa “hasta acá llegué”. Parecía broma que uno de los tres prófugos fuera hallado justo en aquel lugar. A partir de hoy Cayastá se va a llamar… “Cayiste”, ironizaron. Y al rato: En Cayastá no almuerzan, miran Crónica TV… ¿Se perderán la siesta?

      Rápido, los televidentes comenzaron a hacer circular vía Twitter las imágenes de las placas rojas y lograron viralizarlas. Crónica TV, revolución con las primicias y trending topic en las redes sociales, celebraron desde el control con un cartel enorme en pantalla a modo de guiño para sus seguidores. Los títulos estaban en boca de todos.

      El ritmo pueblerino en la provincia de Santa Fe realmente estaba alterado. Las rutas habían sido invadidas por fuerzas de seguridad que patrullaban sin descanso por tierra, agua y aire. Estaban todos: la policía local, la Federal con sus grupos especiales, Gendarmería y Prefectura. También había decenas de móviles de radio y televisión. Y en Cayastá, además, los curiosos que se acercaban desde poblados vecinos para ver “en vivo la cacería humana”, tal como se leía en un zócalo de Crónica.

      Cinco minutos después del mediodía, el canal informó que también había sido recapturado Cristian Lanatta. Eran tres: cayeron dos, hay un prófugo. A partir de allí la transmisión mostraría una placa tras otra: No hay dos sin tres. Schillaci a punto de ser detenido. Empezaron los tiros. Para Schillaci, balas que pican cerca. Está en un campo a 1500 metros del pueblo. Todo hacía creer que estábamos en el capítulo final de un policial que bien podría haber sido llevado al cine y que Crónica TV contó con su sello característico:

      12.35 Cayeron los tres

      12.39 13 días prófugos… y no llegaron a la quincena

      12.49 Todos adentro… y a dormir la siesta

      13.05 Confirmado: Los tres prófugos mañana no almorzarán con Mirtha Legrand

      13.53 Cayastá: Hacen 31 grados y los Lanatta y Schillaci están a la sombra

      13.57 Prepárese: en un rato van a aparecer todos para la foto

      A las 14.28 el canal difundió la primera imagen de Martín Lanatta tras las rejas. Eran notorias las heridas que exhibía, producto del vuelco de la camioneta en la que escapaban; estaba más delgado

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