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respondida mediante una investigación lingüística.

      Aquello que, sobre todo, provoca que el diagnóstico propuesto sea superficial es la presencia en la filosofía de Frege de corrientes profundas que conducen la investigación acerca de los pensamientos a través del análisis del lenguaje. Resulta claro que él mismo no tenía plena conciencia de la confianza en esa dirección, que proviene de algunas de sus doctrinas, pero que fue obstaculizada por otras. En Grundlagen su actitud hacia el lenguaje no estaba todavía perturbada por los sentimientos ambivalentes que después desarrolló; pero el giro lingüístico que aconteció en ese libro representa fielmente la tendencia general de su pensamiento, una tendencia oscurecida pero no eliminada por las reservas sobre la confianza en las formas lingüísticas que posteriormente expresó.

      Tengo que discutir tres características de la filosofía de Frege que hacen del giro lingüístico un desarrollo natural de ella, aunque él nunca haya reconocido explícitamente que tenga ese carácter.

      1) El discernimiento de los sentidos constituyentes como partes de un pensamiento es parasitario de la aprehensión de la estructura de la oración que lo expresa. Frege reivindicó que la estructura de un pensamiento debe estar reflejada en la estructura de una oración que la expresa, y en verdad esto parece esencial a la noción de expresar un pensamiento, como algo distinto de meramente codificarlo. Pero, a la inversa, es difícil de explicar qué se entiende al hablar sobre la estructura de un pensamiento sin aludir a su expresión verbal. No pretendo sugerir que la noción relevante de estructura de una oración sea accesible sin considerar su sentido: por el contrario, el análisis sintáctico debe ser llevado a cabo con un ojo en la explicación semántica subsiguiente sobre cómo se determina la oración como verdadera o falsa de acuerdo con su composición. Las dos nociones, la de la estructura de la oración y la de la estructura del pensamiento, deben ser desarrolladas en conjunto. Pero esto es suficiente para anular la concepción de un estudio de la estructura de pensamientos llevado a cabo sin referencia alguna a sus expresiones lingüísticas. Esto, a la inversa, no derrumba la concepción de un estudio sobre el lenguaje independientemente de un estudio directo sobre los pensamientos, considerados como no mediados por el lenguaje. La oración expresa un pensamiento en virtud de la posesión de propiedades semánticas, de ser evaluable por ciertos medios como verdadera o falsa. El pensamiento es captado en la captación de las propiedades semánticas de la oración: hablar de la estructura del pensamiento es hablar de la interrelación semántica de las partes de la oración.

      2) Frege sostuvo que es el pensamiento quien ante todo dice ser verdadero o falso, la oración es denominada verdadera o falsa solo en un sentido derivado; y, ya que para Frege la referencia de la oración es su valor veritativo, ello significa que es el sentido de la oración aquello que en primer lugar tiene la referencia, y la oración la tiene solo de manera derivada. Puso poco énfasis en la generalización de este principio para todas las expresiones, pero lo hizo reconociéndolo como correcto: consiguientemente, por ejemplo, es el sentido de un nombre propio, más que el nombre propio mismo, el que en primer lugar refiere al objeto.

      En la práctica, sin embargo, Frege nunca se ajustó a ese orden de prioridad cuando expuso la distinción entre sentido y referencia. En primer lugar, nunca introduce la noción de sentido, explicando subsecuentemente la referencia como una característica de los sentidos: primero habla de la expresión como teniendo referencia, y también procede a argumentar que además ella posee un sentido o, digamos, a decir algo sobre en qué consiste el sentido. Este orden de exposición es en realidad requerido por su concepción del sentido de una expresión como el modo en que su referencia es dada; por lo cual se sigue de esta concepción que la noción de sentido no puede ser explicada salvo apelando a la de referencia, y por ello debemos primero tener la noción de referencia. Ahora bien, si tenemos la noción de referencia antes de tener la de sentido, no podemos analizar la referencia como una propiedad del sentido sino solo de la expresión. Se sigue que la tesis de Frege de que es el sentido al cual la referencia se debe principalmente adscribir es incorrecta.

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