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El barrio de la plata. Julià Guillamon
Читать онлайн.Название El barrio de la plata
Год выпуска 0
isbn 9788418680007
Автор произведения Julià Guillamon
Жанр Языкознание
Издательство Bookwire
El otro documento tiene relación con una finca de la calle Luchana, muy cerca de donde se instalaron mis yayos y donde yo viví de chico. Muchos propietarios de terrenos de Pueblo Nuevo residían fuera del barrio. Eran propietarios de campos o fábricas, de los que se encargaban lugartenientes y directores, mientras ellos se encontraban en el Ensanche o en Sarriá. Es el caso de las hermanas Aurelia, María de la Concepción y Joaquina de Paz y de Canals, propietarias del terreno de detrás de nuestra casa. Vivían en la calle de Sarriá, 47, 4º 2ª. Entre 1878, cuando cursaron los documentos de la herencia de la madre, y 1888, cuando actualizaron la herencia, las alineaciones del plano habían cambiado. Entre la calle Luchana y la calle Llacuna se habían construido algunos edificios. La calle Luchana no existía como tal, pero ya se podía calcular la «prolongación de su eje». Y esta prolongación afectaba a la propiedad de las señoras de Paz y de Canals. En el plano se ven dibujados un huerto, un algibe, norias, la acequia de la llacuna, un camino de servidumbre. Encima, delineadas con lápiz rojo, las cuadrículas del Ensanche. Entre el plano de 1878 y el de 1888 ha desaparecido la «casa huerto», y han surgido nuevos espacios de «terreno edificable» y «terreno viable»: solares y calles.
Las hermanas de Paz y de Canals acompañaron la escritura de «rectificación de división de bienes» de la herencia de su madre con un plano y una certificación del Ayuntamiento.
«Para la debida y necesaria claridad se acompaña también adjunto el plano geométrico de fecha tres de agosto de mil ochocientos setenta y ocho, en el que, con sujeciones a estacas de replanteo de calles, algunos encajes de ejes de las mismas y señales valladas de una pared, hecho todo por topógrafos del Gobierno Civil con relación al plano del Ensanche y también por el arquitecto municipal o sus dependientes, se señalaron las calles que afectaban al terreno y como en primero de mayo de mil ochocientos ochenta y ocho fue necesario alterar las bases de la división, por lo cual como base fue previo formular un nuevo plano tomando las alineaciones de las calles de las edificaciones ya en parte allí existentes».
Qué imagen tan potente: las calles del Ensanche marcadas en el suelo con estacas, señales valladas y paredes, en medio de una antigua finca rural, regada per acequias y canalizaciones de la laguna. A su alrededor, las casas que habían empezado a construirse antes de que se dibujaran las calles. La certificación, del 5 de marzo de 1897, se acompaña de un formulario estándar.
«EL AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL DE SAN MARTÍN DE PROVENÇALS
Primera. La fachada del edificio seguirá la línea y rasante fijadas en los proyectos de alineación aprobados o que en los sucesivo se aprobaren, a cuyo efecto serán aprobados por el Ayuntamiento del Municipio.
Segunda. Si la construcción o edificio ha de emplazarse en el ensanche de la población, vendrá a cargo del propietario el replanteo de la parte de manzana que le corresponda, al cual será también comprobado por el Arquitecto Municipal y quedará además obligado a cumplir la Ley de 22 de diciembre de 1876 y demás disposiciones vigentes.
Tercera. Deberá verificar la explanación del trozo de vía correspondiente al edificio que pretende construir hasta la mitad del ancho de la calle y observar las ordenanzas municipales de Barcelona referentes a obras de nueva construcción ínterin no las tenga propias este Municipio».
Se habían acabado los caminos de carro, los pasajes, los cobertizos que bordeaban los caminos, los campos: a partir de ahora todo debería mantenerse en el interior de la cuadrícula.
El número 1 de 4 cantons, de 30 de junio de 1963.
Pero, a pesar de esta idea unificadora, el barrio siguió con sus leyes. Una línea de autobús, la Catalana, cubrió el trayecto entre el Clot y Pueblo Nuevo hasta 1980, como si los dos vecindarios continuaran unidos por el cordón umbilical de la calle San Juan de Malta. En su recorrido por el dédalo de calles estrechas, la Catalana ignoraba la A-19 que conectaba con la autopista del Maresme y que, fea y pretenciosa, había substituido la antigua carretera de Mataró. Las calles del Ensanche no unieron Pueblo Nuevo con Barcelona, separados por la A-19 y por la vía del tren. En lo que más tarde sería la avenida Diagonal se construyeron algunos edificios aislados, de acuerdo con «la prolongación de su eje» (que recortaba las esquinas en ángulo agudo, sin que se pudiera entender muy bien cual era el sentido de aquella extraña alineación). Hasta los años noventa solo había unos pocos tramos de la Diagonal construidos, separados por fábricas, descampados y el campo de fútbol del All i Oli, en el cruce de la calle Llacuna.
El autobús la Catalana, que hasta 1980 cubría la línea Clot-Poblenou.
En 1963, desde la parroquia de Santa Maria del Taulat se puso en marcha una revista. La titularon 4 cantons, para recordar aquel cruce que había sido el centro del barrio. Proponía rutas (los toneleros, la playa de la Marbella, la fábrica de galletas Solsona). Sus jóvenes reporteros entrevistaban a vecinos singulares: Francisco Martín El Chaparrero, torero (otro matador fue Sebastián Rengel: ninguno de los dos triunfó en los ruedos). Explicaban que las industrias del barrio Montroy Masana, Frigo y Trinaranjus tenían estands en la Feria de Muestras; que Pueblo Nuevo era el último reducto de los tranvías de vía estrecha o que un vecino aventurero, José Fiusa, sobrevivió a un naufragio en el océano Índico. Si enviaban a un colaborador al barrio de la Plata o a los Quatre Cantons, enumeraba las tiendas, como si estuvieran desde siempre y tuvieran que permanecer allí para siempre.
«Los cuatro establecimientos que, realmente, forman los 4 cantons son los siguientes: el popular comercio de vinos y licores conocido familarmente por Ca’n Guixer; el garaje de la compañía de Autobuses San Martín (las populares Catalanas); una sucursal de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona y otra sucursal del Banco de Bilbao. También se identifican con el lugar la Pastelería Rodríguez, el pequeño establecimiento destinado a la venta de helados, la sastrería La Africana, la parada de taxis y algunos otros».
Y a continuación entrevistaban, como si de una personalidad se tratara, al propietario de can Guixer.
La colección de 4 cantons se puede leer de muchas maneras. Como un punto de partida de los movimientos vecinales; como un foco de resistencia al plan de la Ribera y a las actuaciones urbanísticas que han acabado por destruir el barrio; como el núcleo desde el cual, en diferentes etapas, surgieron periodistas de la Transición como Rafael Pradas o Josep M. Huertas Claveria. Me he apuntado el titular de un reportaje de 1963: «En los límites de nuestro barrio, el zoo barcelonés es uno de los mejores de Europa». Qué bestia. Menudo esfuerzo para evitar ser digeridos por la nada, dibujar un territorio, definir una identidad. Crear un mapa mental que contrastaba con el Pueblo Nuevo que conocías, tan inconcreto y fragmentario. En todos estos años Pueblo Nuevo no ha cambiado mucho. Pequeños núcleos de casas antiguas en medio de un páramo formado por descampados y fábricas, más tarde por talleres y agencias de transportes, hoy por hoteles y promociones inmobiliarias.