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Pablo: Reavivado por una pasión. Bruno Raso
Читать онлайн.Название Pablo: Reavivado por una pasión
Год выпуска 0
isbn 9789877982824
Автор произведения Bruno Raso
Жанр Документальная литература
Серия Lecturas devocionales
Издательство Bookwire
Él estaba totalmente confundido. Nunca antes había visto ni escuchado a presos cantar y alabar a Dios en paz. No era muy lógico. Más que presos parecían ángeles. Es evidente que el enemigo quiso desanimar a los predicadores, pero aun presos ellos seguían animados, orando, cantando y testificando. “Aunque el cuerpo está encarcelado, aunque la carne está en prisión, todas las cosas están abiertas al espíritu. La pierna no siente la cadena cuando la mente está en el Cielo”, declaró Tertuliano.
El enemigo puso cárceles y custodios para evitar la predicación, y la cárcel fue abierta; y los custodios y sus familias, convertidos y bautizados. Un terremoto termina en fiesta, en la que se celebra la nueva vida.
Para ser salvo, solo había que creer. ¿Qué significa eso realmente? Creer es reconocer nuestra total insuficiencia y aceptar y confiar en la suficiencia de Dios. Es reconocer nuestra absoluta indignidad, mientras aceptamos la total dignidad del Señor para salvarnos. Es reconocer que es nuestra independencia lo que nos lleva a la muerte, y que es la dependencia permanente de Jesús lo que nos lleva vida.
Que esta pueda ser hoy tu oración: “Señor, dejo de lado mi insuficiencia, mi indignidad e imposibilidad. Ayúdame a depender permanentemente de ti y que, sin importar las circunstancias que tenga que enfrentar, viva una vida de oración y estudio de tu Palabra todos los días”.
13 de enero
Diligentes y perseverantes
“Estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).
Aquel ataque terrorista destruyó casi por completo el edificio y terminó con la vida de casi un centenar de personas. Recuerdo que nos acercamos con un grupo de voluntarios para ofrecer ayuda a quienes estaban removiendo escombros, con la esperanza de encontrar con vida y rescatar a las personas. Recuerdo el ir y venir de un joven. Me acerqué a él y me dijo que su esposa estaba debajo de los escombros. Estaba angustiado porque ya habían pasado trece horas del atentado, y la esperanza de rescate se desvanecía.
Por otro lado, los especialistas y el equipo de rescatistas trabajaban con toda diligencia, sin pausa y con prisa, con responsabilidad, con esfuerzo y con compromiso. Así, fueron rescatadas varias vidas.
Pablo visitó a los creyentes de Berea y, al compararlos con los de Tesalónica, dijo que eran más nobles que ellos. Es decir, eran distintivos, leales y generosos porque recibieron el mensaje sin prejuicios, y escudriñaban, profundizaban, investigaban y comparaban por sus propios medios la palabra escuchada de Pablo con la Palabra escrita. Los bereanos fueron instruidos por la Palabra y fortalecidos por la Palabra. Estudiaban las Escrituras con toda solicitud, con diligencia y con el intenso anhelo de obtener más conocimiento. El diccionario define “diligencia” como cuidado, prontitud, agilidad, prisa, solicitud, disposición, eficiencia y búsqueda incesante hasta alcanzar el objetivo. “Si deseas que tu esperanza de salvación crezca en fortaleza y solidez, estudia con diligencia la Palabra de Dios. El cristiano es concebido por la Palabra y debe alimentarse de ella”, expresó William Gurnal.
En un tiempo de superficialidad y de falta de profundidad, cada vez se piensa, se reflexiona y se medita menos. Por eso, como los bereanos, debemos ser perseverantes en el estudio de la Biblia, y debemos hacerlo cada día.
“El estudio de la Biblia requiere nuestro más diligente esfuerzo y nuestra más perseverante meditación. Con el mismo afán y la misma persistencia con que el minero excava la tierra en busca del tesoro, debemos buscar nosotros el tesoro de la Palabra de Dios” (Elena de White, La educación, p. 170).
Como aquellos voluntarios que buscaban vida en la profundidad de los escombros, necesitamos un compromiso mayor con el estudio de la Palabra. Seamos diligentes y perseverantes en su estudio y en su aplicación.
14 de enero
Un dios desconocido
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra” (Hechos 17:24).
Atenas era la capital de la antigua Ática y de la moderna Grecia. Existían en aquellas colinas cerca de tres mil estatuas, mayormente dedicadas a sus ídolos y divinidades. Fue en esta ciudad donde Pablo, frente a filósofos e incrédulos, presentó una defensa de la fe y del evangelio. Hechos 17:16 al 34 relata cómo empezó hablando de la doctrina de Dios y de la Creación, y presentó al Dios viviente como Creador, Soberano y Padre. Luego siguió con la doctrina del hombre, animando a vivir una vida no centrada en el ser humano sino en Dios. Finalmente, concluyó con la doctrina del Juicio y de la Resurrección.
Pablo fue a la gente donde la gente estaba, enfrentó la filosofía epicúrea (que sostenía que el objetivo principal de la vida es evitar el dolor) y les habló en su propio lenguaje. Los griegos no negaban la existencia de Dios, pero pensaban que estaba demasiado ocupado y demasiado lejos como para interesarse en el quehacer diario de cada criatura. A su vez, los estoicos enseñaban el autodominio. Así, el objetivo principal era entrenar a las personas para alcanzar un lugar de indiferencia tanto al placer como al dolor. Además, los atenienses creían en alguien superior, desconocido, que actuaba sobre las leyes naturales.
Era tanto el fervor de los atenienses por complacer a todas sus divinidades que existían algunos altares dedicados “al dios no conocido”, con el objeto de no caer en el pecado del descuido o del olvido. Entonces, Pablo les hace un juego de palabras: ustedes tienen un dios no conocido; ese dios que adoran sin conocer es el Dios que yo conozco, adoro y anuncio. Por eso, a Pablo lo llamaron el anunciador o proclamador de nuevos dioses: “Con un tacto nacido del amor divino, apartó cuidadosamente sus mentes de las deidades paganas, y les reveló el Dios verdadero, que era desconocido para ellos” (Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p. 195).
¿Qué y cuánto conoces de Dios? En tu vida, ¿Dios es Dios “por si acaso”? En los días de la Reforma protestante, Lutero caminaba por una calle cuando fue sorprendido por una persona que debajo de su abrigo tenía un arma. “¿Por qué caminas solo?”, le increpó el atacante. Y Lutero respondió: “Estoy en manos de Dios, él es mi amparo y mi fuerza”.
Para Pablo y para Lutero, Dios no era un Dios desconocido; era un Dios presente, actuante, cercano. Era un Padre y un Amigo. Que Dios sea en tu vida un Dios conocido y reconocido. Eso marcará toda la diferencia. Reconozcámoslo en todos nuestros caminos, y vivamos hoy y siempre en las manos de Dios.
15 de enero
Hagan todo lo que él dice
“Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila, su mujer” (Hechos 18:1, 2).
Julián y Marta estuvieron casados 68 años, siempre sirviendo juntos al Señor y a la iglesia. Marta, como directora de Dorcas–ADRA, y Julián como jefe de diáconos y predicador evangelista. Cuando tenían 56 años de casados, Julián se cayó de una escalera mientras pintaba la iglesia y sufrió una ruptura del bazo, con sangrado abdominal. La situación era grave. Su vida corría peligro. Lo llevaron de urgencia al hospital. El cirujano necesitaba hacer una tomografía, pero el equipo no funcionaba hacía dos semanas. No obstante, tal estudio era indispensable para confirmar el diagnóstico y resolverlo.
En ese momento, Marta, la familia y la iglesia oraban por Julián. Dios siempre se manifiesta cuando sus hijos oran. Ante el asombro del personal hospitalario, el tomógrafo funcionó para ese único paciente. Julián fue operado, le salvaron la vida y siguió junto con Marta sirviendo