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y actitudes y un proceso de autoconocimiento y de aprendizaje de herramientas y estrategias para el autocuidado del estudiante que eviten situaciones como la fatiga por compasión. La UC6: Conocimiento y Desarrollo Intrapersonal del alumno, se centra en estos aspectos.

      De este modo, tal y como se muestra en la tabla 2, quedaría establecida la relación entre las funciones reconocidas de la enfermería y las unidades de competencia anteriormente definidas (la definición de cada unidad está adaptada de Gómez del Pulgar, 2013).

FUNCIONES DE ENFERMERÍA UNIDADES DE COMPETENCIA DEFINICIÓN
ASISTENCIAL UC1: Valoración y Diagnóstico Conocer el contexto en el que se desarrolla la actividad asistencial de enfermería y desarrollar una valoración de las necesidades de la esfera de lo íntimo del paciente y familia, detectando los problemas reales o potenciales, realizando un diagnóstico enfermero.
UC2: Planificación Elaborar, siguiendo el proceso metodológico enfermero, un plan de cuidados que incluya el cuidado de las áreas espiritual y psicosocial y que contribuya a la sanación.
UC3: Intervenciones de Enfermería Llevar a cabo las intervenciones más adecuadas para la persona y familia, orientadas a resolver los problemas que afectan a la intimidad del paciente, en los ámbitos competenciales de la actividad enfermera.
UC4: Evaluación y Calidad Evaluar el resultado de las intervenciones realizadas en el proceso de sanación del paciente, poniendo en marcha acciones para introducir las medidas correctoras necesarias, aplicando la evidencia científica.
INVESTIGACIÓN Es más oportuna su evaluación en el segundo ciclo.
GESTIÓN No es necesario un desarrollo competencial específico para los aspectos tratados en este trabajo.
DOCENCIA Esta función no se recoge como tal en las competencias del grado, pero se hace referencia en la UC3: Intervenciones de Enfermería.
TRANSVERSALES UC5: Comunicación y Relación Interpersonal Poner en marcha estrategias de comunicación y relación que le permitan conocer los valores y creencias del paciente a fin de poner en marcha cuidados que respeten las mismas.
UC6: Conocimiento y Desarrollo Intrapersonal del alumno Ayudar al alumno a adquirir un conocimiento personal que le ayude en el proceso de cuidado, proporcionándole conocimientos y herramientas que le permitan prevenir y evitar el cansancio emocional, psíquico y espiritual.

      Partiendo de estas unidades de competencia, se elabora una primera propuesta que pretende dar respuesta a las competencias que, dentro de cada unidad, deben ser desarrolladas por el alumno para desplegar sus funciones de enfermería dentro del marco del cuidado de lo íntimo, tal y como se ha definido antes, y teniendo en cuenta las competencias indicadas en la ORDEN CIN/2134/2008 (2008).

      Justificación del proyecto

      En la actualidad no existe un modelo de aprendizaje basado en competencias que afronte el aprendizaje en el grado de Enfermería del cuidado de los aspectos íntimos de la persona desde un abordaje basado en el conocimiento enfermero y su proceso de atención.

      Por lo tanto, un modelo de aprendizaje basado en este cuerpo de conocimiento propio de la enfermería a través de los diagnósticos enfermeros, recogido en la taxonomía NANDA, y la adquisición de las competencias necesarias para implementar un plan de cuidados basado en la taxonomía NIC, que recoge las intervenciones que la enfermera debe realizar para llevar a cabo dicho plan, puede servir de referencia para implementar, de manera transversal, los currículos de las asignaturas relacionadas con la planificación de cuidados y, de este modo, conseguir que el alumno adquiera las competencias para ser capaz de llevar a cabo un cuidado integral de la persona.

      Este core currículum, logrado a través de un consenso nacional, permite, por un lado, ayudar en el desarrollo de la enseñanza de la profesión enfermera basada en su cuerpo de conocimientos propio y centrarse en el proceso del cuidado como elemento básico de su actuación, basado en criterios científicos y en intervenciones evaluadas; y, por otro lado, permite orientar el cuidado en la persona concebida de un modo integral, tratando no solo los aspectos físicos o biológicos sino que amplía el campo de actuación a los aspectos psicosociales y espirituales, haciendo visible la importancia del papel de la enfermera como pieza clave en el cuidado de estos aspectos.

      Este desarrollo permitirá a las diferentes instituciones educativas poner en marcha iniciativas que permitan la integración de un modelo de cuidado integral que asegure la preparación de las enfermeras para ello, a través de la implementación de actividades formativas que aseguren la adquisición de las competencias necesarias y que permita, a través de los resultados de aprendizaje, su evaluación.

      Como hemos visto en el primer apartado, en torno al cuidado se plantea un gran número de cuestiones filosóficas, éticas y antropológicas que han hecho, a muchos autores, diseñar una ética del cuidado con unas especiales consideraciones y características.

      En esta ética del cuidar, se plantean unas virtudes básicas como son compasión, competencia, confidencialidad, confianza y conciencia, que se deben dar para que el cuidado se dé con excelencia. Pero por otro lado existen barreras tanto físicas como de formación humanística y conocimiento que pueden impedir la implementación de estas virtudes en la práctica asistencial.

      Además, esa ética del cuidar necesita de la asunción de la enfermera de la responsabilidad en el cuidado orientado a la protección y mejora de la dignidad humana y con la salvaguarda de la humanidad, favoreciendo el pensamiento subjetivo, sobre los principios objetivos, con la prudencia como virtud central.

      Por otro lado hay que tener en cuenta planteamientos como los de Watson sobre el cuidado enfermero, introduciendo elementos como los valores humanísticos: la práctica de ser amoroso, caritativo y ecuánime con uno mismo y con los demás que requiere que la enfermera evolucione en su desarrollo moral, otorgando gran importancia a la formación en Humanidades o permitiendo que la fe y la esperanza estén presentes, la sensibilidad hacia uno mismo y hacia los demás, el desarrollo espiritual y, por supuesto, desarrollar relaciones basadas en un auténtico cuidado confiable. Ello nos hace plantearnos hasta qué punto estos planteamientos están presentes en las enfermeras que prestan cuidados actualmente.

      Otro aspecto a tener en cuenta en este análisis debe ser la relación entre cuidado e intimidad, y cómo todos los aspectos anteriormente reseñados influyen en esta relación. Qué barreras personales, profesionales o de organización y estructura física pueden influir en este cuidado de lo íntimo de la persona cuidada.

      Cuestiones como cuál es la libertad real de la enfermera para ejercer su responsabilidad moral en la asistencia sanitaria, o si las instituciones la reconocen como tal o no, y si existen conflictos, son aspectos que es necesario analizar para tener un acercamiento a la realidad de la prestación de los cuidados y las consideraciones éticas que se tienen a la hora de prestarlos.

      Dado que el cuidado enfermero se presta en unas condiciones de especial vulnerabilidad de la persona cuidada y en un ambiente generalmente hostil, cualquier actuación de cuidado tiene una gran influencia y es necesario que estas tengan en cuenta a la persona en su doble faceta física y espiritual y que el cuidado se desarrolle en ambos aspectos y cuide lo íntimo de la persona, manteniendo a su vez un respeto a la intimidad.

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