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Vencer o morir. Antonio Espino López
Читать онлайн.Название Vencer o morir
Год выпуска 0
isbn 9788412221329
Автор произведения Antonio Espino López
Жанр Документальная литература
Серия Historia de España
Издательство Bookwire
El sucesor de Moctezuma I fue Axayacatl (1469-1481), quien, en 1473, hubo de enfrentarse al levantamiento de Tlatelolco. El tlatoani de la urbe, Moquihuix,43 se mostró muy soberbio tras derrotar en solitario a los tradicionales enemigos de la Triple Alianza, las ciudades de la alianza de Puebla-Tlaxcala: Cholula, Tlaxcala y Huexotzinco, una vez que Axayacatl dio la orden de retirada al ejército mancomunado. Así, a la riqueza acumulada por Tlatelolco en los últimos años se añadió el hecho de contar con un tlatoani héroe de guerra, una mezcla demasiado peligrosa si tenemos en cuenta que, además, estaba desposado con princesas de Tetzcoco y de la propia Tenochtitlan, y que en esta última había algunas facciones que no estaban de acuerdo con la elección de Axayacatl en 1468. Moquihuix intentó ya en 1469 un acercamiento a Chalco para buscar su conformidad y ayuda en un posible enfrentamiento contra Tenochtitlan. Pero los chalcas entregaron a Axayacatl a los embajadores tlatelolcas encargados de las negociaciones. Este invitó a su homólogo tlatelolca a un banquete en el que se sirvieron cocinadas las carnes de sus embajadores.44 Pero Moquihuix no arrojó la toalla. En 1472 falleció el tlatoani de Tetzcoco, Nezahualcoyotl, y su sucesor fue un niño, Nezahualpilli, una situación que Tenochtitlan aprovechó para hacerse con el control de la ciudad hasta el punto de que, gobernando ya Moctezuma II, los tenochcas consiguieron designar al mandatario tetzcocano.
Pero Tlatelolco era otra cosa. Una ciudad rica que había prosperado en el seno de la Triple Alianza y que no aceptó la preeminencia de Tenochtitlan y luchó para revertir el nuevo orden que se estaba imponiendo. La guerra, inevitable cuando Moquihuix repudió a su esposa tenochca, hermana por más señas de Axayacatl, estalló. Y fue perdida por Tlatelolco,45 que se vio sometida de inmediato a Tenochtitlan, desde donde se controló su destino político y el de su gran mercado.
Aunque Axayacatl continuó con las conquistas en tierras huastecas y consolidó su dominio sobre Tepeacac y Cuetlaxtlan, no obstante Axayacatl acabó siendo derrotado por los tarascos en su intención de continuar la expansión en el noroeste del imperio. Si en 1476-1477 los mexicas lanzaron una campaña contra los tarascos para frenar su expansionismo y llegaron a tomar varias posiciones fronterizas, incluida Taximaroa, y avanzaron hasta Charo, la respuesta de los tarascos consistió en retomar aquellas tierras, fortificar mucho mejor su frontera oriental y trasladar a la zona población matlatzinca y otomí que había huido del dominio mexica. Es decir, que siguieron una política de reasentamiento de población en sus fronteras igual que la practicada por sus rivales.46
Axayacatl, después de morir en 1481, fue sucedido por su hermano Tizoc, que apenas reinó hasta 1486, cuando fue envenenado, probablemente, al no disponer de un perfil expansionista, aunque sí acometió algunas conquistas menores como las conseguidas en tierras de los huastecas, en Puebla, donde obtuvo Atezcahucan, o en el actual estado de Guerrero. Más bien lo que sucedió fue que su hermano Ahuitzotl, un afamado guerrero, consiguió ponerse al frente de una de las facciones que disputaron el poder entre los mexicas.47 En opinión de José Lameiras, la política de Tizoc fue continuista con respecto a la de Axayacatl, quien quiso rehuir el compromiso político y militar en beneficio del administrativo y burocrático a la hora de retener el poder. Así, Tizoc, mucho más proclive a una política «pacifista», fracasó, además, en su campaña inaugural contra Metztitlan.48
Ahuitzotl (1486-1502) consiguió encauzar la situación al aplastar las revueltas existentes entre 1488 y 1489 –se rebelaron antiguos tributarios como Teloloapan, Oztoman y Alahuiztlan; tras recuperar Telolopan, sus habitantes aseguraron que habían sido engañados por los naturales de las otras dos y comenzaron a colaborar con los mexicas en la guerra; Ahuitzotl, tras tomar ambas ciudades, ordenó la masacre de sus habitantes, menos los niños, que fueron distribuidos por todo el imperio–, lo que reforzó su prestigio, al igual que la consecución de una gran masa de cautivos que fue inmolada en la inauguración del gran templo central de México-Tenochtitlan, una obra de gran envergadura iniciada por Moctezuma I. Sin duda, la necesidad de aplacar la ira de los dioses del panteón mexica, y en especial del dios del sol y de la guerra, Huitzilopochtli, propició estos sacrificios masivos, pero también la necesidad de los mexicas de reafirmarse como el gran poder central que eran y enviar un claro mensaje a los anteriormente sublevados. Con todo, la expansión constante que caracterizó la época de Ahuitzotl fue un claro síntoma de que la búsqueda de botines y mercados, el control de nuevas tierras y de hombres, de víctimas para los sacrificios rituales, se había convertido en un fin en sí misma. Se ansiaban cada vez más riquezas, más productos exóticos, como el cacao, de modo que la expansión de 1491-1495 se dirigió hacia el sur y se acercó al entorno del Pacífico en busca de dicho producto, tan demandado por las élites mexicas. Fue entonces cuando se conquistaron Cihuatlan –primero cayó Otlatlan y, quizá dividiendo sus fuerzas en dos, una de ellas fue a por Coyocac y Acapolco, mientras que la otra avanzó hacia Petlatlan, Xihuacan, Yztapan, Apancelacan y Zacattula, en el límite fronterizo con el mundo tarasco–,49 Oaxaca,50 Tehuantepec, rebelada en 1497, y Xoconochco. En la frontera con los tarascos fundó colonias militares en la zona de Oztoman. También se iniciaron aquellos años las expediciones comerciales a Xicalanco, en tierras mayas. Allá, y en Cimatlan, se localizaban guarniciones mexica, que fueron las primeras en informar a Moctezuma II del ataque sufrido por Juan de Grijalva en Champotón.51 El caso de lo ocurrido en Oaxaca es significativo. El tlatoani envió un ejército en 1497 para vengar el asesinato de comerciantes mexicas y aliados. Se les ordenó no solo matar a 2000 personas por cada comerciante muerto, sino aniquilar a todos, adultos o niños, porque era demasiado lejos para conseguir hacer marchar a los cautivos de retorno a México-Tenochtitlan. Sin embargo, unos 1200 fueron llevados de dicho territorio.52
Serpiente bicéfala de mosaico de turquesa. Es posible que se trate de una representación de Xiuhcoatl, la serpiente de fuego, el arma más poderosa del dios de la guerra Huitzilopochtli, principal deidad mexica y original de esta cultura.
En política interna, la necesidad de emprender obras hidráulicas para asegurar el suministro de agua en Tenochtitlan,53 unos trabajos que precisaron de la ayuda del tlatoani de Tetzcoco ante los primeros fracasos en las mismas, pues hubo inundaciones,