ТОП просматриваемых книг сайта:
Byun-Chul Han. María Clara Garavito
Читать онлайн.Название Byun-Chul Han
Год выпуска 0
isbn 9789585136076
Автор произведения María Clara Garavito
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
El ‘acontecimiento’ es un momento de ‘verdad’ que introduce una nueva forma de ser, completamente distinta a lo dado, a la costumbre de habitar. Hace que suceda algo de lo que la situación no puede dar cuenta. Interrumpe lo igual a favor de lo otro. La esencia del acontecimiento es la negatividad de la ruptura, que da comienzo a algo del todo distinto. El carácter del acontecimiento une el amor con la política o el arte. Todos ellos exigen una ‘fidelidad’ al acontecimiento. Esta fidelidad trascendental puede entenderse como una propiedad universal del Eros (Han 2014a, 68).
La nuestra es una época que espera el acontecimiento, una época en que el cine está lleno de superhéroes y eventos apocalípticos. El saber tradicionalista sostiene que el diablo es el imitador de Dios (Guénon 1997), el anticristo es parodia del salvador, mientras el anonimato de los artefactos industriales parodia el anonimato tensado hacia arriba y hacia afuera del artesano religioso tradicional. Trump, Brexit, plebiscito: quizás son burlas del acontecimiento, salvaciones chimbas en sí, muestras del desorden de nuestros tiempos, pero reveladoras de cierta hambre de lo otro y hastío de lo propio. Hastío del que, a lo mejor, salga algo nuevo.
Referencias
Abbott, Edwin. 1999. Planilandia. Barcelona: Torre de Viento.
Cahill, Thomas. 2000. De cómo los irlandeses salvaron la civilización.
Evola, Julius. 2015. Cabalgar el tigre. Buenos Aires: El hilo de Ariadna.
Guénon, René. 1997. El reino de la cantidad y los signos de los tiempos. Barcelona: Paidós.
Guénon, René. 2001. La crisis del mundo moderno. Barcelona: Paidós.
Han, Byung-Chul. 2014a. La agonía del Eros. Barcelona: Herder.
Han, Byung-Chul. 2014b. En el enjambre. Barcelona: Herder.
Heidegger, Martin. 1994. Conferencias y artículos. Barcelona: Del Serbal.
Lévy, Pierre. 1999. Collective Intelligence: Mankind’s Emerging World in Cyberspace. Nueva York: Basic Books.
Sunstein, Cass. 2001. Republic.com. Princeton: Princeton University Press.
Notas
*Este prólogo es resultado parcial del proyecto de investigación Fundamentalismo y racionalidad autoritaria: sobre la derecha extrema en Latinoamérica, apoyado por la Vicerrectoría de Investigación y Transferencia (VRIT) de la Universidad de La Salle.
**Profesor asociado en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de La Salle. Doctor en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional. Ha escrito sobre filosofía moderna, ética ambiental, cibernética y filosofía de la educación.
Introducción*
María Clara Garavito**Germán Bula
¿Cómo caracterizar la sociedad del siglo XXI? Vivimos en un mundo en el que las vidas humanas giran en torno al ambiente laboral, el consumismo masivo y constante se promueve como parte de la ideología dominante y, torpemente a tientas en la oscuridad, exploramos otras formas de relacionarnos a través de los nuevos medios. Quienes habitamos hoy en día el planeta Tierra somos espectadores y partícipes de una dinámica social asfixiada por la producción acelerada de bienes de consumo y alienada por la superficialidad y el disimulo, tanto en las relaciones interpersonales como en la política. Pero lo más importante es que estamos convencidos de que todo esto encarna el progreso. Parece curioso que una civilización tan cansada y enferma (no solo a nivel social, sino psicológico y ambiental) se vea a sí misma como feliz y próspera o, por lo menos, en vías de alcanzar la felicidad y la prosperidad.
Al mismo tiempo que los voceros de la civilización afirman con vehemencia la efectividad del neoliberalismo para alcanzar el progreso, crece permanentemente el desencanto, lo que conlleva a describir críticamente los procesos socioeconómicos, psicológicos y políticos sobre los que se construye la sociedad en la actualidad. Así mismo, se busca entender cómo se constituyen las identidades y las intersubjetividades y en qué se distinguen tales experiencias de las que caracterizaron la vida humana antes del siglo XXI.
Desde esas descripciones y conocimientos, se busca comprender el ethos social y cuáles son las estrategias para expandirlo, no solamente a un grupo social determinado, sino a todos los individuos que habitan la Tierra; mientras que, desde una perspectiva más crítica, se pretende entender cómo esas estrategias sociales promueven la conservación de unas dinámicas de poder coactivo, gestadas en la ilusión de la democracia, con la que todos por igual tienen derecho a idénticas posibilidades.
Uno de los autores más relevantes en la reflexión sobre estos valores contemporáneos y sobre la sociedad en la que se enmarcan, es el coreano Byung-Chul Han, filósofo radicado en Alemania desde hace más de treinta años, a quien se le considera heredero de la filosofía política alemana en la que se inscriben pensadores como Jürgen Habermas, Peter Sloterdijk o Richard David Precht (Arroyo 2014). Los planteamientos de Han se basan en dos principios fundamentales: la negatividad y la positividad (Han 2016a). El primero, la negatividad, es tomado de Hegel (véase Han 2015) y se refiere a que, en aras de potenciar el espíritu, se debe abrazar lo otro, lo distinto. La negatividad es la pura alteridad, la cual confronta al ser y, por eso, lo hace transformar, incluso para superarse a sí mismo. También, es la confrontación con lo otro, no solo con lo otro humano, sino con la naturaleza y con el mundo del pensamiento. El segundo principio, la positividad, es un concepto que, en Foucault (véase Han 2016b), está asociado a la productividad del poder; es decir, remite al ejercicio reactivo y coercitivo que ciertas instancias ajenas al sujeto ejercen sobre la integridad (Han 2016a). Ahora bien, la novedad del concepto de positividad es que su práctica no es restrictiva, de modo que el individuo se sienta oprimido por tal poder, porque opera a través del placer (Han 2016a).
En la sociedad de consumo, el control sobre la persona ocurre sin resistencia alguna. Han explica cómo la contemporaneidad se caracteriza por desplegar formas de opresión de las que el sujeto no se percata. Bajo la bandera de la libertad, la felicidad, la transparencia y la apertura total a la información, la vida subjetiva transcurre en el agobio de la vida laboral, de las relaciones pasajeras, de los placeres fugaces. Asimismo, el poder actual logra que el cansancio y la depresión no se reconozcan como problemas del orden social; más bien, delega la culpa al sujeto (Han 2017). El exceso de positividad causa que la enfermedad se sienta como responsabilidad del individuo que la padece. El contexto social hace valioso, bueno y bello todo aquello que produce el malestar. Sobre todo, aparece como un efecto necesario del progreso: hay que trabajar para ser alguien, hay que saber de todo para ser inteligente, hay que consumir para avanzar. De este modo, el individuo se achaca a sí, a su debilidad o incapacidad, la responsabilidad de su malestar. El empresario de sí mismo y el consumidor de bienes y servicios, no se imaginan que el origen de sus males está en el orden socioeconómico y en las dinámicas de poder.
A Han no se le conoce únicamente por sus libros de divulgación; sus ideas circulan en las redes sociales con amplitud en forma de memes, citas y entrevistas. Irónicamente, se le conoce a través de los medios por los que se expresa la positividad que él mismo critica. Esa ironía sugiere que el autor no es ajeno a su tiempo, que reconoce que la academia no es el único espacio de difusión de las ideas. De alguna forma, apoderarse de los medios de la positividad para cuestionarla es atacar la estructura desde la estructura misma.
La accesibilidad de su obra no