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de las diversidades sexuales es muy baja o casi nula en relación con la división de tareas. Tomando de ejemplo centros culturales, salas de teatro y clubes de música, en las tareas mencionadas observamos que en administración el 52,57% son mujeres y 45,71% son hombres, mientras que las diversidades sexuales se encuentran relegadas con apenas el 1,71%. En comunicación el 55,56% son mujeres, 43,21% son hombres y las diversidades sexuales siguen en desventaja con el 1,23%. En las áreas de coordinación los hombres llegan al 54,46%, las mujeres al 44,20% y las diversidades sexuales, a un escaso 1,34%. Por último, en las áreas técnicas los hombres ocupan el 68,64%; las mujeres, el 30,18% y las diversidades sexuales, el 1,18%. Es en estas tareas donde la diferencia es la más significativa ya que los hombres duplican prácticamente a la cantidad de mujeres en las áreas técnicas.

      En relación a la toma de decisiones, podemos observar que los hombres definen la programación y las coordinaciones generales de los espacios por sobre un 10% en cuanto a las mujeres y por sobre el 52% en cuanto a las diversidades sexuales. En todos los sectores los hombres ocupan mayoritariamente los cargos de dirección; no hay diversidades sexuales en la dirección de clubes de música y hay un porcentaje bajísimo ocupando estos cargos en salas de teatro y centros culturales. Los hombres también son mayoría en la definición de la programación, sobre todo en centros culturales y salas de teatro. Vemos paridad total en clubes de música y una ínfima presencia de diversidades sexuales en todos los sectores.

      Si nos detenemos en las formas de contratación, vemos que los roles rentados tienen bastante paridad entre hombres y mujeres en general. También en términos generales, las pasantías tienen una importante paridad entre hombres y mujeres, salvo en milongas, donde los hombres tienen casi 10% más de participación y en centros culturales, donde tienen casi un 7% más de participación. El único sector que no cuenta con ninguna persona diversa rentada (es decir, aquella que recibe algún tipo de remuneración por tarea realizada) son las milongas, aunque el porcentaje en los demás sectores es muy bajo. Entre los pasantes solo hay presencia de diversidades sexuales en salas de teatro y centros culturales. Entre las personas voluntarias, los resultados se presentan más homogéneos: no hay diversidades sexuales presentes en ningún sector, hay paridad total hombres-mujeres en las salas de teatro y son mayoría las mujeres voluntarias en centros culturales.

      Observando las respuestas en relación a las diversidades sexuales, de las 527 personas en total involucradas en el funcionamiento de las organizaciones (tomando como referencia el universo de las 161 organizaciones encuestadas) solo hay 9 personas diversas sexualmente contratadas de manera permanente (1,7%) y 12, de forma eventual (2,3%).

      Dentro de esta investigación se relevaron también los protocolos sobre violencia de géneros y sobre diversidades sexuales. Los centros culturales son los que más atención y desarrollo han prestado al tratamiento de las violencias de géneros (el 25,81% posee protocolo y el 3,23% tiene protocolo sobre diversidades sexuales) aunque en todos los sectores, la presencia de protocolos sobre diversidades sexuales aún es muy bajo, salvo en los clubes de música. Si bien allí el porcentaje es bajo, es más del doble que en los demás sectores (el 16,67% tiene protocolos para diversidades sexuales pero solo el 8,33%, sobre violencias de género). Si analizamos la totalidad de las organizaciones encuestadas, observamos que solo el 14,10% tiene protocolos para la atención de violencias de género y solo el 5,13%, sobre diversidades sexuales. El 13,46% de las organizaciones manifestó estar trabajando en el desarrollo de protocolos para la atención de violencias de género y el 7,69%, en protocolos de diversidades sexuales.

      Una mirada en profundidad a la presencia de programación sobre diversidades sexuales muestra que dentro del universo encuestado, quienes más programación ofrecen sobre diversidades sexuales son los centros culturales (35,48%). Le siguen los clubes de música (25%) y luego, las salas de teatro (10,94%). En contraste con estos primeros datos, es notoria la ausencia total de programación sobre disidencias en las milongas relevadas. Si analizamos la totalidad de contenidos programados vemos que, entre centros culturales, salas de teatro y clubes de música, la programación especial sobre diversidades sexuales representa el 19,63% del total de la programación, un porcentaje nada menor. Los centros culturales triplican la presencia de esta temática en su programación con relación a las salas de teatro, y vemos cómo en los clubes de música esta programación especial va ganando espacio. Si bien este tema no es necesariamente nuevo, ya que los colectivos y movimientos LGBTI+ abogan por su visibilización desde hace mucho tiempo, es novedoso que esta programación comience a permear de forma más masiva espacios que históricamente no habían priorizado estas temáticas en su programación.

      Aprendamos juntes

      Los resultados de este análisis muestran que es necesario profundizar la reflexión sobre liderazgos, roles, y distribución de ingresos. A futuro será importante mantener estos datos actualizados para comprender la evolución de la división sexual del trabajo en el sector de la cultura a nivel general y en centros culturales, milongas, clubes de música y teatros, en particular. Además, estas informaciones situadas nos permiten conocer el grado de penetración de movimientos sociales, culturales y de derechos humanos para el sector LGBTI+ y su influencia en espacios de producción cultural.

      Entre los principales aportes que la mirada feminista puede sumar a la comprensión y enriquecimiento de las organizaciones culturales se incluyen:

      1) promover una actualización y ampliación de indicadores tradicionales que no dan cuenta de las concepciones no binarias.

      2) proponer nuevas categorías de análisis de las relaciones de producción cultural.

      3) llamar la atención sobre temas poco explorados.

      Si tuviésemos que hacer un resumen del proceso de trabajo involucrado en la elaboración del Relevamiento sobre Cultura Independiente, se podría decir que nuestro tránsito individual es un paralelo de nuestro tránsito colectivo como sociedad. Comenzamos tímidamente proponiendo la incorporación de un capítulo sobre géneros en el marco de un informe más amplio, pero luego fuimos sumando contenidos y temas clave al diálogo con los sectores e hicimos el esfuerzo de posicionar y medir datos hasta ahora no considerados. Sin embargo, fue solamente al finalizar el informe y revisando el capítulo sobre géneros que entendimos el potencial que estos datos y este enfoque tenían. Y fue gracias a esta toma de conciencia que modificamos completamente el Informe de Conclusiones para presentar una narrativa con lenguaje no sexista.

      Aprendizajes de todo tipo marcaron el desarrollo de este proyecto de investigación. Algunos de los más relevantes fueron aquellos vinculados a la búsqueda de estrategias para posicionar un tema tan relevante pero tan inédito en el ámbito de los estudios culturales. También fue necesario diseñar nuevos indicadores y herramientas de medición, construir relatos que destaquen su importancia, sistematizar y jerarquizar contenidos hasta ahora marginales y mostrar la importancia de repensar nuestra propia forma de medir la cultura. Desafíos y aprendizajes se mezclan en una ruta que recién comienza.

      El futuro: innovar en cultura

      El feminismo –uno de los movimientos culturales más relevantes de nuestra época– busca transformarlo todo, actualizando sentidos y valorando una diversidad de expresiones e identidades. Pero como cualquier proceso de transformación civilizatoria, este camino se encuentra a menudo con la avanzada de sectores conservadores que batallan con renovadas fuerzas por restaurar procesos de explotación y retroceso. Ante este contexto, queremos celebrar a los movimientos y organizaciones que trabajan para repolitizar el debate, exponer la dimensión de la crisis que hoy nos toca y evidenciar la emergencia de nuevas agendas y protagonistes.

      Sin duda alguna, la cultura es el terreno donde se disputan los relatos de cada época. Es por eso que nuestra búsqueda propone trascender los discursos tradicionales –agotados en su capacidad de sensibilizar a amplios sectores de la población– y renovar el compromiso de trabajar por una transformación social y cultural real. Esperamos que estas líneas sean un aporte relevante a la reflexión sobre los medios y estrategias que nos permiten profundizar el cambio cultural.

      Bibliografía

      Arceo, N., Monsalvo, A.P., Shorr, M. y Wainer, A. (2008). Empleo y salarios en Argentina. Una visión de largo plazo. Buenos Aires: Capital Intelectual, colección

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