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hacernos es: ¿Tenemos ese mismo espíritu de urgencia, esa convicción profunda que impulsaba a Pablo y a los discípulos de aquellos tiempos, para buscar la salvación de los perdidos?

      ¿Sentimos esa misma pasión de amor personal con relación a nuestro Señor y a la obra que nos encomendó a todos los creyentes?

      Tal vez nuestra vida cristiana de hoy no está respondiendo adecuadamente a los desafíos que este mundo nos presenta.

      Sin embargo, El Señor quiere despertar estos espíritus adormecidos y cómodos que se contentan únicamente con su propia salvación y que saben que el mismo sentido de urgencia que tenían aquellos discípulos debe caracterizar a los discípulos de todos los tiempos.

      Hoy El Señor habla directamente a tu condición espiritual. ¿Eres salvo? ¿Has sido perdonado de tus pecados? Si es así, gloria a Dios.

      Lo que recibiste de gracia ahora lo debes transmitir de la misma manera.

      Es día de ponernos en la brecha. Es otro día para emprender nuevos desafíos en esta batalla espiritual. Es un día para que compartas, para que comuniques las verdades del evangelio que es poder de Dios para salvación.

      Contágiate hoy de ese sentido de urgencia apostólico y Dios te usará como un instrumento eficaz para comunicar la salvación a quienes Él mismo te ponga por delante.

      ¡No vas solo, Dios va contigo!

      Oración:

      Amado Dios, sé que en este día tengo un desafío por delante. Sé que mi boca debe ser usada para compartir el mensaje de salvación y es eso lo que quiero hacer. Quiero ser como tus primeros discípulos, que a donde iban siempre llevaban el mensaje en sus labios y eran grandemente usados bajo el poder del Espíritu Santo. Tú estás conmigo, hoy anunciaré tus maravillas. Amén.

      Un día de ganancia

      “porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1: 21)

      Tienes delante de ti un nuevo día para vivir. Pero ¿Cómo lo enfrentarás? ¿Cuál es la expectativa que tienes para hoy? ¿Tienes sueños que se están cumpliendo? ¿Tienes metas que estás alcanzando?

      Es posible que la vida de un hombre transformado por el poder de Dios te pueda servir como guía para enfrentarte hoy a lo que vendrá.

      Pablo sufrió persecuciones, naufragios, azotes y encarcelamientos, pero siempre tuvo una mira en su vida: agradar a Cristo.

      En medio de sus luchas diarias podía observar más allá y regocijarse en El Señor.

      ¿Por qué este gozo que tengo, este amor, estas prisiones, este clamor, esta confianza?

      ¡Porque para mí el vivir es Cristo!

      Ahora que estoy preso, ahora que estoy en la peor situación, ahora también será magnificado Cristo en mí. Porque aunque la perspectiva sea difícil, tengo una esperanza. Porque en mi debilidad, mi Señor se hace fuerte. Porque en mis luchas diarias tengo de lado a Aquel que nunca ha perdido una batalla. Porque aunque no tenga nadie alrededor, al final del día sabré que nunca he estado solo.

      Por eso sé que nada podrá separarme del amor de Dios que es en Cristo mi Señor.

      Es posible vivir en Cristo. Es posible disfrutar la alegría en Cristo.

      Que el descanso sea en Cristo, que el dolor sea en Cristo, que cada momento de este día, puedas reconocer la grandeza de Aquel que ha venido a morar en tu interior y que al final de esta jornada, cuando necesites reposar de tus labores, puedas entender que has vivido un día de ganancia porque El Señor ha dirigido tus pasos.

      Oración:

      Mi amado Salvador: hoy me recuerdas que el mayor motivo de mi existencia es vivir para ti, es agradarte a ti, es anunciar con libertad que ahora tú estás en mí y yo en ti. Quiero contarle al mundo estas verdades que han transformado mi alma. Quiero disfrutar de tu presencia y a medida que avance este día, sabré que tú me guías por sendas de justicia por amor a tu nombre. Tú eres quien cuida cada paso de mi vida. Amén.

      “Levántate y resplandece”

      “Levántate y resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”

      (Isaías 60: 1)

      Quizás no existe en este mundo un contraste más grande que el que forman la oscuridad y la luz.

      Cuando la luz ilumina un lugar que ha estado oscuro, todas las cosas se pueden percibir diferentes porque son expuestas y ya no están más en las tinieblas.

      Nuestro mundo de hoy es un mundo de oscuridad, tinieblas, engaño y mentira.

      Sin embargo, a pocas personas les gusta estar en tinieblas. Aman la luz pero no saben cómo llegar a ella. Contrastan sus vidas y saben que son incompletas pero son incapaces de moverse hacia donde la luz del Señor puede alumbrarlos y transformar sus vidas.

      Pero ¿Qué ha declarado Jesús sobre la vida de cada creyente?

      Él lo dijo hace más de dos mil años y lo repite cada día a quienes le escuchan: “Ustedes son la luz del mundo”.

      Y esa luz no se esconde, por el contrario, has sido diseñado para iluminar, para cambiar los lugares oscuros, para traer vida en los ambientes de muerte, para reflejar la luz que Cristo te ha regalado.

      Con esa Palabra de Dios sobre tu vida, debes entonces prepararte para alumbrar.

      ¡Levántate y resplandece; porque ha venido tu luz!

      Hoy puedes ayudar a cambiar la vida de alguien.

      Hoy puedes contribuir a transformar este mundo con una palabra de aliento, de esperanza y de amor divino.

      Hoy puedes hacer que este mundo sea un poco mejor porque El Señor te va a usar como un instrumento en sus benditas manos, para que termine la oscuridad y brille una nueva luz a donde vayas hoy.

      Quiero proponerte algo en este día. Piensa en alguna persona que está en oscuridad. Piensa en alguien que necesita de Cristo Jesús. Ora primero y luego ve. Dale lo que tú ya tienes, bríndale el amor que Dios ha colocado sobre ti. Aliéntalo con una palabra diferente. Tráele luz para que su vida sea diferente hoy. Si todos los días hiciéramos lo mismo, este mundo sería diferente y cada uno de nosotros cumpliríamos cabalmente con los propósitos divinos.

      Sí, en este día: levántate y resplandece porque Dios está contigo, ¿Acaso necesitas más luz?

      Oración:

      Dios mío, tu Palabra me impulsa para no quedarme quieto/a sin hacer tu voluntad. Hoy quiero levantarme para alumbrar y resplandecer en este mundo de tanta oscuridad. Reconozco que hay muchos que están perdidos, sin rumbo, no saben a dónde ir y sus vidas carecen de propósitos eternos. Por eso quiero en este día que tú me dirijas a las personas apropiadas para compartirles estas verdades transformadoras. Tú has dicho que yo soy luz en este mundo y la luz tiene que resplandecer. Eso es lo que quiero hacer en este día. Amén.

      Háblame Señor

      “Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye” (1 Samuel 3:10b)

      No saber reconocer la voz de Dios es una de las quejas más frecuentes que tenemos.

      Queremos hacer la voluntad de Dios, anhelamos tener una relación más estrecha con nuestro Creador, pero… ¡cuánto nos cuesta entender cómo Él nos habla, cuándo lo hace, y, sobre todo, qué nos dice!

      En ocasiones el silencio de nuestro Señor es mayor que nuestra paciencia, y a veces sus respuestas nos parecen extrañas o sin sentido.

      Entonces nos surgen más inquietudes:

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