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alt="carácter"/>caráctercaráctera, es que la vida se caracteriza por la presencia de ducarácterkha, es decir, de sufrimiento. Este es uno de los conceptos centrales de las enseñanzas que le transmite Kcaráctercaráctercaráctera a Arjuna en la Bhagavad Gītā, los comentarios que le hace el rey a Rama en el Yoga Vāsicaráctercaráctera, el punto de partida de Patañjali en el Yoga Sūtra y la primera verdad noble de Buddha, a saber, que la vida se caracteriza por la insatisfacción y la carencia generalizada.

      “Hay suficiente sufrimiento para traerte hasta la puerta –suelo decirles a los alumnos de yoga a fin de recordarles por qué están en clase–, y ese es nuestro punto de partida”. La dificultad despierta la fe. La fe en el yoga supone una suerte de anhelo. ¿Qué es lo que anhelamos? ¿De qué buscamos liberarnos? Para muchos de nosotros, las ansias de practicar yoga tienen que ver con la aspiración de llevar una vida libre de los patrones habituales de condicionamiento. Cuando buscamos algún tipo de transcendencia, lo hacemos siempre en dirección a algo que aún no conocemos. Por eso la fe es un movimiento que va más allá de lo que en el momento nos resulta limitante y, en ese sentido, se vuelve un anhelo. En algún punto, todos anhelamos superar las zonas donde reina la restricción, la carencia y el descontento. En la práctica, la fe no requiere un compromiso teológico, sino más bien un interés en el propio descontento y en cómo acabar con él.

      No debemos rechazar el anhelo por considerarlo una forma de apego, sino que debemos entenderlo como una parte inevitable de lo que nos hace seguir adelante. Por supuesto que puede mezclarse con los planes del ego, pero existe un deseo intrínseco de ver a través de las limitaciones de este. Anhelamos conocer la naturaleza de las cosas y conectarnos profundamente con algo más grande que la idea de nosotros mismos. Sabemos tanto acerca de tantas cosas, pero ¿qué sabemos realmente cuando la angustia o el dolor nos oprimen? ¿Qué aprendemos de nuestro carácter cuando nos enfrentamos a la verdad del cambio, a la verdad de la muerte, a la verdad del sufrimiento?

      Cuando empecé a practicar yoga, las primeras clases a las que asistí, en el sótano de una librería, consistían básicamente en permanecer quietos y prestar atención a los ciclos de la respiración. Me costaba quedarme quieto durante más de un ciclo de respiración y, cuando llegaba al punto culminante de una inhalación, ya tenía la mente en otra parte. La instructora nos indicó que prestáramos atención a la respiración y a todos los estados físicos y mentales que aparecieran y desaparecieran. Con el tiempo, comencé a notar cómo la mente y el cuerpo se hallaban profundamente condicionados por patrones de reactividad. Antes de hacernos mover el cuerpo, la instructora necesitaba que pudiéramos permanecer quietos y prestar atención simplemente a las sensaciones de la respiración y a la tendencia de la mente a evadirse de dichas sensaciones.

      El modo en que el sufrimiento sigue sus ciclos, tal como lo hace una rueda desequilibrada, se vincula inextricablemente con la enseñanza del ducarácterkha. El giro de la rueda del ducarácterkha es conocido como sacaráctersāra. El sacaráctersāra es una metáfora del sin sentido. Se refiere al interminable ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento. Pero el concepto del ciclo de nacimiento y renacimiento no es un simple remanente de las posturas de la cultura india sobre la posibilidad de que existan vidas futuras o pasadas, sino más bien el nacimiento, la muerte y el renacimiento de nuestra percepción del ser de un momento a otro. Cada momento de la experiencia, ya sea desde la quietud o desde la reactividad, dispone el patrón para el momento siguiente, y nuestra capacidad para recibir adecuadamente cada uno de los momentos con una atención plena y sincera puede alcanzar grados sorprendentes. Este momento condiciona el siguiente.

      El renacimiento psicológico es una metáfora que describe cómo nacemos a una existencia condicionada. La práctica de yoga apunta a liberarnos de la fuerza cíclica de la actividad habitual y de las fuerzas mentales y emocionales distorsionadas que nos llevan a actuar en formas que conllevan sufrimiento. Aunque no sea una imagen del infierno en sí misma, se considera que sacaráctersāra y ducarácterkha son lo mismo. El sufrimiento es producto de la existencia condicionada.

      Kumbha le responde que todos los patrones condicionados (sacaráctersāra) existen en la mente y el cuerpo como vāsanās (recuerdos, impresiones sutiles del pasado, condicionamientos). “De hecho –dice–, las impresiones sutiles del pasado y la propia mente son sinónimos”. Gran parte de los estados mentales están constituidos por hábitos, y son esos hábitos los que conforman lo que llamamos “una vida”, aunque se trate de una existencia superficial y alienante. La tecnología del yoga es un medio para liberarnos de los anhelos y estrecheces habituales de nuestra mente.

      El corazón, en tanto morada de la mente y el cuerpo, es el lugar donde residen los cinco klecarácteras. El más condicionado de estos es la asmitā, es decir, la historia del ser que creamos sobre la base de nuestros gustos y aversiones condicionados. El objetivo de la práctica es acabar con el du Скачать книгу