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      a - Se pronuncia semejante a la “a” en oasis (de pronunciación más cerrada que la ā).

      i - Se pronuncia como la “i” en quitó.

      u - Se pronuncia como la “u” en curó.

      ā, ī, ū - Considérense los sonidos largos que surgen de expresiones como “a Amalia”, “mi inglés”, “tu uva”.

      ai - Se pronuncia como en castellano (por ejemplo, en estáis).

      e - Se pronuncia como en castellano, pero larga porque es diptongo (por ejemplo, en lees).

      o - Se pronuncia como en castellano, pero larga porque es diptongo (por ejemplo, en “no otra”).

      au - Se pronuncia como en castellano (por ejemplo, en auto).

      Consonantes

      Las consonantes están agrupadas de acuerdo con su punto de articulación en el aparato fonatorio. Estos puntos de articulación son cinco y cada uno incluye, a su vez, cinco sonidos. El segundo y el cuarto sonido de cada punto de articulación son aspirados. El quinto es el sonido nasal “mm”, articulado en el punto correspondiente.

      Guturales: ka, kha, ga, gha, caráctera

      El sonido se articula en la parte posterior de la garganta y la lengua no toca el paladar.

      Palatales: ca, cha, ja, jha, ña

      El sonido es articulado por el cuerpo de la lengua elevado hacia el paladar.

      Cerebrales: caráctera, carácterha, caráctera, carácterha, caráctera

      Se pronuncian de modo semejante a las dentales pero con la punta de la lengua vuelta hacia atrás y tocando el paladar.

      Dentales: ta, tha, da, dha, na

      El punto de articulación se realiza con la lengua tocando la parte posterior de los dientes superiores frontales.

      Labiales: pa, pha, ba, bha, ma

      El sonido se articula con los dos labios, no interviene la lengua.

      Signos comunes que hallamos en la transliteración:

      h después de una consonante - El sonido aspirado que se produce en español cuando se pronuncia una “j” suave, sin oclusión.

      c - Se pronuncia como la “ch” en castellano (por ejemplo, en charco).

      carácter - No disponemos de este sonido en la lengua castellana. Suena similar a la sílaba “ri” en Enrique, aunque más apagado el timbre “i”.

      s - Se pronuncia como la “s” castellana (por ejemplo, en casta).

      ś - Como en la palabra inglesa show.

      carácter - No disponemos de este sonido en la lengua castellana. Es semejante al sonido “sh” pero con la punta de la lengua apuntando hacia el paladar.

      ñ - Se pronuncia como la “n” de ancho.

      carácter - Se pronuncia como la “n” de ancla.

      jñ - La pronunciación antigua de este conjunto de consonantes es discutida entre los especialistas y actualmente varía de acuerdo con la región de la India. En algunas regiones su pronunciación se acerca a “gui” en guiarse.

      h - La aspirada “h” se pronuncia como una j suave, sin oclusión.

      carácter - Se pronuncia con un eco suave de la vocal precedente.

      *. Esta guía proviene de: Freeman, Richard, El espejo del yoga (Shambhala Publications, 2010; Kairós/El hilo de Ariadna, 2018).

      En un pequeño salón en el segundo piso de la Marpa House en Boulder, Colorado, varias horas después de haber terminado una intensa práctica de extensiones hacia atrás, Sri K. Pattabhi Jois, maestro de yoga indio de ochenta y tres años, dedicó tres horas de su tiempo a los alumnos, a quienes invitó a sentarse y a hacerle preguntas. Yo me senté a un costado del salón, ansioso por participar en la discusión y ver cómo sorteaba las preguntas en un contexto completamente diferente del de Mysore, India. Con su calma habitual, sonriendo y preguntándose si conocía a algún alumno de encuentros previos, Guruji se sentó delante de una pintura thangka tibetana que relucía detrás de él como una luna color azafrán.

      Aquel día me impresionó la diversidad cultural que había en el salón. Entusiasmados practicantes estadounidenses de hacarácterha yoga se hallaban sentados en un salón en compañía de un brahmán, quien a su vez estaba sentado delante de una colorida pintura tibetana del buda de la compasión. Pasando la puerta, Richard Freeman, anfitrión de Guruji y respetado instructor de yoga estadounidense, recibía a los concurrentes, quienes se sacaban los zapatos, se postraban a los pies de Guruji y luego alzaban la vista para escuchar alguno de sus famosos dichos, como “Una por una, todas las cosas llegan”. Descalzos y ansiosos por conocer a este maestro de yoga indio, los alumnos pasaban a sentarse de piernas cruzadas en almohadones de terciopelo y se inclinaban ante él con respeto antes de acomodarse con la columna perfectamente alineada.

      Guruji sonreía, a veces posando para alguna foto y a veces mostrándose algo tímido. Los alumnos desfilaron por el salón durante toda la tarde sin que la atención de Guruji se alterara.

      Me sorprendió escuchar que muchos de los alumnos le hicieran preguntas simples, principalmente relacionadas con posturas físicas, ante las cuales él se mostraba indiferente. “¿Cuánto tiempo lleva lograr una buena extensión hacia atrás?”, preguntó un alumno; Guruji sonrió sin contestar. Otro le preguntó si podía recomendar alguna forma de realizar flexiones hacia adelante con menos presión en las rodillas. Guruji respondió con la tan esperada y ya famosa frase suya: “Muchas vidas, todo llega”.

      Sin embargo, cuando le hacían preguntas sobre los movimientos de la energía, cómo trabajar con la mente, la kucaráctercarácteralinī o los textos esotéricos, se iluminaba y empezaba a citar śāstras –es decir, textos tradicionales– que había memorizado fiel y profundamente. A menos que uno supiera sánscrito, sus respuestas resultaban vagas e incomprensibles. Cuando a Guruji le entusiasmaba una pregunta, casi nunca respondía en inglés.

      Me asombró la cantidad de fuentes diversas que citaba: el Yoga Sūtra, la Bhagavad Gītā, el Chāndogya Upanicarácterad, el carácterg Veda, el Yoga Taravali, la Hacarácterha Yoga Pradīpika y algunas otras referencias sánscritas que yo no conocía.

      A medida que la tarde avanzaba y el encuentro se volvía más íntimo, noté que Pattabhi

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