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Es decir, su forma imita la manera en que nuestras mentes se mueven hoy, alternando entre pestañas inútiles. Para lograrlo Valencia recurre a palabras e imágenes preexistentes, para redefinirlas. Como nómada en su prosa y experiencia vital comparte un incesante conflicto interno entre su esfera pública y sus sistemas de valores, calidades que han convertido al errante en figura emblemática de la cultura actual. Cuando para autores como él se redefine las fuentes reales estas se convierten en parte del fluir de un nuevo relato cultural que no se puede reducir al entretejer de ficción y realidad, sino que alienta al prosista y sus lectores a emplear más arte. La crítica es vital para evitar nuevas supersticiones, por cierto bien cebadas en el régimen de opinión que caracteriza a la sociedad actual. Se necesita nutrir, sugiere Valencia pródigamente, una conducta crítica que no esté regulada por oficialismos. Se puede constatar, además, que su no ficción transmite que sólo se puede mitigar los males sociales y literarios desarrollando mecanismos de contención. Los nuevos y renovados lectores de El síndrome de Falcón dirán, por ahora, si se le puede pedir más.

      Obras citadas

      Adorno, Theodor W. Teoría estética. Trad. Fernando Riaza y Francisco Pérez Gutiérrez. Madrid: Taurus, 1971.

      Aira, César. Sobre el arte contemporáneo. Barcelona: Penguin Random House, 2016.

      Cerda, Martín. La palabra quebrada. Ensayo sobre el ensayo. Madrid: Veintisiete Letras, 2008.

      Corral, Wilfrido H. Discípulos y maestros 2.0. Novela hispanoamericana hoy. Madrid / Franfurt: Iberoamericana-Vervuert, 2019.

      De Obaldia, Claire. The Essayistic Spirit: Literature, Modern Criticism and the Essay. Oxford: Clarendon Press, 1995.

      Dillon, Brian. Essayism. Londres: Fitzcarraldo Editions, 2017.

      Gracq, Julien. En lisant en écrivant. París: Éditions Corti, 1980.

      Langlet, Irène. L’Abeille et la Balance. Penser l’essai. París. Classiques Garnier, 2015.

      Larreátegui Plaza, Pablo. Entre la memoria y el olvido. Posmodernidad y literatura en dos autores latinoamericanos. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar, 2013.

      Martín Rodrigo, Inés. “César Aira ‘Yo hago pura literatura, por eso no me dan premios’, Entrevista”. ABC. CXIII. 36668, 21 de mayo de 2016, pp. 44-45.

      Mathew, Shaj. “The Readymade Novel”. The New Republic. 246, 7 & 8 (July/August 2015), pp. 82-83.

      Montaigne, Michel de. Los ensayos. Según la edición de 1595 de Marie de Gournay. Ed., trad. J. Bayod Brau. Barcelona: Acantilado, 2007.

      Pesántez Rodas, Rodrigo. Panorama del ensayo en el Ecuador. Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, 2017.

      Tarifeño, Leonardo. “Horacio Castellanos Moya. ‘El mundo atraviesa hoy un momento muy delirante’”. Ideas, La Nación, 24 de diciembre de 2016, p. 7.

      Valencia, Leonardo. El síndrome de Falcón. Quito: Paradiso Editores, 2008.

      ____. “Aquí Argentina”. Letras Libres. XII. 144, diciembre 2010, pp. 93-94

      ____. “Duda y certeza. Hacia una antropología de la novela”. Dossier [Chile], 10. 27, marzo 2015, pp. 52-58.

      ____. Moneda al aire. Sobre la novela y la crítica utilitaria. De Cervantes a Kazuo Ishiguro. Madrid: Fórcola Ediciones, 2018.

      ____. La escalera de Bramante. Bogotá: Seix Barral, 2019.

      Varas, Eduardo. “El diálogo y la ficción. Sobre El síndrome de Falcón, de Leonardo Valencia”. Podium No. 14-15 (Octubre 2008), pp. 256-258.

      Villoro, Juan. “El juego de las identidades cruzadas”. Cuadernos de la Cátedra de las Américas, 1, ed. Eduardo Becerra. Barcelona: Institut Català de Cooperació Iberoamericana, 2004. pp. 65-81.

      2. Una versión española es La literatura como bluff, trad. María Teresa Gallego (Barcelona: Nortesur, 2009), aunque las acepciones de la literatura como “timo” o “estafa” parecen más apropiadas dado el estado de la discusión hoy. Véase Ignacio Echevarría, “Para no lectores”, El Cultural, El Mundo (11 de septiembre de 2009), pp. 10-11. Toda traducción es mía, excepto donde se indique lo contrario.

      3. Gilman se refiere a una nota del chileno Antonio de Undurraga, “Crisis en la novela latinoamericana”, Cuadernos por la libertad de la cultura, Número 80 (enero de 1964), p. 62; pp. 62-65.

      4. Véase Antonio Villarruel, “Leonardo Valencia (Ecuador, 1969)”, en The Contemporary Spanish-American Novel. Bolaño and After, eds. Will H. Corral et al. (Londres/Nueva York: Bloomsbury, 2013), pp. 268-273. A través de Discípulos y maestros 2.0. Novela hispanoamericana hoy pormenorizo la ejemplaridad de su narrativa, en particular de El libro flotante de Caytran Dölphin, pp. 431-442. Reseñé la primera edición de este libro en World Literature Today, LXXXIII. 3 (May-June 2009), p. 79.

      5. La referencia a Carrera Andrade es Galería de místicos y de insurgentes. La vida intelectual del Ecuador durante cuatro siglos (1555-1955) (Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1959).

      6. En su lectura entre antropológica y posmoderna de Valencia (pp. 44-60), Pablo Larreátegui Plaza concluye que “En general, tanto El libro flotante… como Kazbek reelaboran una manera de narrar desde la distancia de las representaciones dominantes, sin presencia de nostalgia en la memoria sincrónica” (p.60). Se refiere a representar a Guayaquil en la tradición que va de Medardo Ángel Silva a Jorge Velasco Mackenzie.

      7. Así, en What’s the Use. On the Uses of Use (2019) Sara Ahmed analiza como el uso se llegó a asociar con la vida y la fuerza en el pensamiento social del siglo diecinueve, y considera cómo el utilitarismo ofreció un juego de técnicas educativas para formar a individuos hacia fines útiles. Ahmed también explora cómo los espacios universitarios se restringieron a algunos usos y usuarios. Una manera de enfocar ese problema es preguntar si sequiere estudiar en una universidad donde todos piensan igual. Véase las precisiones de Ordine sobre “La universidad-empresa y los estudiantes-clientes” (pp.77-111).

      8. Déjese para otra ocasión las resonancias de Gracq en la prosa de Valencia, evidente con las salvedades del caso en otros ensayos suyos como “L’écriture” (pp. 130-150), “Littérature et cinéma” (pp. 207-219) y en particular el extenso “Roman” (pp. 100-130). Un hilo principal para ambos es que “la ciencia de la literatura”, o sea la crítica y teoría académicas, debe ser descartada, porque básicamente no viene al caso. Hay versión en español del último artículo: “La novela”, trad. de Arnulfo Valerdi, Crítica [Puebla], 173 (Noviembre-Diciembre 2016), pp. 93-118.

      9. Es otro asunto la tradición francesa y anglófona actual, cuya mejor muestra reciente de cómo se cruzan el arte y la vida (sin el campo minado digital) sería la compleja épica dickensiana —respecto a la preservación y declive social, más el amor al arte como vehículo cultural y generacional— The Goldfinch (2013, traducida como El jilguero en 2014) de Donna Tartt.

      10. En un ensayo no recogido en El síndrome de Falcón Valencia (2015) da indicios de hacia dónde va su crítica de la novela, girando las explicaciones antropológicamente, de la biología (¿es el ser humano un artista tan pronto forma imágenes) a la cultura, dependiendo más de expectativas y diferencias, aprendidas consciente o subconscientemente y no predeterminadas. Aunque en “Vargas Llosa, el guardián ante el abismo” de este libro tome el lado del peruano en su clásica polémica contra Ángel

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