Скачать книгу

ello al Governador, que venia en la Retaguarda; i anfi, aunque los Indios falieron à nofotros, como ibamos apercebidos, no nos pudieron ofender; i falidos à lo llano, fueronnos todavia figuiendo; bolvimos à ellos por dos partes, i matamosles dos Indios, i hirieronme à mi, i dos, ò tres Chriftianos; por acogerfenos al Monte, no les podimos hacer mas mal, ni daño. De efta fuerte caminamos ocho dias, i defde efte pafo, que he contado, no falieron mas Indios à nofotros, hafta vna legua adelante, que es Lugar donde he dicho que ibamos. Alli, iendo nofotros por nueftro camino, falieron Indios, i fin fer fentidos, dieron en la Retaguarda, i à los gritos que diò vn Muchacho de vn Hidalgo de los que alli iban, que fe llamaba Avellaneda, el Avellaneda bolvió, i fue à focorrerlos, i los Indios le acertaron con vna Flecha por el canto de las Coraças, i fue tal la herida, que pasò cafi toda la Flecha por el pefcueço, i luego alli muriò, i lo llevamos hafta Aute. En nueve dias de camino, defde Apalache, hafta alli, llegamos. Y quando fuimos llegados, hallamos toda la Gente de èl ida, i las Cafas quemadas, i mucho Maìz, i Calabaças, i Frifoles, que ià todo eftaba para empeçarfe à coger. Defcanfamos alli dos dias; i ellos pafados, el Governador me rogò que fuefe à defcubrir la Mar, pues los Indios decian, que eftaba tan cerca de alli: ià en efte camino la haviamos defcubierto por vn Rio mui grande, que en èl hallamos, à quien haviamos puefto por nombre el Rio de la Magdalena. Vifto efto, otro dia figuiente Yo me partì à defcubrirla, juntamente con el Comifario, i el Capitan Caftillo, i Andrès Dorantes, i otros fiete de Caballo, i cinquenta Peones, i caminamos hafta hora de Vifperas, que llegamos à vn Ancon, ò entrada de la Mar, donde hallamos muchos Hoftiones con que la Gente holgò: i dimos muchas gracias à Dios, por havernos traìdo alli. Otro dia de mañana embiè veinte Hombres à que conofciefen la Cofta, i mirafen la difpoficion de ella: los quales bolvieron otro dia en la noche, diciendo, que aquellos Ancones, i Baìas eran mui grandes, i entraban tanto por la Tierra adentro, que eftorvaban mucho para defcubrir lo que queriamos, i que la Cofta eftaba mui lexos de alli. Sabidas eftas nuevas, i vifta la mala difpoficion, i aparejo, que para defcubrir la Cofta por alli havia, Yo me bolvì al Governador: i quando llegamos, hallamosle enfermo con otros muchos; i la noche pafada los Indios havian dado en ellos, i pueftolos en grandifimo trabajo, por la raçon de la enfermedad que les havia fobrevenido, tambien les havian muerto vn Caballo. Yo dì cuenta de lo que havia hecho, i de la mala difpoficion de la Tierra. Aquel dia nos detuvimos alli.

       CAP. VIII. Como partimos de Aute.

      Otro Dia figuiente partimos de Aute, i caminamos todo el dia, hafta llegar donde Yo havia eftado. Fue el camino en eftremo trabajofo, porque ni los Caballos baftaban à llevar los enfermos, ni fabiamos què remedio poner, porque cada dia adolefcian, que fue cofa de mui gran laftima, i dolor vèr la necefidad, i trabajo en que eftabamos. Llegados que fuimos, vifto el poco remedio, que para ir adelante havia, porque no havia donde, ni aunque lo huviera, la Gente pudiera pafar adelante, por eftàr los mas enfermos, i tales, que pocos havia de quien fe pudiefe haver algun provecho. Dexo aqui de contar efto mas largo, porque cada vno puede penfar lo que fe pafaria en Tierra tan eftraña, i tan mala, i tan fin ningun remedio de ninguna cofa, ni para eftar, ni para falir de ella: mas como el mas cierto remedio fea Dios Nueftro Señor, i de efte nunca defconfiamos, fufcediò otra cofa, que agravaba mas que todo efto, que entre la Gente de Caballo fe començò la maior parte de ellos à ir fecretamente, penfando hallar ellos por sì remedio, i defamparar al Governador, i à los enfermos, los quales eftaban fin algunas fuerças, i poder. Mas como entre ellos havia muchos Hijofdalgo, i Hombres de buena fuerte, no quifieron que efto pafafe, fin dàr parte al Governador, i à los Oficiales de V. Mag. i como les afeamos fu propofito, i les pufimos delante el tiempo en que defamparaban à fu Capitan, i los que eftaban enfermos, i fin poder, i apartarfe fobre todo del fervicio de V. Mag. acordaron de quedar, i que lo que fuefe de vno, fuefe de todos, fin que ninguno defamparafe à otro. Vifto efto por el Governador, los llamò à todos, i à cada vno por sì, pidiendo parefcer de tan mala Tierra, para poder falir de ella, i bufcar algun remedio, pues alli no lo havia, eftando la tercia parte de la Gente con gran enfermedad, i crefciendo efto cada hora, que teniamos por cierto todos lo eftariamos afi, de donde no fe podia feguir fino la muerte, que por fer en tal parte fe nos hacia mas grave; i viftos eftos, i otros muchos inconvenientes, i tentados muchos remedios, acordamos en vno (harto dificil) de poner en obra, que era hacer Navios, en que nos fuefemos. A todos parefcia impofible, porque nofotros no los fabiamos hacer, ni havia Herramientas, ni Hierro, ni Fragua, ni Eftopa, ni Pez, ni Xarcias, finalmente, ni cofa ninguna de tantas como fon menefter, ni quien fupiefe nada para dàr induftria en ello: i fobre todo no haver que comer, entretanto que fe hiciefen, i los que havian de trabajar del arte que haviamos dicho; i confiderando todo efto, acordamos de penfar en ello mas de efpacio, i cesò la platica aquel dia, i cada vno fe fue, encomendandolo à Dios Nueftro Señor, que lo encaminafe por donde èl fuefe mas fervido. Otro dia quifo Dios, que vno de la Compañia vino diciendo, que èl haria vnos Cañones de palo, i con vnos Cueros de Venado fe harian vnos Fuelles: i como eftabamos en tiempo, que qualquiera cofa que tuviefe alguna fobrehaz de remedio, nos parefcia bien, diximos, que fe pufiefe por obra: i acordamos de hacer de los Eftrivos, i Efpuelas, i Balleftas, i de las otras cofas de Hierro, que havia, los Clavos, i Sierras, i Hachas, i otras Herramientas, de que tanta necefidad havia para ello; i dimos por remedio, que para haver algun mantenimiento, en el tiempo que efto fe hiciefe, fe hiciefen quatro entradas en Aute, con todos los Caballos, i Gente, que pudiefen ir, i que à tercero dia fe matafe vn Caballo, el qual fe repartiefe entre los que trabajaban en la Obra de las Barcas, i los que eftaban enfermos: las entradas fe hicieron con la Gente, i Caballos que fue pofible, i en ellas fe traxeron hafta quatrocientas hanegas de Maìz, aunque no fin contiendas, i pendencias con los Indios. Hecimos coger muchos Palmitos, para aprovecharnos de la lana, i cobertura de ellos, torciendola, i aderesçandola, para vfar en lugar de Eftopa para las Barcas, las quales fe començaron à hacer con vn folo Carpintero, que en la Compañia havia; i tanta diligencia pufimos, que començandolas à quatro dias de Agofto, à veinte dias de el Mes de Septiembre eran acabadas cinco Barcas, de à veinte i dos codos cada vna, calafeteadas con las Eftopas de los Palmitos, i breamoslas con cierta Pez de Alquitràn, que hiço vn Griego, llamado Don Teodoro, de vnos Pinos: i de la mifma ropa de los Palmitos, i de las colas, i crines de los Caballos, hecimos cuerdas, i Xarcias: i de las nueftras Camifas, Velas; i de las Sabinas, que alli havia, hecimos los Remos, que nos parefciò que era menefter; i tal era la Tierra en que nueftros pecados nos havian puefto, que con mui gran trabajo podiamos hallar piedras para Laftre, i Ancles de las Barcas, ni en toda ella haviamos vifto ninguna. Defollamos tambien las piernas de los Caballos enteras, i curtimos los Cueros de ellas, para hacer Botas, en que llevafemos Agua. En efte tiempo algunos andaban cogiendo Marifco por los rincones, i entradas de la Mar, en que los Indios, en dos veces que dieron en ellos, nos mataron diez Hombres, à vifta del Real, fin que los pudiefemos focorrer, los quales hallamos, de parte à parte, pafados con Flechas, que aunque algunos tenian buenas Armas, no baftaron à refiftir, para que efto no fe hiciefe, por flechar con tanta deftreça, i fuerça (como arriba he dicho) i à dicho, i juramento de nueftros Pilotos, defde la Baìa, que pufimos Nombre de la Cruz, hafta aqui, anduvimos docientas i ochenta Leguas, poco mas, ò menos: en toda efta Tierra no vimos Sierra, ni tuvimos noticia de ella en ninguna manera: i antes que nos embarcafemos, fin los que los Indios nos mataron, fe murieron mas de quarenta Hombres de enfermedad, i hambre. A veinte i dos dias de el Mes de Septiembre fe acabaron de comer los Caballos, que folo vno quedò; i efte dia nos embarcamos por efta orden. Que en la Barca del Governador iban quarenta i nueve Hombres. En otra, que diò al Contador, i Comifario, iban otros tantos. La tercera diò al Capitan Alonfo del Caftillo, i Andrès Dorantes, con quarenta i ocho Hombres; i otra diò à dos Capitanes, que fe llamaban Tellez, i Peñalofa, con quarenta i fiete Hombres. La otra diò al Veedor, i à mi con quarenta i nueve Hombres; i defpues de embarcados los Baftimentos, i Ropa, no quedò à las Barcas mas de vn geme de bordo fuera del Agua: i allende de efto, ibamos tan apretados, que no nos podiamos menear; i tanto puede la necefidad, que nos hiço aventurar à ir de efta manera, i meternos en vna Mar tan trabajofa, i fin tener noticia de la Arte del marcar ninguno de los que alli iban.

       CAP. IX. Como partimos de Baìa de Caballos.

      Aquella Baìa de donde partimos, ha por nombre la Baìa de Caballos, i anduvimos fiete dias por aquellos Ancones, entrados en el Agua hafta la cinta, fin feñal de vèr ninguna cofa de Cofta; i al cabo de ellos llegamos à una Isla, que eftaba cerca de la Tierra. Mi Barca iba delante,

Скачать книгу