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de Alaniz, i afi juntos, nos dixo, que tenia en voluntad de entrar por la Tierra adentro, i los Navios fe fuefen cofteando, hafta que llegafen al Puerto, i que los Pilotos decian, i creìan, que iendo la via de las Palmas, eftaban mui cerca de alli, i fobre efto nos rogo, le diefemos nueftro parefcer. Yo refpondia, que me parefcia, que por ninguna manera debia dexar los Navios, fin que primero quedafen en Puerto feguro, i poblado, i que mirafe, que los Pilotos no andaban ciertos, ni fe afirmaban en vna mifma cofa, ni fabian à què parte eftaban: i que allende de efto, los Caballos no eftaban para que en ninguna necefidad que fe ofreciefe, nos pudiefemos aprovechar de ellos: i que fobre todo efto, ibamos mudos, i fin Lengua, por donde mal nos podiamos entender con los Indios, ni faber lo que de la Tierra queriamos, i que entrabamos por Tierra, de que ninguna relacion teniamos, ni fabiamos de què fuerte era, ni lo que en ella havia, ni de què Gente eftaba poblada, ni à què parte de ella eftabamos: i que fobre todo efto, no teniamos Baftimentos para entrar adonde no fabiamos; porque vifto lo que en los Navios havia, no fe podia dàr à cada Hombre de racion, para entrar por la Tierra, mas de vna libra de Vizcocho, i otra de Tocino; i que mi parefcer era, que fe debia embarcar, i ir à bufcar Puerto, i Tierra; que fuefe mejor para poblar, pues lo que haviamos vifto, en sì era tan defpoblada, i tan pobre, quanto nunca en aquellas Partes fe havia hallado. Al Comifario lo parefciò todo lo contrario; diciendo, que no fe havia de embarcar, fino que iendo fiempre àcia la Cofta, fuefen en bufca del Puerto, pues los Pilotos decian, que no eftaria fino diez, ò quince Leguas de alli, la via de Panuco; i que no era pofible, iendo fiempre à la Cofta, que no topafemos con èl, porque decian, que entraba doce Leguas adentro por la Tierra, i que los primeros que lo hallafen, efperafen alli à los otros, i que embarcarfe era tentar à Dios, pues defque partimos de Caftilla tantos trabajos haviamos pafado, tantas Tormentas, tantas pèrdidas de Navios, i de Gente haviamos tenido, hafta llegar alli: i que por eftas raçones èl fe debia de ir por luengo de Cofta, hafta llegar al Puerto: i que los otros Navios, con la otra Gente, fe irian la mifma via, hafta llegar al mifmo Puerto. A todos los que alli eftaban, parefciò bien que efto fe hiciefe afi, falvo al Efcrivano, que dixo, que primero que defamparafe los Navios, los debia de dexar en Puerto conofcido, i feguro, i en parte que fuefe poblada: que efto hecho, podria entrar por la Tierra adentro, i hacer lo que le pareciefe. El Governador figuiò fu parefcer, i lo que los otros le aconfejaban. Yo, vifta fu determinacion, requerile de parte de V. Mag. que no dexafe los Navios, fin que quedafen en Puerto, i feguros, i afi lo pedì por Teftimonio al Efcrivano, que alli teniamos. El refpondiò, que pues èl fe conformaba con el parefcer de los mas de los otros Oficiales, i Comifario, que Yo no era parte para hacerle eftos requerimientos; i pidiò al Efcrivano le diefe por Teftimonio, como por no haver en aquella Tierra Mantenimientos para poder poblar, ni Puerto para los Navios, levantaba el Pueblo que alli havia afentado, i iba con èl en bufca del Puerto, i de Tierra, que fuefe mejor; i luego mandò apercibir la Gente, que havia de ir con èl, que fe proveiefen de lo que era menefter para la jornada; i defpues de efto proveìdo, en prefencia de los que alli eftaban, me dixo: Que pues Yo tanto eftorvaba, i temia la entrada por la Tierra; que me quedafe, i tomafe cargo de los Navios, i la Gente, que en ellos quedaba, i poblafe, fi Yo llegafe primero que èl: Yo me efcusè de efto; i defpues de falidos de alli aquella mifma tarde, diciendo, que no le parefcia, que de nadie fe podia fiar aquello, me embiò à decir, que me rogaba, que tomafe cargo de ello; i viendo que importunandome tanto, Yo todavia me efcufaba, me preguntò, què era la caufa porque huìa de aceptallo? A lo qual refpondí, que Yo huìa de encargarme de aquello, porque tenia por cierto, i fabia; que èl no havia de vèr mas los Navios, ni los Navios à èl; i que efto entendia, viendo que tan fin aparejo fe entraban por la Tierra adentro, i que Yo queria mas aventurarme al peligro, que èl; i los otros fe aventuraban, i pafar por lo que èl, i ellos pafafen, que no encargarme de los Navios, i dàr ocafion que fe dixefe, que como havia contradicho la entrada, me quedaba por temor, i mi honra anduviefe en difputa, i que Yo queria mas aventurar la vida, que poner mi honra en efta condicion. El, viendo que conmigo no aprovechaba, rogò à otros muchos, que me hablafen en ello, i me lo rogafen: à los quales refpondì lo mifmo que à èl; i afi proveiò por fu Teniente, para que quedafe en los Navios, à vn Alcalde, que traìa, que fe llamaba Caravallo.

       CAP. V. Como dexò los Navios el Governador.

      Sabado, primero de Maio, el mifmo dia que efto havia pafado, mandò dàr à cada vno de los que havian de ir con él, dos libras de Vizcocho, i media libra de Tocino; i anfi nos partimos para entrar en la Tierra. La fuma de toda la Gente que llevabamos, era trecientos Hombres, en ellos iba el Comifario Frai Juan Suarez, i otro Fraile, que fe decia Frai Juan de Palos, i tres Clerigos, i los Oficiales. La Gente de Caballo, que con eftos ibamos, eramos quarenta de Caballo; i anfi anduvimos con aquel Baftimento que llevabamos, quince dias; fin hallar otra cofa que comer, falvo Palmitos, de la manera de los de Andalucia. En todo efte tiempo no hallamos Indio ninguno, ni vimos Cafa, ni Poblado, i al cabo llegamos à vn Rio, que lo pafamos con mui gran trabajo à nado, i en Balfaft detuvimonos vn dia en pafarlo, que traìa mui gran corriente. Pafados à la otra parte, falieron à nofotros hafta docientos Indios, poco mas, ò menos: el Governador faliò à ellos, i defpues de haverlos hablado por feñas, ellos nos feñalaron de fuerte, que nos ovimos de rebolver con ellos, i prendimos cinco, ò feis, i eftos nos llevaron à fus Cafas, que eftaban hafta media legua de alli, en las quales hallamos gran cantidad de Maìz, que eftaba ià para cogerfe, i dimos infinitas gracias à Nueftro Señor, por havernos focorrido en tan gran necefidad; porque ciertamente, romo eramos nuevos en los trabajos, allende del canfancio que traìamos, veniamos mui fatigados de hambre, i à tercero dia, que alli llegamos, nos juntamos el Contador, i Veedor, i Comifario, i Yo, i rogamos al Governador, que embiafe à bufcar la Mar, por vèr fi hallariamos Puerto, porque los Indios decian, que la Mar no eftaba mui lexos de alli. El nos refpondiò, que no curafemos de hablar en aquello, porque eftaba mui lexos de allí, i como Yo era el que mas le importunaba, dixome, que me fuefe Yo à defcubrirla, i que bufcafe Puerto, i que havia de ir à pie con quarenta Hombres, i anfi otro dia Yo me partì con el Capitan Alonfo del Caftillo, i con quarenta Hombres de fu Compañia, i afi anduvimos hafta hora de medio dia, que llegamos à vnos Placeles de la Mar, que parefcia que entraban mucho por la Tierra: anduvimos por ellos hafta legua i media, con el agua hafta la mitad de la pierna, pifando por encima de Hoftiones, de los quales refcibimos muchas cuchilladas en los pies, y nos fueron caufa de mucho trabajo; hafta que llegamos en el Rio, que primero haviamos atravefado, que entraba por aquel mifmo Ancon; i como no lo podimos pafar, por el mal aparejo, que para ello teniamos, bolvimos al Real, i contamos al Governador lo que haviamos hallado; i como era menefter otra vez pafar por el Rio, por el mifmo lugar, que primero lo haviamos pafado, para que aquel Ancon fe defcubriefe bien, i viefemos fi por alli havia Puerto: i otro dia mandò à vn Capitan, que fe llamaba Valençuela, que con fesenta Hombres, i feis de Caballo, pafafe el Rio, i fuefe por èl abaxo hafta llegar à la Mar, i bufcar fi havia Puerto; el qual, defpues de dos dias, que allà eftuvo, bolviò, y dixo, que èl havia defcubierto el Ancon, i que todo era Baìa baxa hafta la rodilla, i que no fe hallaba Puerto; i que havia vifto cinco, ò feis Canoas de Indios, que pafaban de vna parte à otra, i que llevaban pueftos muchos Penachos. Sabido efto, otro dia partimos de alli, iendo fiempre en demanda de aquella Provincia, que los Indios nos havian dicho Apalache, llevando por Guia los que de ellos haviamos tomado, i afi anduvimos hafta diez i fiete de Junio, que no hallamos Indios, que nos ofafen efperar; i alli faliò à nofotros vn Señor, que le traìa vn Indio acueftas, cubierto de vn cuero de Venado pintado: traìa configo mucha Gente, i delante de èl venian tañendo vnas Flautas de Caña, i afi llegò do eftaba el Governador, i eftuvo vna hora con èl, i por feñas le dimos à entender, que ibamos à Apalache, i por las que èl hiço nos parefciò que era enemigo de los de Apalache; i que nos iria à aiudar contra èl. Nofotros le dimos Cuentas, i Cafcaveles, i otros refcates, i èl diò al Governador el Cuero que traìa cubierto, i afi fe bolviò, i nofotros le fuimos figuiendo por la via que èl iba. Aquella noche llegamos à vn Rio, el qual era mui hondo, i mui ancho, i la corriente mui recia, i por no atrevernos à pafar, con Balfas hecimos vna Canoa para ello, i eftuvimos en pafarlo vn dia: i fi los Indios nos quifieran ofender, bien nos pudieran eftorvar el pafo, i aun con aiudarnos ellos, tuvimos mucho trabajo: Uno de Caballo, que fe decia Juan Velazquez, natural de Cuellar, por no efperar entrò en el Rio, i la corriente, como era recia, lo derribò del Caballo, i fe afiò à las riendas, i ahogò à sì, i al Caballo; i aquellos Indios de aquel Señor, que fe llamaba Dulchanchellin, hallaron el Caballo, i nos dixeron donde hallariamos

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