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El mejor periodismo chileno. Premio Periodismo de Excelencia 2020. Varios autores
Читать онлайн.Название El mejor periodismo chileno. Premio Periodismo de Excelencia 2020
Год выпуска 0
isbn 9789563573091
Автор произведения Varios autores
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Una compañera que fue testigo, agrega: “Me acuerdo que hizo que se parara, le tocó el poto y le gritó. Todas quedamos paralizadas y nadie se atrevió a decirle algo”. Mario Vera niega haber tocado a la futbolista. Según su versión, en la cancha debe sacarle los miedos a sus jugadoras, pero asegura que nunca usó esas palabras. Nicole Tobar reflexiona que en el equipo había mucha normalización de los comentarios y gritos de Mario Vera.
Constanza Villanueva jugó en Everton como refuerzo para la Copa Libertadores de 2010 y en 2011, con 21 años, entró oficialmente al club. Se quedó hasta 2013 en una primera etapa. Ella coincide con Nicole Tobar y asegura que normalizaba el trato y lo trataba de justificar, pensando “Mario es así”. Hoy está en su último año de pedagogía y reflexiona: “Ahora entiendo que ese no debiera ser el trato a un deportista y pienso ¿cómo aguanté tanto?”.
“Para mí ha sido el DT que más me ha marcado. Me enseñó en la parte técnica súper bien, pero como persona, siempre falló”, explica Gloria Cantillana. En los primeros cuatro años que ella estuvo en Everton, la actitud de Mario Vera no cambió: “Nos decía que éramos malas y que no servíamos para el fútbol”. Agrega que ni su madre conoce todo lo que le tocó vivir en Everton en esos años: “Me gustaba tanto el fútbol que me la comí sola y me dejé pasar a llevar mucho”. A Gloria Cantillana le afectó psicológicamente lo vivido con Vera. “Creo que hasta hoy me afecta, porque me cuesta creer en mis capacidades. Pienso constantemente la frase que Mario me decía sobre que no iba a lograr nada”, detalla.
Verónica Riquelme jugó solo en 2013 por Everton y recuerda episodios donde le tocó ver gritos y comentarios hirientes a compañeras. “¡Sácate los pañales, estás toda cagada jugando! ¡Empieza a despertar!”, son algunos de los gritos que recuerda Riquelme en su año con Mario Vera. El director técnico justifica que el dicho de los pañales se lo ha escuchado a 20 técnicos del fútbol femenino, explica que “es una expresión, no es una humillación” y que todo depende del contexto. Pero Javiera Moreno, vicepresidenta y jefa de Género y Desarrollo de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF) es enfática:
“Es una frase inaceptable. Es un ataque directo y una humillación. Además traspasa el límite de lo que sí corresponde como frases de motivación para las jugadoras. Urge hacer un cambio cultural para erradicar ese tipo de frases”.
Esos comentarios, dice Verónica Riquelme, generaban miedo en sus compañeras: “Las que eran débiles de mente cagaban. Mario se las comía. Pero las que éramos más fuertes, tratábamos de no pescarlo ni caer en su juego”.
En 2013, Gloria Cantillana vivió un proceso de selección para representar a Chile en la categoría sub 20, equipo dirigido por Ronnie Radonich. Cuando asistió a entrenar, el seleccionador le dijo que la habían llamado dos veces antes y le preguntaron por qué no había asistido. “Quedé en blanco”, dice la jugadora. Nunca supo de los dos llamados previos. Constanza Villanueva asegura que le pasó lo mismo por lo menos una vez. Mario Vera se justifica y explica que “deben haber más de 100 llamados y dos se me pasaron… todas las demás fueron”. Él reconoce que no le gustaba el manejo de Marta Tejedor, entrenadora de la selección entre 2007 y 2011, porque a su juicio armaba un grupo de amigas y no una selección. Pero las jugadoras no opinan lo mismo.
Cuenta Gloria Cantillana que a Mario Vera no le gustaba que fueran a la selección chilena y filtraba a las que podían asistir. “La selección es para ir a huevear, es para volverse lesbiana”, recuerda Cantillana que eran las palabras de Mario Vera. Lo confirma Nicole Mariñelarena, actual jugadora de Everton. Mariñelarena y Sofía Rojas, quien también integra el plantel del club, cuentan que se burlaba de las seleccionadas en sus charlas de entrenamiento. Ambas recuerdan que se refirió a una jugadora (cuya identidad Ciper mantiene en reserva) como “mongólica”.
Sofía Rojas llegó en 2014 con 15 años al equipo y tiene marcada una escena que vivió en el camarín. Fue en un entretiempo de un partido sub 17 contra Santiago Morning en la cuarta fecha del Torneo de Apertura de ese año. Jugaban en Viña del Mar y perdían por tres goles a cero. Entraron a los vestidores y Mario Vera estaba enfurecido: “Se descontroló y comenzó a pegarle a las paredes y a gritarnos cagonas”, dice Sofía. A algunas jugadoras, agrega, les gritó directamente en la cara: “¡Eres una cagona de mierda!”.
Karime Orozco, compañera de Rojas, tenía 14 años y confirma la escena. Ella cuenta que en la fecha siguiente, contra Ovalle, en un partido de la categoría adulta pero donde jugaban en su mayoría niñas de la sub 17 por falta de equipo, ocurrió algo similar. En el entretiempo Mario Vera entró gritando al camarín, le pegó a la pared y se quebró la mano, detalla Karime Orozco. Vera entrega su versión: “No golpeé a nadie, ni le grité a nadie. Perdimos y por la rabia le pegué a la pared y me quebré la mano”.
A fines de 2014 Everton cerró su rama femenina y Mario Vera se hizo cargo del fútbol joven del club. Pero un grupo de hinchas y apoderados crearon Deportes Viña del Mar Fútbol Femenino. En 2015 hicieron un trato con Everton que les permitió jugar en el campeonato nacional y llevar su nombre. Varias exbasquetbolistas de la zona se sumaron para poder armar un equipo. En 2017, quienes dirigían el equipo le pidieron a Mario Vera hacerse cargo de la escuadra y le ofrecieron un sueldo. Según afirma Cristián Díaz, dirigente de la época, desconocían las actitudes de Mario Vera hacia las jugadoras.
El entrenador consiguió una cancha donde entrenar, reorganizó el plantel, fichó nuevas jugadoras y dejó fuera a otras. Uno de los fichajes fue el de Gloria Cantillana. Ella dice que retornó porque Mario Vera la convenció de que estaba más calmado y decidió darle una segunda oportunidad. Carolina Berkhoff era una de las
basquetbolistas que se sumó al plantel, sobre la vuelta de Vera asegura que “muchas veces cedimos en el trato por tener una persona que nos podía ayudar a surgir. Porque ser Mario Vera te abre puertas y dejamos que hiciera lo que quisiera”.
Nicole Mariñelarena fue entrenada por Mario Vera en 2008 y volvió al club diez años después. Ella comenta que en ese primer año el director técnico solía comentar y burlarse de la orientación sexual de las jugadoras. “¡No la vas a dejar pasar porque te la comiste!” y “no se corten el pelo como hombre”, recuerda Mariñelarena y Gloria Cantillana que eran algunas de las frases que decía Mario Vera. Al reflexionar sobre su segundo período en el equipo, Nicole Mariñelarena dice: “Volver fue revivir todo, pero diez veces más”.
Una de las jugadoras que fichó en 2019 en Everton fue Carol Negrón. Volante con más de diez años de experiencia en el fútbol, llegó desde Puerto Montt a los 29 años. Las negociaciones las hizo con Mario Vera. Él le ofreció alojamiento y $ 300 mil mensuales. “Todo quedó en nada, las 300 lucas me las pagó dos meses, después 100 lucas, luego 50 y finalmente, nada”, dice Negrón. Con la casa sí cumplió. Ella cuenta que vivió en una cabaña de Mario Vera al oriente de Quilpué. Le quedaba lejos del centro de entrenamiento y no tenía transporte. Vera la llevaba y traía.
Carol Negrón fue testigo de constantes gritos a sus compañeras. Cuenta que generalmente gritaba “marca a la negra, a la guatona o a la huevona”. Ella se preguntó por qué nadie le respondía y sus compañeras le dijeron que siempre había sido así.
El jueves 4 de abril de 2019, Pía Zamorano, segunda arquera de Everton, se lesionó. La falta de apoyo del club a la jugadora indignó a Nicole Mariñelarena, capitana de la época, quién denunció ese mismo fin de semana por redes sociales lo ocurrido.
La denuncia tuvo repercusiones. Una fue la respuesta del club en relación a la cobertura de las lesiones. Gustavo Dalsasso, gerente deportivo de Everton, dijo que desde ese momento la institución iba a correr con los gastos de las lesiones del plantel. Otra consecuencia la vivió Nicole Mariñelarena, porque en el entrenamiento siguiente, Mario Vera la