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Responsabilidad de la persona y sostenibilidad de las organizaciones. Teresa de Dios Alija
Читать онлайн.Название Responsabilidad de la persona y sostenibilidad de las organizaciones
Год выпуска 0
isbn 9788418360299
Автор произведения Teresa de Dios Alija
Жанр Документальная литература
Серия Diálogos
Издательство Bookwire
Creemos que esto no es solo una posibilidad, consideramos que en la empresa es responsabilidad de todos hacer posible que esto sea una realidad. Es responsable de ello el trabajador que elige realizar un tipo de trabajo determinado de la manera adecuada en interés propio y, por tanto, de la empresa en general, lo es también el cliente que accede a la compra de productos o al uso de servicios que cumplen una serie de especificaciones acordes con el desarrollo de la humanidad, asimismo lo es el directivo que facilita los medios para que todo esto se realice de una manera coherente sin atentar contra valores morales fundamentales.
Para Kant, un ser finito como el ser humano no puede hacerse una idea precisa de lo que realmente quiere para lograr la felicidad, pues no se trata de un ideal de razón, sino de imaginación, que descansa sobre fundamentos empíricos que no harán posible determinar la manera de alcanzar todas las consecuencias ideales de una acción, pues son infinitas. El que quiere una larga vida luego deseará que sea saludable, luego tener riquezas o amigos, es decir, no podrá precisar qué lo hará realmente feliz, porque irán surgiendo nuevos acontecimientos, situaciones que cambiarán sus deseos a cada paso.
Siguiendo a Kant, considerar la persona como un fin en sí misma, y no como un medio, es ofrecerle la oportunidad de buscar esa felicidad, de aspirar a cubrir sus expectativas como persona. En la empresa, esto significa contemplar a cada individuo no solo como trabajador, cliente, proveedor o accionista, sino como persona. Lograr esta pretensión requiere tener una idea clara de lo que es el ser humano y un conocimiento preciso de la importancia de su propia voluntad en la toma de decisiones que guían su conducta.
La empresa, compuesta por muchos seres humanos, puede facilitar esta andadura proporcionando planes de desarrollo adecuados a cada persona, información transparente a clientes y proveedores sobre lo que la organización pretende y cómo va a lograrlo, explicando cómo se accede a las materias primas, qué tipo de fuerza laboral se emplea, cómo se financia o qué garantías se ofrecen, colaborando con la comunidad local de la que dependen y con la sociedad en general, sin descuidar los intereses puramente económicos de accionistas y empresarios. Estos son algunos ejemplos de actuaciones concretas que seguir para proporcionar a todos aquellos individuos que se relacionan con la organización empresarial la libertad de elegir con confianza, seguridad y convicción.
2. La responsabilidad en el pensamiento contemporáneo
En el capítulo 2 presentamos una estructura que nos va a permitir acercarnos a teorías y reflexiones que han supuesto, y suponen aún, un avance en la investigación que nos ocupa. Comenzamos así analizando el pensamiento contemporáneo desde la fundamentación individualista liberal, después nos aproximamos a los movimientos dialéctico marxistas y fenomenológico existencialistas, para terminar con las principales aportaciones del humanismo cristiano.
2.1. FUNDAMENTACIÓN INDIVIDUALISTA LIBERAL
El individualismo es un legado de Thomas Hobbes (1588-1679) y John Locke (1632-1704). Este movimiento considera que los sujetos que configuran la sociedad tienen sus propias metas, proyectos y finalidades distintas e individuales. La sociedad es simplemente un instrumento que protege algunos derechos y es capaz de aumentar la producción de bienes.
El valor real para la sociedad está en el individuo, cada persona es capaz y autónoma para establecer los valores morales que han de prevalecer y los principios éticos que permitan evaluar la conducta moral de los individuos, pues solo la persona puede juzgar la universalidad y el contenido de sus acciones.
Cada persona por sí misma es capaz de lograr sus metas, con independencia de la sociedad y de sus instituciones, pues los roles, las tradiciones, las costumbres, las ideologías y el lenguaje no son más que expresiones de los propios individuos que actúan, piensan y hablan.
Desde un punto de vista ontológico, para el individualismo, en la sociedad solo los individuos son reales, los fenómenos sociales son constructos mentales. Las ideas se derivan de la experiencia a través de la reflexión (pensamiento, duda o voluntad) o de las sensaciones provocadas por estímulos externos (calor, rojo, suave). Para tener una idea es necesario ser consciente de ella, es decir, percibirla; no existen de manera innata en el ser humano. Somos capaces de establecer relaciones entre los hechos, aunque no podamos llegar a explicar sus causas.
Si bien el individualismo apela a la igualdad de derechos avalados y protegidos por el Estado, esto no garantiza el ideal democrático, pues en el ejercicio de estos surgen desigualdades.
Mientras que, para Hobbes, el pacto social anula los derechos originales de los individuos, para Locke se trata de una manera de defender y garantizar los derechos de los ciudadanos.
Las leyes tienen como finalidad defender al individuo contra los abusos. Los derechos individuales son anteriores al Estado; el individuo, y no los grupos sociales, constituye la verdadera esencia de la historia. Propone la soberanía del pueblo y la constitución de un Estado que tenga como única misión garantizar la protección de los derechos y libertades de los individuos teniendo en cuenta la pluralidad y la tolerancia, puesto que cada persona es libre de buscar la felicidad por la vía que considere más adecuada con base en sus posiciones ante la vida. Toda sociedad es creada por individuos, y gracias a ello puede cambiarse:
Para comprender qué es el derecho al poder político y cuál es su verdadero origen hemos de considerar cuál es el estado en que los hombres se encuentran por naturaleza, que no es otro que un estado de perfecta libertad para ordenar sus acciones y disponer de pertenencias y personas según consideren conveniente, dentro de los límites impuestos por la ley natural, sin necesidad de pedir licencia ni depender de la voluntad de otra persona. Es también un estado de igualdad, dentro del cual todo poder y toda jurisdicción son recíprocos.41
Según Locke, si existe un contrato, es entre personas libres y, por tanto, es a la vez revocable y negociable de nuevo. Los humanos están sujetos no a los soberanos, sino a las leyes de la naturaleza. Contradice así la argumentación que Hobbes aporta en Leviatán (1651), donde defiende la idea de un contrato social en el que se conceda la soberanía al Estado con el fin de evitar la anarquía y, como consecuencia de ello, la guerra.
Si bien Hobbes concibe el derecho natural como el derecho de todos a todo, Locke defiende que el derecho natural de cada persona está limitado por el derecho igual de las demás, y por lo mismo descubre en el Estado la posibilidad de una ordenada y pacífica convivencia. El derecho del ser humano está limitado a la propia persona: derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad en cuanto es fruto del propio trabajo. La especie humana está compuesta por individuos racionales que se debaten entre el egoísmo y la generosidad. La rectitud de una acción no depende de la utilidad, sino que la utilidad es una consecuencia de la rectitud.
John Locke es considerado padre del liberalismo y el empirismo, su pensamiento parte de la crítica al innatismo y al racionalismo. Argumenta que existe una ley natural, no innata, que podemos llegar a conocer por el uso y el ejercicio de nuestras facultades. Dios da al ser humano la razón para que pueda conocer la ley natural, un decreto divino que hace posible la convivencia gracias a la prohibición de algunas acciones que atentan contra la libertad de los otros (matar o robar).
El mercado tiene la autonomía suficiente para funcionar sin la intervención del Estado; cada individuo tiene capacidad para gestionar sus posesiones, lo que implica que es viable disponer de bienes privados, la gestión particular de los medios de producción y la libertad para operar. En cada actuación la persona puede convertirse en árbitro de valores morales y de principios éticos porque goza de autonomía y dignidad para hacerlo.
Locke ejerce una gran influencia sobre David Hume (1711-1776), quien afirma que todo conocimiento deriva en última instancia del conocimiento sensible. Resalta la diferencia entre lo que es (lo positivo) y lo que debería ser (lo normativo), le preocupa más establecer cómo el hombre se enfrenta a los problemas morales que cómo debería hacerlo. Parte del estudio empírico de la resolución de los problemas morales y concluye que la mayoría de las conductas que llevamos a cabo se encaminan a ganar notoriedad pública y que los