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Читать онлайн.El hallazgo fue publicado, en la "Physical Review Letters", el mismo 11 de febrero de 2016. A través del sofisticado instrumental desarrollado por ligo, y con la colaboración de más de mil científicos de todo el mundo, se lograron registrar ondas gravitacionales generadas por el choque de dos agujeros negros, de una masa equivalente, cada uno, a treinta soles como el "nuestro". Este choque se produjo hace 1300 millones de años, y el registro en la tierra se produjo el 14 de septiembre de 2015.
El hallazgo se produce por vías tecnológicas diferentes a la habitual observación por telescopio; esto involucra "observar" a través de una metodología distinta al uso de la luz. Involucra una especie de "cambio 2" en términos metodológicos, y permitirá conocer "incluso los vestigios del universo primordial durante el Big Bang", en las palabras de Stephen Hawking.
De este modo 100 años después, la predicción de Einstein es verificada; de una manera tal, que cuenta con el aval prácticamente unánime de los astrofísicos del mundo.
Pero ¿cómo llegó Einstein a formular su predicción? ¿Lo hizo por la vía de la "libre asociación"? ¿Es que invocó al "espíritu de Newton"? ¿Es que Einstein tan solo se "autoobservaba" y solo podía percibir cambios en su propia biología, y nada más allá de esta? ¿Es que los cambios en el aparataje perceptivo de Einstein no le permitían conocer nada de la realidad que ansiaba conocer? ¿O es que Einstein se limitó a elucubrar – inventando y no descubriendo – y asumiendo como válido algo que podía tranquilizarlo?
De ser válidas las epistemologías agnósticas o constructivistas radicales, Einstein jamás habría podido predecir con exactitud la existencia de hechos, de comportamientos de la materia o de reguladores del universo. Menos aun podría demostrar que las leyes del universo no son "multiversas"; paradójicamente son las mismas en cualquier lugar del universo. Si asumimos que Einstein estaba inmerso en su propio determinismo estructural, o si asumimos que el mundo subjetivo de Einstein "contaminaba" sustancialmente sus percepciones… no habría podido plantear predicción precisa alguna.
Asumamos que "descubrir" es distinto de "inventar". El descubrir involucra un acceso cognoscitivo preciso, a aquello que se está descubriendo.
La predicción de Einstein no calza con un "solo sé que nada sé". Por el contrario, involucra un conocimiento profundo de la realidad, del comportamiento de la materia, y de las leyes que regulan ese comportamiento. La predicción precisa de Einstein hace que se "derrumbe la estantería" de las epistemologías "ultra escépticas" o bien "ultra agnósticas". Salvo que se nos diga que la predicción no fue en absoluto precisa, que todo son puros inventos, que ni siquiera podemos saber si el propio Einstein existió a no… o cosas de esa índole.
En un sentido de fondo Albert Einstein nos demuestra que, más allá de las muchas veces en que nos equivocamos, y más allá de cualquier especulación filosófica, los humanos somos capaces de conocer la realidad de una manera no menor. Puntos para el "Cuando la Realidad está Cerca".
Hemos visto que existe una distancia física a la que hemos propuesto agregar la "distancia psíquica". En el caso de la predicción de Einstein podríamos agregar el concepto de "distancia epistemológica". Y precisamente este caso demostraría que, así como las distancias físicas no suelen coincidir con las distancias psíquicas, tampoco las distancias físicas coinciden con las distancias epistemológicas. En este caso, la realidad estaría epistemológicamente cerca, aun cuando – paradójicamente – la realidad investigada se encuentre situada a 1300 millones de años luz de distancia física.
Cuando la realidad está lejos
Se ha señalado que la realidad descarga en las nubes… será relámpago para el sordo y trueno para el ciego. En otras palabras, nuestras modalidades perceptivas determinarían en gran medida el qué y el cómo vamos a percibir.
Las dificultades para acceder al conocimiento han adquirido las formas del sofismo, del escepticismo, del solipsismo, del idealismo, del constructivismo, etc. Cada una de estas opciones epistemológicas, plantea algún obstáculo para el conocer; ya sea en el tema de la existencia de la realidad, o bien de las posibilidades de acceder a su conocimiento.
Las posturas escépticas varían en su grado de escepticismo. En su versión más radical, la doctrina "antirrealista" sostiene que el sujeto cognoscente no puede – bajo ninguna circunstancia – obtener conocimiento acerca de una realidad independiente a él. Más bien el observador produce, inventa, crea, construye, y narra en su lenguaje, sus propias realidades subjetivas (Held y Pols, 1985; Pols, 1992a). "Para los antirrealistas, las propias operaciones cognitivas del observador, y las construcciones teóricas, lingüísticas o narrativas producidas por esas operaciones, siempre alteran o distorsionan – en la experiencia – la verdadera naturaleza del objeto a conocer; haciendo que todo conocimiento sea inescapablemente subjetivo o relativo" (Held, 1995, p. 7).
En este contexto epistemológico, no existe la "verdad". Cada cual tiene "su" verdad, y cada "verdad" es igualmente respetable. Es un asunto de perspectivas diferentes, de interpretaciones individuales, de ópticas distintas, igualmente respetables. Calzan muy bien aquí los conocidos versos de Campoamor: "nada es verdad o mentira, / todo es según el color / del cristal con que se mira".
Análisis descriptivo
El alcance de nuestro conocimiento ha generado debates desde hace ya muchos siglos. En un sentido descriptivo, se puede señalar que, el idealismo, ha privilegiado el mundo de las ideas por sobre el mundo de lo material. En su acepción más radical, postula que nunca conocemos seres independientes del conocimiento; lo que hace que el objeto del conocer no poseería otra existencia que la meramente ideal; y solo conocemos ideas sin correlato más allá de nosotros mismos.
Diversas versiones del idealismo comenzaron a ser planteadas tempranamente. Durante el siglo v a.C., los sofistas griegos cuestionaron la posibilidad de que hubiera un conocimiento fiable y objetivo. Giorgias, uno de los principales sofistas, afirmó que nada puede existir en realidad, que si algo existe no se puede conocer, y que si su conocimiento fuera posible, no se podría comunicar. A su vez Protágoras, otro sofista, sostuvo que ninguna opinión de una persona es más correcta que la de otra; porque cada individuo es el único juez de su propia experiencia. Posteriormente, Platón sostuvo que la realidad es una mera sombra de las ideas; y que las ideas son fundamentalmente reales, por ser formas puras y perfectas. Según Platón, las cosas que uno ve y palpa, son copias imperfectas de las formas puras. Para Platón, la experiencia sensoria solo aporta información difusa, y no puede ser una fuente de conocimientos precisos.
En el siglo xviii George Berkeley (1685-1753), desarrolló una perspectiva más radical del idealismo, argumentando que todo lo que existe es, en último término, mental. La existencia del mundo material no sería más que una ilusión. Para él, el acto de percepción es un prerrequisito para la existencia: ser es ser percibido. Por lo tanto, ningún objeto material, ninguna realidad externa existe, más allá de su creación a través de los procesos mentales. Berkeley niega la existencia de algo distinto de la mente, y de los fenómenos mentales.
En una línea que guarda cierta relación con el idealismo, el constructivismo enfatiza la naturaleza activa y proactiva de toda percepción, aprendizaje y conocimiento. "La característica más central del constructivismo es la afirmación de que todo fenómeno cognitivo – de percepción,