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      7 “1.100 millones de descreídos. Un 16% del mundo no se identifica con ninguna religión, el tercer mayor grupo mundial”. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/13/actualidad/1358104128_555157.html “Los cristianos son mayoría en el mundo, el 31,5% de la población (2.200 millones, la mitad de ellos católicos), seguidos de cerca por los musulmanes (23,2%, 1.600 millones). Tras lo que el informe denomina “no afiliados” aparecen los siguientes grupos: hindúes (15% de la población mundial, o 1.000 millones); budistas (7,1%, 500 millones); seguidores de religiones populares (africanas o de tribus chinas, indios americanos y aborígenes australianos), el 5,9%, o 400 millones; otras religiones (taoísmo, sintoísmo, parsis, sijs, bahai’s, jainistas, seguidores de Tenrikyo, etcétera), el 0,8% (58 millones), y, finalmente, judíos, que sólo suponen el 0,2% de la población mundial (14 millones, repartidos casi a partes iguales entre ee. uu. y Oriente Medio, es decir, Israel)” (Datos del Pew Center).

      8 Distinguimos claramente el adjetivo religioso del religional. Cfr. Hacia un paradigma pos-religional, voices (revista de la eatwot) 2012, núm. 1, https://goo.gl/v52ypL

      9 Samuel Noah Kramer, La historia comienza en Sumer, Alianza Editorial, Madrid 2010.

      10 Ya sabemos, podemos definir paradigma como un conjunto de axiomas, en una definición práctica para andar por casa.

      11 J. M. Vigil, “Humanos, Naturaleza y Dios”, en Academia.edu, o en https://goo.gl/9gVhRQ

      12 Por evitar un lenguaje con connotaciones patriarcales (andros en vez de anthropos).

      13 J. M. Vigil, “Hemos vivido mucho más tiempo con Diosa que con Dios”, en Agenda Latinoamericana’2018, pp. 42-43, o en //goo.gl/vkyJLc

      14 P. Casaldáliga - J. M. Vigil, “El problema de ciertas palabras”, capítulo 1 de su libro Espiritualidad de la liberación, editorial Envío, Managua, 1992; también en Academia.edu, https://eatwot.academia.edu/JoséMaríavigil

      15 Garrigou-Lagrange, Perfection chrétienne et contemplation, París 11923, pág. 64; también A. Tanquerey, Compendio de teología ascética y mística, Desclée, París 1930, 646. Ambos se remiten a la doctrina de Santo Tomás: “las virtudes morales cristianas son infusas y esencialmente distintas, por su objeto formal, de las más excelsas virtudes morales adquiridas que describen los más famosos filósofos… Hay diferencia infinita entre la templanza aristotélica, regulada solamente por la recta razón, y la templanza cristiana, regulada por la fe divina y la prudencia sobrenatural” (citado por Garrigou-Lagrange, l. c..).

      16 Il y a un héroïsme non-chrétien, il n’y a pas de sainteté non-chrétienne. Ou bien alors on confond les valeurs. Il n’y a pas de saints en dehors du christianisme, car la sainteté est essentiellement un don de Dieu, una participation à Sa vie, tandis que l’heroïsme est du plan humain. D’ailleurs dans toute sainteté il devrá y avoir une part d’heroïsme, parce que toujours il y aura une part de volonté et de caractère qui jouera un rôle, mais pénétrée de grâce et d’humillité. Danielou, Le mystère du salut des nations, Seuil, París 1946, pág. 75.

      17 Una vez me sentí muy lúcido explicando cómo es eso de que la vida verdadera es la vida sobrenatural, frente a la cual la vida natural no vale nada: “La vida sobrenatural es la que procuramos o aumentamos o disminuimos y hasta perdemos con los actos meritorios o demeritorios (y pecados) que hacemos bajo la guía y control de la fe. Para esto tenemos la vida natural, para hacer méritos, y por lo que la fe nos dice nos conectamos con el mundo sobrenatural. Podremos tener muchas virtudes naturales, pero no valen absolutamente nada en el mundo sobrenatural, como una superficie que vale cero en un mundo de tres dimensiones. Podemos ver un cuadro que represente, por ejemplo, un paisaje con muchas profundidades. Pero por más que lo parezca, en la realidad es cero de profundidad. Parecerá maravilloso, pero no es nada. Así una gran virtud de filantropía por la que somos bondadosos con los demás, si por la fe no la convertimos en caridad fraterna, no vale absolutamente nada”. Hasta aquí mi lúcida explicación de cómo vivíamos al principio la relación con lo sobrenatural. Luis del Valle, SJ, “Por supuesto que he cambiado”, Christus (enero 2004) 47. Artículo publicado también en Sal Terrae (octubre 2003).

      18 Religion is one thing to the anthropologist, another to the sociologist, another to the Psychologist (and again another to the next Psychologist!), another to the Marxist, another to the mystic, another to the Zen Buddhist, and yet another to the Jew or Christian. As a result, there is a great variety of Religions theories of the nature of religion. There is, consequently, no universally definition of Religion, and quite possibly there never will be! (Crawford, What is Religion?, Routledge, Londres y Nueva York, 2002, p. 3).

      19 Recordemos las obras al respecto, de Danielou, Garrigou-Lagrange, y la “teología del acabamento” de aquellas décadas preconciliares.

      20 Casaldáliga-Vigil, Espiritualidad de la Liberación, Editorial Envío, Managua, 1992.

      Marià Corbí

      La transformación de los sistemas de sobrevivencia

      En un espacio de tiempo relativamente corto, hemos pasado de un sistema de vida agrario-autoritario a uno industrial, y estamos pasando a un sistema de vida apoyado en la creación continua de conocimientos científicos y tecnológicos y, mediante ellos, a una sociedad de innovación continua de nuevos productos y servicios. A este nuevo tipo de sobrevivencia se le ha llamado “sociedades de conocimiento”, porque en ellas se vive a través de la creación de conocimiento, tanto científico como tecnológico y de las consecuencias que de ello se derivan de nuevos productos y servicios.

      Se trata de un nuevo modo de sobrevivencia de la especie humana. Una forma de sobrevivencia que se impone porque es más poderosa y eficaz para la prosperidad de los pueblos que las que le precedieron. Se ha desarrollado primero en Occidente bajo un régimen capitalista. Se ha extendido poderosamente por Japón, China, Corea del Norte, Vietnam, India. Se está difundiendo, en un grado u otro, por todos los países del mundo.

      Las ciencias y las tecnologías, en acelerado desarrollo y en retroalimentación mutua, no están ligadas a ningún tipo de ideología ni de cultura. El nuevo estilo de sobrevivencia colectiva resulta ser una oferta a todos los pueblos. Es una corriente mundial que se ha ido preparando durante varios siglos. Debido al carácter abstracto de las tecnociencias, pueden ser adoptadas por todo tipo de tradición cultural. No importa dónde nacieron y se desarrollaron primero, ni la ideología que se apropió de ellas. Cualquiera puede servirse de ellas por igual. No llevan en su seno ninguna ideología o modo de vida que les sea intrínseca.

      Occidente y el capitalismo han pretendido infiltrar e identificar a las tecnociencias y a sus posibles consecuencias, con sus creencias, ideologías y régimen político. Esa mixtificación ha resultado un inconveniente serio para su difusión. Sin embargo, se puede afirmar que Oriente ha separado ya su uso de la cultura occidental, de sus creencias, incluso de sus ideologías y de su régimen

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