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      Al principio de un calentamiento vocal siempre ha de haber ejercicios en los que se utilice el fonema /m/, tal como se ha hecho al final del ejercicio anterior. Eso ayuda a desarrollar una buena resonancia bucal al obligar a mantener la boca cerrada.

      En estas secuencias, las notas son conjuntas entre sí en la mayoría de los casos, salvo casi al final del ejercicio de la derecha:

      En este último ejercicio, y justo en el siguiente, la boca se expande o se retrae en función de la vocal y de la nota más aguda o más grave, respectivamente:

      Ejercicio 8. Sonidos conjuntos, con mayor extensión

      A continuación, el sonido irá progresando como en el anterior ejercicio conjunto por notas, aunque alcanza una mayor extensión en total. Utilice en este caso solo las vocales:

      Ejercicio 9. Intervalos de 2.a y 3.a

      Este ejercicio sirve de repaso de los dos anteriores, y emplea intervalos de 2.a y de 3.a, siempre con vocales. Más adelante se trabajarán intervalos más extensos:

      Ejercicio 10. Triángulo vocal

      Para ejercitar el triángulo vocálico o triángulo de Hellwag, realice los siguientes esquemas con las vocales I, A, U:

      Ejercicio 11. Unión de vocales

      Para conseguir una homogeneidad en el sonido, es recomendable entonar grupos de dos, tres e incluso cuatro vocales por nota, tal como se indica en el siguiente ejercicio:

      Ejercicio 12. Sacar la lengua

      Por las mismas razones que en el ejercicio 5 («La sirena») se saca la lengua cuando la laringe se eleva sobre todo en los registros agudos, en este caso hay que realizar los siguientes diseños vocales sacando la lengua en las notas escritas con la letra mayúscula:

      Ejercicio 13. Escala descendente

      Para las personas que tengan problemas para encontrar una correcta impostación vocal, es recomendable practicar ejercicios en los que se parta directamente de notas agudas, y después hacer un diseño musical descendente, y así sucesivamente. De lo contrario, si empiezan con notas graves, estas personas acaban teniendo tarde o temprano la sensación de «estrangulamiento» conforme alcanzan registros cada vez más agudos. No obstante, esto no es impedimento para que este ejercicio se repita a partir de notas iniciales cada vez más altas. Este método requiere más presión de antemano, y menos progresivamente, tal como ocurre con escalas ascendentes.

      El siguiente ejercicio puede considerarse como muy completo, pues es una suma de un arpegio más una escala, en ambos casos de carácter descendente:

      Ejercicio 14. Intervalos de 4.a, 5.a, 6.a y 8.a

      A continuación aparecen diversos ejemplos dirigidos a perfeccionar la entonación correcta de varios intervalos, con el uso tanto de vocales como de consonantes, dependiendo del caso:

      Ejercicio 15. Arpegio y escala ascendente/descendente a partir de palabras llanas

      Emplee una palabra por cada dos notas similares, y tome como material la primera fila de la tabla 2.2 (ejercicio 3 de este capítulo):

      Ejercicio 16. Intervalo de 5.a ascendente a partir de palabras llanas

      Se utilizan las mismas palabras llanas en este ejercicio con el propósito de hacer coincidir el acento gramatical con la nota más grave, la cual está siempre en las partes fuertes de cada compás (pulsos 1 y 3):

      Cuando la secuencia comienza a repetirse en unos registros bastante agudos, es posible facilitar la emisión con un movimiento corporal. Primero, se puede acompañar el intervalo ascendente subiendo a su vez los brazos, y más adelante, ya de pie, se puede dar un salto a la vez que se emite la nota más aguda de las dos. Esto ayuda a que la persona que realiza el ejercicio sea consciente del movimiento tenso del diafragma, el cual reacciona de manera innata al saltar, y también a la hora de cantar una nota aguda.

      Ejercicio 17. Intervalo de 8.a a partir de palabras llanas

      Repetir el ejercicio anterior, pero esta vez con un intervalo de 8.a ascendente:

      Ejercicio 18. Intervalos de 5.a descendente a partir de palabras agudas

      En este caso, el acento de las palabras coincide con la nota/sílaba grave, que es donde recae el peso:

      Ejercicio 19. Intervalo de 3.a a partir de una combinación de palabras

      Procure igualmente que la sílaba acentuada recaiga sobre el sonido más grave:

      Ejercicio 20. Crescendo y decrescendo

      Trabaje el crescendo y el decrescendo de manera equilibrada, ya que debe acabar el ejercicio con la misma intensidad con la que empezó. Se suele caer en el error de hacer la escala ascendente muy gradualmente mientras que el descenso posterior se realiza de una forma más rápida.

      Puede aprovechar este ejercicio para facilitar el movimiento de los labios y los dientes al emplear las consonantes B y C, respectivamente:

      En general, se suele asociar por inercia lo agudo con el crescendo y lo grave con el decrescendo, porque de hecho así es como interviene la laringe. Sin embargo, habría que invertir esas imágenes mentales, manteniendo siempre la laringe en la posición más descendida y relajada posible cuando se realice un giro melódico cada vez más agudo, y viceversa.

      De todas formas, más que intentar actuar sobre la laringe, es más práctico que cuando se interprete una escala ascendente se piense en lo contrario, en una escala descendente, o que se está bajando un escalón, y a la inversa para las escalas descendentes.

      Ejercicio 21. Articulación

      21.1. Partiendo del ejercicio anterior, aunque con otras sílabas, diferencie ahora el primer compás, en el que las notas se abordan con una articulación vocal donde no están ni muy ligadas ni muy separadas (non legato), del segundo compás, en el que las notas se articulan picadas o separadas (staccato):

      Para ser más consciente del movimiento de los labios superiores, coloque

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