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Paisajes artificiales: virtuales, informales y edificados. Raúl Niño Bernal
Читать онлайн.Название Paisajes artificiales: virtuales, informales y edificados
Год выпуска 0
isbn 9789587815146
Автор произведения Raúl Niño Bernal
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Este texto hace una interpretación de los principales cambios culturales que se viven a nivel comunitario en la vida urbana, construyendo una perspectiva de paisaje artificial desde la informalidad. Los habitantes en las ciudades1 experimentan una constante adaptación a diversos cambios producidos por los sistemas que se incorporan en estas. Para comprender sus alcances es necesario explicar que la transformación cultural viene acompañada de cambios globales y locales tanto en la información y en los procesos de la economía, como en aspectos ambientales generales, incluso de ecosistemas naturales y artificiales. Así las cosas, las adaptaciones urbanas que implican la emergencia de la vida cotidiana con nuevas ecologías demandan no solo definiciones sino una interpretación epistemológica y compleja de las redes comunitarias que organizan paisajes artificiales informales y que, a la vez, son sociales en las maneras de interacción entre sí. Pues en su condición, tejen vínculos topológicos y espaciales que retan la gestión pública, la geopolítica y la comprensión de la vida urbana.
Nuevas / Posibilidades alternativas del espacio público urbano
El espacio público urbano ha dejado de ser visto únicamente desde una óptica territorial, jurídica o social, y cada vez son más frecuentes otras percepciones en donde se le atribuyen diversos roles que, no solo amplían su conceptualización y su impacto en la vida urbana, sino que también le plantean nuevos retos y oportunidades. Entre ellos está la contribución de los espacios públicos a ciudades más resilientes, al derecho a la ciudad2 (Hernández-García, Caicedo-Medina, 2018) o a la justicia espacial; todo aquello puede generar iniciativas de empoderamiento y búsqueda de mayor libertad del ser humano en la ciudad, observando acciones de autourbanismo y participación comunitaria activa en el desarrollo urbano y espacial.
En este orden de ideas, proponemos la denominación de paisajes artificiales e informales que se construye desde tres tipos de iniciativas. Estas, sin ser todas necesariamente recientes, se están abriendo paso, desde el plano teórico y empírico, para constituir una apuesta a futuro para el desarrollo de los espacios comunitarios y públicos urbanos, buscando justamente hacerlos más comunitarios tanto desde el punto de vista de su uso, como del de su producción.
1. Autoproducción de espacio público en barrios populares
2. Espacio público productivo: agricultura urbana
3. Iniciativas tácticas, insurgentes y temporales
1. Autoproducción de espacio público en barrios populares
El urbanismo y el espacio comunitario (que quizás no sea plenamente público) pueden verse como un claro ejemplo de autoproducción3 (Hernández-García y Calderón, 2018). Si bien es posible que parte de esta autoproducción se deba a ciertas oportunidades que tiene la gente de estos barrios, la literatura y la comprobación empírica han demostrado que se trata, en muchos casos, de una opción de la gente, es decir, de una manera de afirmarse en la ciudad como ser-habitante-urbano en la búsqueda implícita de libertad.
La producción de espacio público en los barrios informales es un acto cotidiano donde se toman decisiones de diseño de manera permanente, decisiones que no siguen patrones habituales, pero que anidan en una forma de orden complejo. Estas decisiones, que pueden compararse con sistemas abiertos, se derivan de temas, necesidades y aspiraciones (Hernández García, Niño Bernal, Hernández-García, 2016). Muchas de ellas pueden explicarse con las mismas herramientas de un proceso “formal” de diseño, sin embargo, la diferencia está en quién o quiénes impulsan esas decisiones y cómo las ponen en práctica.
El uso de los espacios en el barrio popular también aporta ejemplos de la transformación del entorno construido y de decisiones cotidianas, creativas y emancipadoras4 (Hernández-García y Yunda, 2018). Las expresiones sociales y culturales en el entorno construido pueden entenderse como formas comunitarias de autoapropiación y de identificación de los lugares. Las celebraciones, las actividades relacionadas con la comida o con la bebida, los juegos tradicionales, las actividades religiosas, comunitarias y políticas que se observan en los espacios abiertos del barrio dejan huellas materiales en ellos (Hernández-García, 2012). Estas actividades urbanas públicas, no solamente reafirman la cultura de las comunidades y la expresan ante el mundo exterior, sino que también dejan impresiones y sensaciones tangibles en el entorno y lo van construyendo.
En este sentido, las actividades cotidianas que se desarrollan en los barrios populares contribuyen a darle forma a estos lugares, pero también la materialidad física demuestra los procesos creativos y alternativos en que esas decisiones espaciales cotidianas son tomadas.
2. Espacio público productivo: agricultura urbana
Desde esta perspectiva, la productividad del espacio se entiende como paisajes productivos que son artificiales y que contribuyen a la resiliencia social y urbana. En este marco, la agricultura urbana ha entrado tímida y gradualmente a ser parte del espacio público y a contribuir a su transformación físico-espacial; de igual manera, ha impactado las relaciones sociales, económicas y culturales en las comunidades. Podría decirse que la práctica de la agricultura urbana, saliendo del ámbito privado al público, es el nuevo reto socioespacial de las ciudades, especialmente de los barrios populares, ya que es allí donde más se observa y más se puede contribuir a la transformación urbana y social5 (Hernández-García, Caquimbo-Salazar, 2018).
Al respecto contamos con la siguiente afirmación:
La agricultura urbana como parte del espacio público puede contribuir al desarrollo socio-espacial de la ciudad. Especialmente desde lo multi-funcional, adaptable, productivo y participativo; desafiando los modelos tradicionales de la planeación urbana. Puede también señalar el potencial de la producción urbana de alimentos e inspirar nuevos caminos para planear la estructura verde de las ciudades y el espacio público de las mismas. (Schwab, Caputo y Hernández-García, 2018, p. 18)
Los espacios públicos productivos pueden ser una respuesta resiliente y táctica sobre el presente y el futuro de nuestras ciudades, que incluyen lo emergente, la participación e iniciativa de la gente y la producción de alimentos; esta última puede aportar no únicamente la soberanía alimenticia y la memoria de “cómo cultivar”, sino también aportar ingresos económicos, y una relación “resiliente” con la naturaleza y las “posnaturalezas”, las cuales constituyen los paisajes artificiales.
3. Iniciativas tácticas, insurgentes y temporales
Las iniciativas tácticas, insurgentes y temporales en el espacio público buscan dar más control, mayor apropiación y más libertad a la gente (Hou, 2010). Sin embargo, aunque las prácticas en este sentido son relativamente recientes, el tema de la participación en el desarrollo del espacio público es antiguo, ampliamente aceptado y es visto como un proceso fundamental para la creación de buenos espacios públicos (Madanipour, 2010; Low, 2000). Si bien el interés en la participación de la gente en el espacio público es antiguo y permanece vigente, los mecanismos para llevarlo a cabo han cambiado, o al menos han surgido otra serie de iniciativas, comúnmente llamadas prácticas insurgentes en el espacio público, urbanismo táctico, urbanismo hágalo usted mismo o autourbanismo (Finn, 2014). Bajo estos términos se incluyen prácticas en el espacio público de graffiti, skate, parkour y flashmobs (Iveson, 2013), activismo en el espacio (Shiffman et al., 2012), ventas y actividades callejeras y temporales, incluyendo agricultura urbana (Chase, Crawford y Kaliski, 2008) y, en general, actividades en el espacio público que son de carácter temporal, desarrolladas o promovidas por individuos o colectivos (no por entidades públicas o empresas privadas), que alteran de cierta manera la visión tradicional del espacio. Se ha encontrado que estas prácticas pueden ser la mejor manera de revitalizar las ciudades. Para el autor se trata de una estrategia de corto plazo que puede tener efectos de largo plazo, al buscar crear consciencia, interés, acción sobre un lugar y/o un tema. En este sentido, no se requieren profesionales