ТОП просматриваемых книг сайта:
En los días de borrascas. Lucas Guiastrennec
Читать онлайн.Название En los días de borrascas
Год выпуска 0
isbn 9789878709444
Автор произведения Lucas Guiastrennec
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Pero, ¿dónde está representado ese imaginario social?; ¿cómo, y a través de qué, nos podemos aproximar a él? Los discursos son los que los materializan.
Siguiendo a Rubén D. Salas, se considera al discurso como marca afectiva (lenguaje figurado) pero, en el mismo acto, huella lógica del hablante /escritor, donde un determinado sujeto empírico está presente y con él su época. Más aún, un discurso es más exhibición de una época que de su portador:7
interpretar un lenguaje, adentrarse en su trama, es el camino más seguro, y a veces el único, que nos permite descifrar las claves con que los hombres construyen sus «mundos» […] El texto nos ofrece a la vez la representación del mundo interno de su productor y también el suelo epistémico desde el cual se mueve, a sea el mundo intersubjetivo.8
Lo real importa en cuanto excedente del lenguaje, rebasamiento que persiste y retorna por los intersticios de las construcciones simbólicas emergentes en los discursos que subyacen desde cierto ámbito que le da sentido: científico (la enfermedad se explica en virtud del método y leyes que ésta engendra), religioso (la enfermedad es así en virtud de las leyes divinas), artístico (la enfermedad se muestra así en virtud de las pasiones que atraviesan lo creativo) y periodístico (la enfermedad es así en verdad porque nosotros mostramos esa verdad).
Las premisas delineadas hasta aquí resultan sugerentes, empero deben abordarse con debidas precauciones. Pretender analizar un fenómeno pretérito a partir de un procedimiento semiótico de las formas, puede arrojar como resultado una historia “descarnada” y unívoco en los signos o símbolos. Es decir, toda manifestación del imaginario social en los discursos despojado del ropaje contextual que lo reviste, determina que se pierde en ellos el despliegue de estrategias discursivas de actores sociales, dentro de los márgenes que disponen y permiten las posibilidades de acción.
Es ineludible en este punto tener en cuenta las advertencias de Roger Chartier:
El objeto fundamental de ésta consiste en reconocer la manera en la que los actores sociales dan sentido a sus prácticas y a sus discursos situándose en tensión entre, por una parte las capacidades inventivas de los individuos o de las comunidades y por la otra, las coacciones y convenciones que limitan lo que es posible pensar, decir, hacer. 9
Pues, si bien nuestro trabajo se alinea con la construcción discursiva de lo social, ello no supone abandonar el intento de aproximarnos a la construcción social de los discursos. Finalmente, si el mundo social es en buena medida un espacio de sentidos compartidos, parece clara la importancia que tienen las «prácticas discursivas» para el conocimiento y la comprensión de la realidad social.
Considerando que el discurso se relaciona con los procesos cognitivos que intervienen en la construcción y expresión de la realidad, -de las maneras como las personas perciben e interpretan la realidad-, nuestro estudio se centrará en dos niveles de análisis de las prácticas discursivas: un nivel textual y un nivel contextual. El primero tiene como propósito caracterizar la composición del discurso, donde se examinan los contenidos ideacionales que trasmite el autor al lector en función de las necesidades de la acción. Enfatizaremos en el tipo de lenguaje escogido por los actores sociales: palabras, imágenes y el uso de determinadas figuras retóricas (metáforas, metonimias) y formas sintácticas, en la medida en que constituyen mecanismos constructores de sentidos.10
En relación con el análisis contextual diremos que por contexto se entiende el espacio en el que el discurso ha surgido y en el que adquiere sentido. El propósito es entonces entender a esos discursos como producciones insertas en un espacio y tiempo concretos, en un universo simbólico determinado y con intenciones discursivas propias.11 Se suele distinguir dos tipos de contextos, el situacional y el intertextual, aquí optamos por este último. El análisis intertextual nos remite a la comprensión del discurso por referencia al conjunto de discursos que se encuentran en el espacio social. Nuevamente traemos a escena a Michel Foucault, matizando su concepción respecto a la intertextualidad la cual propone un análisis de tipo comparativo, donde el sentido del discurso está referido a otros discursos con los que dialoga explícita o implícitamente. Se trata de preguntar “a cada fragmento de un discurso analizado sobre sus presuposiciones, con qué otro discurso se encuentra dialogando y, por tanto, con qué otro discurso o discursos se encuentra en una relación asociativa o conflictiva”.12 El valor del discurso se establece, por tanto, en función de sus similitudes y diferencias respecto de otros discursos.
En balance, consideramos que el camino de establecer conexiones entre los discursos analizados y el espacio social que le han dado vida, ofrece posibilidades concretas de alcanzar nuestros propósitos.
La obra se organiza en cinco capítulos:
El primero invita recorrer ese escenario pretérito en el que tuvieron lugar los discursos e imaginarios sociales a analizar. Comienza describiendo los conocimientos que provee la medicina sobre la fiebre amarilla, desde la mirada de la bacteriología moderna, para luego transportarse al momento donde emerge la epidemia y las concepciones médicas centradas en las teorías miasmáticas. El contexto sociodemográfico, en los albores de la inmigración masiva, y sus consecuencias demográficas y culturales en la ciudad. El estado sanitario de una urbe que se pretendía moderna, con delicados problemas de aprovisionamiento de agua, la recolección de basura, los «pantanos urbanos», la escasez de hospitales y asistencia médica en general.
Ya centrado en el análisis de los discursos e imaginarios sociales que se construyeron entorno a la epidemia, el segundo capítulo incursiona en los discursos médicos a través de tesis doctorales, revistas científicas y folletos. En estos se destaca las incertidumbres que han generado la enfermedad y el impulso de un imaginario médico renovado del miasma. El debate etiológico entre infeccionistas y contagionistas, la diversidad de tratamientos, y la individualización de responsabilidades.
El tercer capítulo está atento a los discursos periodísticos a través de la prensa gráfica pero también folletos, revistas, memorias, comunicados y fuentes estadísticas oficiales sobre índice mortuorio. La reconstrucción del cruce discursivo entre los postulados provenientes del establishment médico con los denominados charlatanes, enriquece la complejidad de las prácticas discursivas en un contexto de expansión de la profesionalización del campo médico. Nos adentramos en el mundo de la medicina alternativa, no sólo señalando las esperadas diferencias con la medicina diplomada, sino sorprendentemente identificando saberes, prácticas y terminología compartida, y demostrando cómo se construye un imaginario social que asociaba al miedo como principal etiología de la enfermedad.
Desde los periódicos se percibe una nueva representación del espacio físico agrupado en dos categorías metafóricas: la ciudad enferma, el campo saludable. Dentro de ese espacio los discursos no sólo se esforzaron por denunciar los focos de infección que originó la peste, como el Riachuelo, los saladeros, los conventillos y los inmigrantes, sino además enfatizaron sobre la ampliación de la ciudadanía social a través de la defensa de la salubridad pública por encima de intereses individuales. Al mismo tiempo se destaca la actuación del Estado para garantizar tales derechos, combinando un accionar tanto disciplinador como asistencialista.
Vinculado a la cuestión de los conventillos se erigió un imaginario entorno a la «casa enferma» que contagiaba y por estas razones se priorizó el desalojo como acción necesaria e inmediata para detener la expansión devastadora del foco. Los inmigrantes, por otro lado se convierten en chivos