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Invasiones biológicas en Chile. Fabián Jaksic Andrade
Читать онлайн.Название Invasiones biológicas en Chile
Год выпуска 0
isbn 9789561426542
Автор произведения Fabián Jaksic Andrade
Жанр Математика
Издательство Bookwire
La introducción del zorro chilla (Lycalopex griseus) en Tierra del Fuego también es otro ejemplo de introducción intencional cuyo propósito fue el control biológico. De acuerdo a la revisión expuesta por Jaksic & Yáñez (1983), este cánido fue introducido desde Chile continental a Tierra del Fuego con la intención de controlar las poblaciones de conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), especie que supuestamente competía con el ganado ovino. El biocontrol ha sido el propósito de introducción de numerosas especies de vertebrados en países como Estados Unidos, abarcando un porcentaje entre 0% y 11%, dependiendo de los taxa de interés (véase Tabla 3.2).
El volumen e impacto de especies introducidas inadvertidamente no debe ser despreciado. Lo anterior cobra sentido si se considera que la instauración de mecanismos regulatorios de ingreso de especies exóticas probablemente reduzca el número de introducciones voluntarias, pero aumente la proporción relativa de especies introducidas involuntariamente. Esto es preocupante, pues por su naturaleza, las introducciones involuntarias son notadas cuando ya se han naturalizado y alcanzado extensa distribución en el área recipiente (Mack et al. 2000).
En algunos estudios se ha mostrado que el número de especies introducidas inadvertidamente puede ser cuantioso. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Organic Trade Association (OTA 1993) estableció que 81% de las especies internadas a este país entre 1983 y 1993, ingresaron involuntariamente. Otro ejemplo lo representa la composición de la flora naturalizada en República Checa. Pyšek et al. (2003) encontraron que el papel de la introducción no intencional fue mucho más importante en el pasado, en atención a que 86% de su arqueoflora (i.e., especies introducidas con anterioridad al año 1500; N = 290 especies) fue introducida de manera accidental. En el caso particular de peces marinos, se calcula que a nivel mundial 73% de las especies exóticas han sido introducidos de modo no intencional, asociadas al tráfico de naves interoceánicas (Tabla 3.2). En aves, esta fracción es menor (26%), pero igualmente significativa (Tabla 3.2).
Un caso especial, donde no es posible atribuir la causa o propósito de introducción, se conoce como difusión transfronteriza. Este concepto, ampliamente usado en la literatura especializada, en realidad nace bajo una consideración más geopolítica que ecológica. La difusión transfronteriza ocurre cuando determinada especie ha sido introducida en cierto país, y posteriormente, ella expande su distribución hacia países vecinos. Como se puede apreciar, la difusión transfronteriza implica simplemente el traspaso de barreras geopolíticas (i.e., fronteras entre países) como consecuencia de la dispersión secundaria. Un ejemplo bien documentado en Europa lo representa la expansión de pinzones estríldidos que fueron introducidos inicialmente en Portugal, pero que han expandido su área de distribución al resto de la Península Ibérica en pocos años (Martí & Del Moral 2003).
En Sudamérica, Jaksic et al. (2002) documentaron que a través de la extensa frontera compartida entre Chile y Argentina (unos 5.150 km), ha ocurrido difusión transfronteriza de ocho mamíferos, entre los que se cuentan el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) y el zorro gris (Lycalopex griseus) que han cruzado la frontera desde Chile hacia Argentina, y la liebre europea (Lepus europaeus), el jabalí (Sus scrofa), el ciervo rojo (Cervus elaphus), el castor canadiense (Castor canadensis), la rata almizclera (Ondatra zibethicus) y el visón (Neovison vison), mamíferos que han sido introducidos en Argentina y que se han expandido a Chile (Figura 3.3).
FIGURA 3.3 |
Intercambio recíproco de especies exóticas entre Chile y Argentina mediante difusión transfronteriza (Jaksic et al. 2002). Las flechas representan los cruces de: (1) liebre europea (Lepus europaeus), (2) conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), (3) castor (Castor canadensis), (4) rata almizclera (Ondatra zibethicus), (5) visón americano (Neovison vison), (6) jabalí (Sus scrofa), (7) ciervo rojo (Cervus elaphus) y (8) zorro gris (Lycalopex griseus, antes Pseudalopex griseus). |
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Es importante destacar que una implicancia de la difusión transfronteriza es que la eficacia de las acciones de control poblacional emprendidas sobre las especies exóticas requerirán la participación coordinada de todos los países vecinos, como ha sido constatado a raíz de la experiencia de control del castor (Castor canadensis; véase capítulo 8).
Independientemente de la causalidad y propósito de una introducción, las especies requieren disponer de vectores de dispersión, es decir, del medio físico de transporte, que les permitan desarrollar un trayecto o ruta específica de dispersión. Los agentes que actúan como vectores de dispersión tienen distinta naturaleza y muchas veces muestran especificidad al transportar ciertos taxa. Por ejemplo, numerosos organismos que habitan ambientes marino-costeros son dispersados por barcos comerciales, ya sea en las aguas de lastre o asentados en el casco, condición que permite la dispersión diferencial de especies sésiles o de vida libre (Carlton 1985, 1996).
Un caso que ejemplifica la distinción entre vectores y rutas de dispersión puede ser ilustrado usando al mejillón cebra (Dreissena polymorpha), un bivalvo dulceacuícola cuya distribución original comprende las zonas del Mar Negro y Mar Caspio, pero que actualmente está expandiéndose en diversas localidades de Asia, Europa y Norteamérica (Mackie & Schloesser 1996). A Estados Unidos, esta especie habría llegado en aguas de lastre de naves comerciales, que corresponden a los vectores de dispersión (Schloesser et al. 1996). Aparentemente, la ruta de comercio marítimo entre Asia, Europa y Norteamérica constituye la trayectoria más probable de dispersión para este mejillón.
Los vectores de introducción de especies conforman un heterogéneo conjunto de medios de transporte. Básicamente, estos medios podrían diferenciarse entre sistemas bióticos mediados por otros organismos, o abióticos mediados por transporte físico (i.e., vehículos, corrientes marinas, etc.).
La dispersión biótica parece haber sido importante en el caso de algunas especies de malezas que fueron introducidas involuntariamente desde Europa a Sudamérica, presuntamente al interior del tracto digestivo del ganado introducido (Kalin-Arroyo et al. 2000). Mejor documentada se encuentra