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en 1523 a la mar del Sur, es decir al océano Pacífico. Ahí le dijeron los nativos que más al poniente existía una gran isla poblada de mujeres, rica en oro y perlas. Tal noticia obtenida en la provincia que llamaban Cihuatán, "lugar de mujeres", no sólo interesó al conquistador sino que despertó en él un afán de descubrir y penetrar dicha isla.

      Curiosamente entre los hombres de Cortés había algunos que habían leído el libro titulado Las sergas de Esplandián por Garcí Ordóñez de Montalvo, según el cual "a la mano diestra de las Indias hubo una isla llamada California, la cual fue poblada de mujeres […] y sus armas eran todas de oro que en toda la isla no había otro metal alguno".

      De ese relato que parecía coincidir con lo que su enviado le había informado, a la larga se derivó el nombre que le dio a la península. El relato y lo escrito en Las sergas de Esplandián serían el aliciente que determinó a Cortés a marchar en pos de esa isla. Así se iniciaron sus varias expediciones a California.

      La primera con Diego Hurtado de Mendoza al frente, zarpó con rumbo a esa isla en 1532. Perdida su embarcación, Cortés envió otra expedición con Diego Becerra y Hernando de Grijalva en 1533. En tanto que el primero descubrió las islas llamadas hoy de Revillagigedo, Grijalva que comandaba la otra nave, moría asesinado por su piloto Fortún Jiménez. Éste continuó el viaje y arribó al extremo sur de la península donde perdió la vida con la mayoría de sus hombres al ser atacado por los indios.

      Fue en 1535 cuando el mismo Hernán Cortés emprendió en persona una nueva expedición. Llegó así al puerto de La Paz el 3 de mayo de 1535, por lo cual llamó a ese lugar Tierra de Santa Cruz en razón de la fiesta celebrada ese día.

      Hasta aquí el texto de Don Miguel escrito en Ciudad Universitaria en enero de 2013.

      No muy distinta es la versión de otros historiadores o cronistas. Por ejemplo, Clavijero quien a pesar de no haber estado nunca en la península escribió:

      La calidad de la tierra, parece que al influjo de la Nueva Estrella María, que apareció en su Santa Imagen de Loreto, se ha mudado en otra mejor de la que era antes: porque en los cinco años todos hemos vivido sanos, y solo dos personas han muerto, y la una que fue una mujer española, murió por un desorden de bañarle estando en cinta, y muy próxima al parto.

      A continuación, agregaba:

      En las Playas en tiempo de Verano es recio el calor, y llueve poco; pero adentro el temperamento es benigno y templado: ay calor a su tiempo, que no es excesivo, y lo mismo es del frío a su tiempo: en el tiempo de aguas lluebe muy bien, como en todas partes, y fuera de las lluvias […] es tan copioso el rocío de las mañanas que parece lluvia: con tan continuo y abundante riego, los campos agradecidos están todo el año vestidos de muy buenos pastos […]. Ay muy grandes y espaciosas llanadas, hermosas Vegas, Valles muy amenos, muchas Fuentes, Arroyos, Ríos muy poblados en las orillas de muy crecidos Sauces, entretejidos de mucho y espeso Carrizo, y muchas Parras silvestres. Tierra tan fértil había de llevar frutos.

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