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hogar, pues viajó allá con frecuencia hasta cumplir veintidós años.

      La capital francesa fascinaba a Susie, que se sentía atraída por sus hermosas catedrales y galerías de arte. Los colores, ventanas y chapiteles de los edificios antiguos le parecían celestiales. Conocía muy bien la historia de Francia, y en sus escritos posteriores, recordó con nostalgia los días de gloria de París antes de lo que ella describió como los «fuegos comunistas» que «quemaron y ennegrecieron sus calles» y las «multitudes turbulentas» que «saquearon sus templos y palacios».20 Sus múltiples viajes a París incluían excursiones en las que recorría sus atracciones famosas, además de aprender la lengua gala. Fue durante esas aventuras parisinas que estuvo meses viviendo en el hogar cristiano del pastor Audebez.21

      Susie llegó por primera vez a la casa del pastor Audebez después de la muerte de su primera esposa en 1840 y su matrimonio con la hermana de su esposa en 1842. Seguramente, su hija Clary Pauline y su hijastra María se hicieron amigas de Susie, pues eran más o menos de su edad. También cumplieron el rol de tutoras de francés para ella. Audebez fue un escritor, predicador y líder de misiones que además pastoreó varias congregaciones independientes en París.22

      El reverendo John Yeardly, en su Memoir and Diary [Autobiografía y diario], escribe con afecto sobre el pastor Audebez:

      Nos sentimos muy inclinados a escucharlo por nosotros mismos, así lo que asistimos a Rue St. Maur la tarde del domingo, y este es nuestro testimonio: que escuchamos el evangelio predicado a los pobres. Primero leyó el Salmo 25 y luego una parte de la Epístola a los Romanos, que constituyó la base de su exhortación. Me hizo recordar [lo que he leído sobre] la predicación de los cristianos primitivos. Mi propio corazón fue impactado por su exhortación impresionante a que creyéramos en el Señor Jesucristo como el único medio de salvación y que entendiéramos lo necesario que es dar frutos de santidad.23

      Audebez también fue uno de los fundadores de la Sociedad Evangélica de Francia. Durante la década de 1840, visitó Londres varias veces para informar sobre el movimiento del Espíritu de Dios en Francia y conseguir fondos para apoyar los esfuerzos evangelísticos en ese país. Es posible que durante sus viajes a Londres Audebez conociera a R. B. Thompson, que terminó sintiéndose cómodo con la idea de encomendar a Susie a la escuela del pastor. Vivir en el hogar piadoso de la familia Audebez fue una influencia cristiana sólida para Susie, ya que aumentó su educación, profundizó su comprensión del evangelio y ella asistió a la iglesia junto a la familia.

      Las múltiples incursiones de Susie en París le brindaron oportunidades que resultaron muy útiles a lo largo de su vida. Años después, tendría contactos frecuentes con misioneros y pastores de todo el mundo, y sus experiencias multiculturales en Francia sin duda alguna contribuyeron a mejorar su comunicación internacional con los obreros evangélicos. París terminó siendo aún más memorable para Susie, pues ese fue el lugar donde pasó su luna de miel con Charles.

      Las experiencias culturales y educativas que Susie tuvo en su juventud contrastan con las del varón con que se casaría. Charles Spurgeon era un hombre de libros y educación, pero sus primeros años estuvieron impregnados de la cultura rural de pastos verdes, caminos sucios y aldeas pequeñas. Aunque había visitado Londres, se sentía más cómodo en el terreno de su abuelo, ubicado en la comunidad agrícola de Stambourne; en el hogar de sus padres, situado en el pueblo de Colchester, y en el mundo puritano de Cambridge, con sus aldeas remotas, donde vivió de adolescente. Incluso después de trasladarse a Londres y casarse, buscaba casas fuera de la ciudad que tuvieran aire fresco, cielos más despejados y estuvieran ubicadas a mayor altura. La vida campestre caracterizó las primeras experiencias de Spurgeon, y eso fue patente en su habla, escritura y predicación hasta que murió a los cincuenta y siete años de edad.

      Aunque Susie era una niña de ciudad, también apreciaba profundamente la naturaleza. En los años posteriores, cuando se vio asolada por el dolor físico y tuvo que quedarse confinada frecuentemente en Westwood, su hogar en la colina Beula, escribió que le hubiera encantado ser artista para «poder inmortalizar con el lápiz o el pincel algunas de las escenas encantadoras» que descubrió al pasear con Charles por los jardines de dicha propiedad. Esos recuerdos felices incluso la hicieron referirse a ese lugar como Dulce Domum, dulce hogar.24

      La niñez y juventud de Susie fueron prósperas en el plano material y astutas en el plano social. Por otro lado, Charles era un hombre de menos recursos que, en especial gracias a su asombrosa mente cultivada por sus hábitos de lectura voraz, podía hablar con la gente de la aldea o la metrópolis, con el campesino y el arquitecto. Inicialmente, llegó a Londres vestido como predicador rural para pastorear la New Park Street Chapel (NPSC). Venía de una pequeña iglesia pueblerina, con un sueldo aún más pequeño; sin embargo, los miembros de la Waterbeach Chapel compartían alegremente con su pastor bivocacional todos los recursos con que Dios los bendecía. Spurgeon le contó a su amigo H. L. Wayland:

      Pagaba doce chelines a la semana por mi cuarto en Cambridge, y me quedaban siete chelines para todos los otros gastos, pero cada vez que la gente venía al pueblo, me traía papas, nabos, repollos, manzanas y a veces un poco de carne, así que lograba subsistir.25

      En contraste, la familia de Susie gozaba de condiciones más prósperas, que a veces mejoraban por los emprendimientos de su padre y, probablemente, por la generosidad de sus parientes.

      Los padres y la familia de Susie

      [Para evitar confusiones, puede ser útil notar que esta sección se refiere a tres personas distintas de nombre Susannah: Susannah (Susie) Thompson (más tarde Susie Spurgeon); su madre, Susannah Knott Thompson, y su prima, Susannah Kilvington Olney].

      Susie Thompson apenas nos dejó un par de escritos sobre su niñez y adolescencia. Podemos unir los fragmentos de su trasfondo familiar gracias a los censos y archivos legales. La dirección de Susie en Old Kent Road era cercana a la residencia de sus abuelos, Sampson y Mary Knott. La casa de los Knott y su pequeño jardín llegarían a tener un papel importante en el romance de Susie y Charles.

      En uno de esos pocos atisbos de su niñez, Susie recordó:

      Cuando era niña y fastidiaba a mi madre, siempre le respondía a sus reprensiones o castigos con esta pregunta temblorosa: «Madre, ¿no me amas?». La respuesta de mi mamá siempre era la misma: «Sí, te amo, pero no amo tus malos caminos». ¡Pobre mi madre! Sin duda probé mucho su paciencia, y eso era lo mejor que podía decir su amor maternal ofendido, pero el Padre Celestial tiene palabras más dulces y oportunas para Sus hijos errantes. Su amor es divino, así que dice: «He visto sus caminos; pero le sanaré». ¡Oh, la dulce compasión de nuestro Dios! ¡Oh, ternura inexplicable! ¡Oh, amor que excede todo afecto agradable de esta tierra! ¿No se rinden nuestros duros corazones ante el poder de tal compasión? Dios conoce toda nuestra maldad. Él ha visto todos nuestros descarríos, pero Su propósito para con nosotros es el de sanarnos y perdonarnos, no el de enojarse y alejarse.26

      Como era hija única, es probable que Susie y su madre hayan tenido una vida doméstica relativamente solitaria, pues su padre tenía un trabajo que le requería viajar.

      R. B. trabajó en la industria bodeguera como supervisor y vendedor viajero en diferentes momentos de su carrera y finalmente fue contratado por Messers. Cook and Son, una gran compañía almacenera que distribuía productos de seda, lino, lana y algodón, ubicada en el área de St. Paul’s Courtyard en la ciudad de Londres.27 Durante gran parte de la juventud de Susie, su padre trabajó como vendedor viajero, comercializando telas, ropa y accesorios. Viajaba por las vías férreas en expansión a lo largo y ancho del país, visitando a los distribuidores con muestras de los productos de su empresa.28

      Susie era una niña de ocho años cuando comenzó la década de 1840 y tenía diecisiete cuando terminó. Para ella, su familia, y mucha gente de Londres, esos años fueron tiempos de altibajos. Durante ellos, se celebró la boda de Victoria y Alberto, pero también estuvieron caracterizados por una recesión económica considerable, que desencadenó un aumento del desempleo y el mayor índice de delincuencia del siglo.29 El revés financiero que asoló a la nación también llegó

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