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que da de sí cada uno de los contenidos que se trabajan.

      El libro va dirigido a aquellas personas que desean nuevos recursos para sus sesiones, de deporte escolar o extraescolar, donde lo importante no sea un nivel de profundización amplio en cada uno de los deportes, sino unas orientaciones genéricas de cómo orientar la iniciación de forma común y después también de forma específica. Confiamos en que el lector tiene experiencia pedagógica, por lo que con las herramientas que encontrará en esta obra y el conocimiento de su propia realidad será capaz de utilizar los recursos que más se adapten a sus necesidades.

      De cada propuesta se indica el contenido concreto que trabaja, la explicación de la situación, las consideraciones más importantes para su impartición a nivel técnico u organizativo, o aquellos aspectos sobre los que creemos se debe hacer una especial incidencia, y las posibles variantes o adaptaciones que podemos realizar de esa misma situación. En las situaciones también se han tenido en cuenta organizaciones que permitan movilizar niveles de participación elevados, con material reducido, evitando situaciones de espera con el objetivo de conseguir un tiempo de práctica real elevado.

      Las propuestas prácticas están organizadas según el tipo de trabajo (juegos deportivos, situaciones específicas de cada deporte, desarrollo de cualidades físicas y situaciones con componente recreativo), y dentro de cada una por su progresión lógica en la planificación. La planificación de las actividades no debe ser entendida en ningún caso como compartimentos estancos, sino donde cada etapa puede aprovechar elementos de las anteriores e incluso nociones de las posteriores. Resaltaría de la obra el esfuerzo por encontrar una clasificación coherente y a la vez práctica y operativa de los juegos deportivos, donde el orden utilizado se corresponde por una parte a la complejidad real de la actividad y a la vez responde a criterios funcionales (el desarrollo progresivo de las nociones de cooperación/oposición).

      En resumen, deseo sinceramente aportar nuevos recursos a la enseñanza de los juegos y deportes de cooperación/oposición, basados en su propia especificidad y convertir este libro en una herramienta metodológica útil para el lector.

      SIMBOLOGÍA UTILIZADA EN LOS GRÁFICOS

ATACANTE CON BALÓN
ATACANTE SIN BALÓN
DEFENSOR
DESPLAZAMIENTO SIN BALÓN
DESPLAZAMIENTO CON BALÓN
PASE
LANZAMIENTO AL OBJETIVO
SEÑALIZADOR (CONO, BANDERA, etc.)

       PARTE

       TEÓRICA

      C A P Í T U L O 1

       LA INICIACIÓN DEPORTIVA

      Todos estaremos de acuerdo en que la iniciación deportiva se corresponde con la primera fase de la vida deportiva de un sujeto, cuando comienza a aprender habilidades específicas o un deporte concreto, y depende de cada especialidad que ésta tenga que comenzar más precozmente, como por ejemplo la gimnasia artística, o que la iniciación dure un periodo mayor o menor. Podemos pensar que cuanto antes se introduzca al niño a un deporte determinado, más posibilidades de éxito tendrá o más podrá aprender y antes; éste es un grave error, ya que no se puede luchar contra el desarrollo natural del individuo. Una especialización temprana realizada sin control casi siempre acaba produciendo efectos poco deseables (poca eficiencia de lo aprendido por no asimilación, actitud mediatizada por poca motivación hacia el deporte o, en el peor de los casos, lesiones).

      La iniciación a los deportes de cooperación/oposición parte de una ventaja considerable; por un lado, la competición de alto nivel se produce mucho más tarde que en otros deportes individuales, lo cual supone que no es necesaria una especialización temprana y nos puede permitir construir los repertorios motrices técnicos sobre una buena motricidad de base; por otro, la edad en la que se han de producir buenos resultados puede ser elevada en relación con otras modalidades deportivas. Esto nos permite poder adaptar mucho mejor las características de estos deportes entendidos como un ente global y cada deporte colectivo de forma específica adaptándonos perfectamente a las características evolutivas del niño; además, el tiempo que podemos dedicar a la iniciación es mucho más amplio, siendo también la vida deportiva más larga.

      No es sencillo adivinar cuándo comienza esta primera etapa de iniciación deportiva, cuándo existe el primer contacto con tareas y ejecuciones de tipo deportivo, aunque su desarrollo no debe desligarse del desarrollo de la motricidad de base, plataforma sobre la cual debemos estructurar las habilidades técnicas específicas; pero es mucho más difícil intentar concretar cuándo acaba esta etapa ya que, considerando que debe finalizar cuando el individuo es capaz de practicar un determinado deporte con adecuación a su técnica, táctica y reglamentación, la evaluación objetiva de estos parámetros es compleja.

      No debemos olvidar que, en definitiva, la iniciación deportiva no es más que un proceso de enseñanza-aprendizaje, y como tal debe tener muy en cuenta todos los elementos que participan en este proceso, con el fin de conseguir la máxima eficiencia (Bayer, 1986):

       – El individuo que se inicia y sus características evolutivas.

       – Las características de los deportes colectivos.

       – La metodología específica que interrelacione el proceso.

      En todo proceso educativo debe existir una intencionalidad previa, que en este caso debe ir referida tanto al desarrollo de habilidades como a la adquisición del concepto de equipo.

      Tradicionalmente se diferencian tres ámbitos, en los que podemos enmarcar las prácticas deportivas: el de competición-rendimiento que sí puede considerarse durante la iniciación pero como objetivo a largo plazo, y por tanto sus modelos no se adaptan a lo que entendemos debe ser la iniciación deportiva; su fin está basado en el resultado y no en el proceso, tiene una reglamentación muy estricta, la competición es el fin principal sobre el que se estructura el entrenamiento, lo que incrementa la presión competitiva y el carácter lúdico se difumina a menudo junto al espíritu deportivo que debe imperar en toda manifestación deportiva. Un segundo ámbito sería el englobado por el de ocio-recreación, en el que la competición pierde importancia respecto al elemento lúdico, aunque la interacción o proporción entre ambos puede ser variable ya que se pueden complementar entre sí; la relación entre los participantes es un elemento importante, siendo el juego-deporte una opción voluntaria donde se puede consensuar la reglamentación por parte de los jugadores; es el modelo que más se parece al primigenio de los deportes.

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