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para comenzar a salir del laberinto, de cómo ser visto ante el mundo, cuando me veo, me reconozco, me valido, soy coherente y me acepto, estoy abriéndome a que el resto del planeta pueda observarme en mi completitud, ¿Existió un niño maltratado y aislado por tener una energía diferente? ¿Existió un joven rebelde que casi pierde la vida por los excesos para ser visible ante el mundo? ¿Aparece un adulto prepotente y arrogante para justificar la degradación de la dignidad del otro? Si a todas las preguntas, y no es negativo asentir, al contrario, al reconocer que todo esto sucedió, que es parte de mí y puede ser transformado, hace que la integración con el mundo y el ser visto sean más coherentes y vinculantes, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

      Inicio por esta definición para conocer así, según el autor consultado, que significa la identidad de una persona, ¿Y por qué este es el punto de partida? Pues, cuando abrimos los ojos, apenas salimos del vientre de nuestra madre, llegamos a un sistema únicamente como observadores y de vez en cuando pedimos lo que necesitamos para seguir observando; en este proceso de mirar en dónde aterrizamos, comienzan a aparecer voces de diferentes tonalidades, algunas ya conocidas, otras nuevas, las cuales según nuestra, biología, fisiología, comportamiento y modo de estar en la vida, comienzan a sugerir, y en algunos casos a definir, cómo ese ser vivo va a ser, o cómo debe comportarse, cuando ni siquiera ha podido expresar una sola palabra de lo que siente, de lo que ve y mucho menos de lo que piensa, y a esto me refiero en mi caso personal a los siguiente, “Dijo mi abuela, Hija, ¿Ya le vio al niño esa mancha en la cola?, mija, prepárese, todo culi manchado es jodido en la vida” o “Doctor, ¿Por qué el niño ya tiene los ojos abiertos y mira así el mundo? Señora, ese muchacho se va a comer el mundo, nació con ganas de vivir, no le va a tocar fácil porque normalmente los niños así requieren de mucha atención de sus padres”. Podría seguir por horas mostrando juicios sin fundar que son lanzados cuando nacemos, nos persigue la metafísica para definir a un ser humano que todavía no se ha mostrado, ni siquiera ha iniciado su forma de ser ante la vida, y lo peor, es que estas frases trascienden en el tiempo y como niños, nos la repiten, a veces inocentemente, otras ni siquiera con la conciencia de que en ese niño comenzarán a crear una identidad a partir de ellas, así se dará inicio a la definición de cómo ese ser se mostrará ante el mundo y desde donde comenzará a actuar, esta es la base de cómo nos vemos ante el mundo, no sé si afortunada o desafortunadamente, esa primera mirada no es nuestra, nos movemos bajo la identidad construida por los demás cuando no hemos tenido la opción de escoger si es la que queremos tener, pero hay que reconocer que esa primera formación, es la que nos da el empujón para afrontar la vida, la que nos abre la puerta al mundo y al devenir de existir.

      Es así como hoy puedo decir que cuando escuchaba:

      •“Ese chino es un terremoto, no se queda quieto, pobre mamá” - lo puedo hoy resignificar como, ese niño vino al mundo con una energía vital diferente, quizás aumentada, una energía que quiere utilizar para explorar el mundo.

      •“Él es la oveja negra de la familia, va sufrir con su crianza” - el ser diferente marcará la pauta para no seguir modelos iguales instaurados por la sociedad, se permitirá indagar, explorar y entender de una mejor manera el mundo, respetando las diferencias.

      •“Qué prepotente y arrogante se ve, no será nunca un buen líder” – Él abre el espacio de indagación y reformulación, para generar momentos de construcción grupal, no se para en su punto, escucha la diferencia y apoya a consolidar un resultado en equipo.

      La identidad constituye también un sistema de símbolos y de valores que permite afrontar diferentes situaciones cotidianas. Opera como un filtro que ayuda a decodificarlas, a comprenderlas para que después funcione. Esto explica que frente a tal situación, un individuo, con sus valores y su modo de pensar, de sentir y de actuar reaccionará probablemente de una manera definida. Para esto se cuenta con un repertorio de formas de pensar, de sentir y de actuar que, en un momento dado, se puede combinar. Este repertorio está en constante recreación. (Artículo extraído del dossier pedagógico “Vivre ensemble autrement”. (2002))

      Somos observadores únicos, con valores determinados por nuestros sistema primario y a los que pertenecemos, en donde aprendemos a movernos en la vida, ejecutando acciones que están íntimamente relacionadas con lo que aprendimos a pensar y sentir, de ahí vienen resultados propios de cada ser, expresando, a través de su palabra, cuerpo o emoción, lo que quiere mostrar, dejar ver, ser auténtico dejando a la luz ese ser único perteneciente y singular.

      Consulto este segundo autor, dada la gran relevancia de su definición. Tenemos repertorios para actuar en la vida, los construimos de diferentes maneras, algunos los comenzamos a esbozar nosotros desde el continuo aprendizaje, pero los iniciales, los que vienen con nosotros para comenzar a vivir, ¿de dónde nacen?, ¿por qué los adoptamos?; al ser soltados a un mundo en movimiento, comenzamos a repetir lo que vemos, si esto lo hacen mis padres, debe ser porque así se hace, o si vemos a nuestros cuidadores principales desenvolverse ante alguna situación, asimilamos ese comportamiento que tiene un resultado previsto, pero también vemos que, con la generación de comportamientos contrarios, a veces llega más atención; si antes nos veían, ahora vamos a ser el centro de atención; acá utilizaré el recurso de la experiencia de vida como padre.

      Con mi hija, desde muy pequeña, a ella le gusta que le estemos jugando; creo que a todos los niños les gusta esto, que la acompañemos y estemos con el foco y la atención puestos en ella, pero en esta vida de trabajo agitada, en este momento que nos tocó vivir con pandemia incluida, donde estamos en casa siendo seres vivos con necesidades exclusivas, esposos, padres, hijos, empleados, jefes, subalternos; en este momento donde todos los roles se quedaron dentro de la casa, esa atención hacia ella evolucionó al punto de permitirle que también tomara su espacio en el silencio e individualidad, algo que ella no había vivido, algo que no era conocido de su parte, así que, a mi juicio, comenzó a darse cuenta que si hacia un ruido mayor, o algo que no fuera común en su normal proceder, aparecíamos nosotros, sus padres, para ver qué había pasado o sucedía; a veces encontraba a unos papas que solamente le decían no vuelvas a hacer eso para dejarla de nuevo en su espacio de entretención individual no común para ella, la regañábamos por lo que hacía, o simplemente la vinculábamos a nuestras actividades para evitar que esas acciones sucedieran, todas estas consecuencias comenzaron a crear en ella una serie de comportamientos, que defino yo, de acción - reacción, si hago X, pasa Y, pero si hago Z obtengo A - nada diferente a lo que yo hacía de niño y adolecente, no prestan atención entonces busco la manera de dejarme ver - y así comenzó una constante construcción de eventos que termino desencadenado una conducta de identidad que hemos descifrado con mi esposa, lo cual nos ha permitido anticiparnos a lo que pueda llegar a acontecer.

      Con este ejemplo de una pequeña construcción de identidad, me regreso a mi infancia en donde fui muy deseado y añorado, en donde el amor y las ganas de engendrar a un hijo siempre estuvieron presentes, pero en el transcurso de mi crecimiento, se fueron tergiversando esas definiciones para yo formar mi personalidad, mi identidad, y ojo, acá con lo que digo no le estoy echando la culpa a nadie de las construcciones mentales que creé como niño, la formación del ser dependía de lo que veía en mi entorno, en mi vida, en quienes hacían parte de ella, su ausencia o presencia generaron mapas mentales y definiciones que a todo ser nos marcan y que construyen nuestra forma de actuar y vivir ante el mundo; es así como acá comienzo a hacerme cargo de lo que mi biología, esencia y humanidad comenzaron a recoger para formarme como la persona que soy hoy, por lo tanto es de vital importancia regresar a mi pasado para poder encontrar hitos de vida que definan varios comportamientos y conclusiones a las que llegué, desde muy niño, para aferrarme a ellas y formarme como el ser que soy ahora, nada diferente a lo que he venido mostrando y construyendo en el camino de este relato.

      Vivir es sufrir; sobrevivir es hallarle sentido al sufrimiento. Si la vida tiene algún objeto, éste no puede ser otro que el de sufrir y morir. Pero nadie puede decirle a nadie en qué consiste este objeto: cada uno debe hallarlo por sí mismo y aceptar la responsabilidad que su respuesta le dicta. Si triunfa en el empeño, seguirá desarrollándose a pesar de todas las indignidades. (VIKTOR E. FRANKL. (1991)).

      Viktor Frankl, en su escrito, a mi forma de ver, expone una definición clara de la construcción

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