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por la separación del cuerpo y el alma, pero el alma vista como el complemento de la constitución del cuerpo; así mismo veo y encuentro ese espacio de doble sentido, de luz y sombra, de visibilidad y refugio continuo, que al tomar lo mejor de cada uno me permite hoy ser un ser amoroso y firme, tierno y concreto, visible y ausente.

      Le Breton, (2019) “Toda existencia hasta la más tranquila, contiene desde su inicio un número infinito de posibilidades que se actualizan a cada instante, 185”, y con este escrito vuelvo a las preguntas que dieron inicio a este camino: ¿Porque busco ser visible ante el mundo? ¿Para qué deseo que el mundo ponga la atención en mí? ¿Si soy un ser único e irrepetible, si soy particular y especial, si como yo no hay dos seres en el mundo, que relevancia cobra que tenga que mostrarme al mundo si en mi particularidad ya soy extraordinario? Ahora sí puedo responderlas y concluir este espacio de reflexión.

      El Coaching Ontológico es una herramienta poderosa de aprendizajes transformacionales, que permite resignificar los juicios y las declaraciones dadas en el pasado, abre el espacio a conferir sentido a muchas de las emociones, sensaciones y experiencias que, aunque hayan sido formadoras y de estructura para la vida, dejaron huellas que antes no podían verse de maneras múltiples.

      Desde esta experiencia y trayendo el último fragmento mencionado de Breton, puedo decir que soy visible ante el mundo por mi singularidad y particularidad, al enfrentar este camino llamado vida, soy ambicioso y visionario, inteligente y persistente, sensible y receptivo, un ser dado a su satisfacción personal, la cual extiende a su entorno más cercano, totalmente consciente que está en un proceso de mejora y persevera en desarrollar, en la medida de las posibilidades, un mejor ser cada día, busco aparecer ante el mundo para compartir mis experiencias y vivencias, poder entregar parte de las conclusiones de vida que he descubierto y a su vez me abro a recibir lo que la vida traiga para mí, además de ser un ser de sociedad, fiestero, alegre, a quien le gusta la buena vida, llegar a espacios de satisfacción y éxtasis poco usuales, pero controlados, abierto a conocer, escuchar, entender y disfrutar de los demás, y, por último, pero no menos importante, en mi particularidad soy extraordinario, pero imperfecto, un ser con una gran plasticidad y en constante construcción, que a pesar de venir con una determinada constitución, quiere apropiar nuevos modelos de vida y resignificar, cuando sea necesario, los conceptos y definiciones de estar aquí, en el mundo.

      Así que de algún lugar o espacio debe anclarse este aprendizaje y visión expuestas, es acá donde Juan Carlos Revilla, 2003, entrega un camino importante de apropiación en su escrito Los anclajes de la identidad personal. Allí entrega 4 puntos clave, de donde todo este aprendizaje quedará totalmente anclado y apropiado para ser usado de acá en adelante, estos son: El Cuerpo, El Nombre Propio, La Autoconciencia y la Memoria, además de las demandas de interacción.

      En el cuerpo, me llevo mi experiencia de vida, mis recuerdos de extremo dolor, de éxtasis desenfrenado, de amor propio y vinculante, vuelvo a declararlo como mi espacio de autonomía y ejemplo de constante evolución y crecimiento, mostrándome como siempre he sido pero reinventándome continuamente, en un ser mejor y quizás diferente, pero sobre todo ese espejo que me muestra lo valioso que soy para mí y para el mundo, seré juzgado, criticado, valorado o exaltado y muchas veces no visto apropiadamente, pero él, mi cuerpo, me recordará que será lo que debo apropiar, dejar ir sin ninguna atención y lo quede por revisar para estar en constante evolución.

      Mi nombre, Rafael Andrés Acosta Díaz, ese compuesto de muchos sistemas familiares, historias, herencias, dolores y alegrías, ese espacio de creación mutua de amor de dos seres que al imaginar ese compuesto, se pusieron de acuerdo para entregar amor, crecer como familia, unirse a una causa de educación y entregar lo mejor que pudieran para formar un ser acorde a sus expectativas. Mi nombre, como compuesto fundamental de identidad, por él me llaman, por él me ven, por él me reconocen, por él me amo y me enorgullezco que haya estado y continúe transcendiendo para ser visto y nombrado cada vez más acorde a quien soy en realidad.

      Algo que queda como anclaje fuerte y determinante es la Autoconciencia y la Memoria, entendida la primera como esa capacidad de auto observarme, ser prudente y crítico para entender que soy un ser de sociedad, en constante creación, un ser capaz de entender que las diferencias hacen parte de la unidad, y la memoria, como esa herramienta vinculante del pasado que permite entender y diferenciar momentos de historias, de juicios fundados a momentos inventados por necesidad, de esa conciencia que de un pasado vivido existe un presente tranquilo y un futuro en construcción prometedor, asegurarse que el pasado fue el que fue, permite resignificar muchos dolores de vida ligados a verdades invisibles que solo generan dolor.

      Y por último, las demandas de interacción, un espacio diseñado en el momento de ser visto, donde se encuentre en mí confianza, compañía, fiabilidad, que en el momento que se aparezca un ser delante de mí sepa que esperar y que llevarse, que exista esa coherencia de todo lo acá trabajado, que pueda ver la luz y la sombra en una danza equilibrada, sinuosa, que pueda entender que de acá solo saldrá la mejor versión de mí, “Y solamente mientras cumplamos con ese compromiso seremos merecedores de los derechos que nos pueda suponer el disfrute de una determinada identidad, pues la identidad sólo se puede mantener en la medida en que es apoyada por los otros interactuantes, que son los que han de validar esa pretensión identitaria.” (Juan Carlos Revilla, 2003).

      Ha sido un camino largo y provechoso el de llegar hasta este punto y poder resignificar como puedo salir ante el mundo, ser visible, dar a conocer mis características de identidad, además de mostrar todos mis dolores honrándolos por lo valiosos que fueron y abriéndome a ser visto desde la integración de mi luz y mi sombra, pero esto encontrado y trabajado solo es el inicio de un constante camino de transformación, hoy encuentro todo lo expuesto, más adelante habrá algo nuevo, así que por este momento debo decirles que acabo de terminar de empezar.

      1. Artículo extraído del dossier pedagógico “Vivre ensemble autrement”. (2002). EL CONCEPTO DE IDENTIDAD. 22.11.2020, de 2002 Sitio web: https://www.fuhem.es/ecosocial/dossier-intercultural/contenido/9%20EL%20CONCEPTO%20DE%20IDENTIDAD.pdf

      2. Carlos Yañez Canal. (2006). “Por los caminos hacia la identidad personal”. Manizales- Colombia: Centro de Publicaciones Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales.

      3. David Le Breton. (2019). Desaparecer de sí. París: Siruela.

      4. Durkheim Émile. (2001). “El dualismo de la naturaleza humana y sus condiciones sociales”. 21.02.2021, de Revista entramado y perspectivas. 1-1: 189 – 200 Sitio web: https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/entramadosyperspectivas/article/viewFile/28/36

      5. Emilio Raúl Ruiz Figuerola. (2012). La Soberbia. 07.02.2020, de Eruizf Sitio web: https://eruizf.com/lecturas/books/varios/la_soberbia.pdf

      6. Jennifer Delgado Suárez. (2018). “Los 3 tipos de arrogancia, según la ciencia”. 07.02.2020, de Rincón de la Psicología Sitio web: https://rinconpsicologia.com/tipos-de-arrogancia/

      7. Juan Carlos Revilla. (19.09.2003). “Los anclajes de la identidad personal”. Athenea Digital - Revista de Pensamiento e Investigación Social, núm. 4, 54 - 67.

      8. Moisès Esteban Guitart, Josep Maria Nadal, Ignasi Vila. (09/09/2009). “LA CONSTRUCCIÓN NARRATIVA DE LA IDENTIDAD EN UN CONTEXTO EDUCATIVO INTERCULTURAL”. Límite. Revista de Filosofía y Psicología, 5, 77-94. 10/01/2021, De Sistema de Información Científica Redalyc Base de datos.

      9. Rafael Echeverría. (2008). Raíces de sentido: Sobre Egipcios, griegos, judíos y cristianos. Buenos Aires: Granica.

      10. Rodríguez Sánchez, J.L. (1989). “Trastorno de identidad, factor común”, en Universidad de las Américas Puebla; Sitio web: los alumnos “problema” de bachillerato. 11.22.2020, Скачать книгу