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las que algunos teníamos contactos. Al final se consiguió reunir varias indumentarias completas de equipos de fútbol y baloncesto como el Real Madrid, el Barcelona, la Real Sociedad o el Unicaja, así como balones y botas de fútbol y diverso material por parte de las tiendas que colaboraron. En definitiva, todo un éxito.

      Nos enviaron varios presupuestos para la reparación de los pozos. Los estudiamos y analizamos todos y aceptamos el que demostraba mayor profesionalidad y mejores condiciones. La puesta en marcha del pozo automatizado ascendía a 14.323.000 francos CFA (21.867 euros) y el de bomba manual, a 5.707.500 francos CFA (8.714 euros). Había que conseguir el dinero suficiente para llevarlos a cabo.

      Se contrató un médico nativo de Malí para que, junto con el enfermero y las matronas, pudieran dar la máxima cobertura sanitaria a la población. También estábamos estudiando la posibilidad de enviar medicamentos de forma urgente a través de UPS hasta el aeropuerto de Bamako, donde los recogerían personas de confianza o incluso el nuevo alcalde.

      Por otro lado, un cliente de mi oficina que tenía una empresa de informática se enteró por la prensa de nuestra actividad solidaria y se ofreció para mejorarnos la web y darnos más capacidad de cobertura a través de sus servidores, con lo que ganaríamos en velocidad. Además, nos ofrecía asesoramiento y actualización gratuita, lo cual aceptamos muy agradecidos.

      ¡Todo estaba marchando a pedir de boca!

      En febrero de 2005, un mes antes del siguiente viaje, se recibió una carta del alcalde, Aboubacar Keita:

      La situación es muy preocupante este año para nuestra comunidad con una terrible plaga de langosta, la llegada de aves rapaces y la precoz caída de lluvias. La población está en una situación de desesperación total. No se podrá recoger cosecha este año después de tantas calamidades. La situación se caracteriza por el éxodo masivo de los hombres (jóvenes y adultos) hacia Bamako y la costa en busca de trabajo y ayuda de parientes que les den cereales para subsistir con la familia.

      El Gobierno dará a la población de esta comunidad 7,50 kilogramos de mijo por persona, que les durarán para alimentarse entre quince y veinte días. Según los técnicos locales, la producción de cereal no será suficiente para alimentarlos, disponiendo de reservas para un máximo de tres meses. Calculamos que nuestras necesidades son de 2.000 toneladas para este año, siendo 2005 muy negro para nuestro pueblo.

      Solicitamos del alcalde de Vegas del Genil y vuestra organización la posibilidad de ayudar a nuestra comunidad ante la preocupante situación que estamos padeciendo. Debemos darnos prisa para adquirir el cereal al precio actual, dado que la falta de este hará que suba muy considerablemente. Tampoco disponemos de semillas para nuestros campos, al tenerlas que consumir dadas las circunstancias.

      Solicitamos ayuda urgentemente.

      De inmediato llevamos a cabo una reunión urgente para proponer y buscar soluciones. Al inicio comenté que unos meses atrás escuché en las noticias que a las islas Canarias había llegado una plaga de langosta procedente del Sahel, con bastante repercusión en algunas partes del archipiélago a tenor de la pérdida de cultivos arrasados, lo cual relacionamos de inmediato con la carta del alcalde. Una vez expuesto el problema, por unanimidad se aprobó la compra de 20.000 kilos de arroz al precio de 0,25 euros aproximadamente (el doble del precio en Granada), cuyo importe se transfirió a la cuenta del alcalde, monsieur Aboubacar Keita, pidiéndole celeridad en la compra y que, a ser posible, coincidiera su transporte a Goumbou con el momento en que nosotros ya estuviésemos allí. Esto era muy importante de cara a su distribución, ya que se repartiría a nuestro criterio y así se ampliaría el número de personas beneficiarias y se aliviaría temporalmente el hambre de «nuestro pueblo».

      Aprovechando que estábamos reunidos se comunicó a los asistentes la concesión de dos importantes subvenciones. La primera, para reparar el pozo automatizado, se concedió por parte de la Comunidad de Regantes de la Acequia de Tarramonta, por 21.867 euros; y la otra, del Ayuntamiento de Vegas del Genil, ascendía a 8.714 euros y su destino sería arreglar el pozo de bomba manual, ampliando su profundidad. Aunque el dinero no estaría en nuestro poder hasta el siguiente viaje, en agosto, al menos podríamos negociar y confirmar dichas obras con el contratista elegido.

      Entre actividades y reuniones, antes del viaje hubo gente que abandonó el proyecto. Cada uno tenía sus motivos y razones, que no cuestionamos, porque mientras estuvieron dentro lo dieron todo y debíamos respetar su decisión. ¡Pero esto seguía!

      Se nombró una nueva directiva y se incorporó gente con mucha ilusión y ganas de que llegase el día de la partida.

      A la vuelta del primer viaje, Gabriel me comentó que podríamos organizar un torneo de fútbol en el que a lo largo del año compitieran entre los pueblos y aldeas, cuyo nombre podría ser el Tournoi de l’Amitié (Torneo de la Amistad), y que la final coincidiera con nuestro viaje cada año para darle un mayor aliciente entre los jugadores y vecinos en general, dada la mucha aceptación que el fútbol tiene en Malí. Y allí no sería menos.

      Dicho y hecho. Busqué en mi empresa, la Caja Rural de Granada, conseguir la subvención que financiase el trofeo y a la primera me lo aceptaron; solo faltaba elegir qué tipo de trofeo sería para que solo con mirarlo incentivase tanto a los jugadores como a los habitantes del pueblo o aldea que consiguiera ganarlo y así crear un vínculo que los identificase de inmediato con la amistad de los pueblos mediante el deporte, en especial el fútbol por su mayor impacto social. Comparé en distintas tiendas de deportes varios modelos y formatos hasta que por fin encontré el que consideré más atractivo. Era una réplica del trofeo de la Copa de Europa, pero más grande. ¡Se volverían locos cuando lo vieran!

      Mientras tanto, Antonio Martín, nuevo voluntario, amigo, compañero y aparejador, se involucró en el proyecto y se encargó de diseñar y redactar el boceto para la construcción de un futuro hospital para Goumbou.

      Días antes de la partida, Gabriel nos advirtió de que para este viaje todos deberíamos hacer un hueco en la maleta y llevar ropa y zapatos acordes con las recepciones en diversos ministerios y organismos oficiales para cubrir un mínimo del protocolo que se exigía. Los hombres debíamos llevar traje y corbata o chaqueta y pantalón. Aceptamos su propuesta, pero sin mucho convencimiento por considerarlo un poco a broma, dadas las temperaturas que allí se estilan en esa época del año.

      La próxima expedición confirmada la compondrían, por parte de la fundación:

      –Leticia Sánchez, presidenta (la hija).

      –Gabriel Sánchez, secretario general (el padre).

      –Pepa Ruiz, tesorera (la madre).

      Por parte de la ONG Vegas del Genil en Acción viajarían las siguientes personas:

      –Rosa Vera, presidenta (mi esposa).

      –Lourdes Fiestas, vicepresidenta (esposa de Antonio Martín).

      –Yolanda Ibáñez, diputada provincial y relaciones institucionales.

      –Antonio Martín, aparejador.

      –Ángel Cobos, enfermero.

      –Juan Lahoz, Colegio de Médicos de Málaga.

      –María Entrena, médico del mismo colegio y esposa del anterior.

      –Y yo, tesorero.

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